Una mirada crítica sobre el período kirchnerista

Una mirada crítica sobre el período kirchnerista

Un réquiem con un lenguaje diáfano y sensible

CRISPACIÓN. Santiago Kovadloff expone sobre las amistades que se ven quebrantadas por la imposibilidad de disentir sin violencia al hablar de política. institutoacton.org CRISPACIÓN. Santiago Kovadloff expone sobre las amistades que se ven quebrantadas por la imposibilidad de disentir sin violencia al hablar de política. institutoacton.org
23 Agosto 2015

Ensayo

LAS HUELLAS DEL RENCOR

SANTIAGO KOVADLOFF

(Emecé - Buenos Aires) 

“Háblame para que yo te vea”, decía Séneca. Y, de esta manera, dejaba sentada las bases de la interdependencia entre lenguaje y sociedad. Interdependencia que Santiago Kovadloff depura hasta la obsesión en su nuevo libro: “Las huellas del rencor. Meditaciones de una década autoritaria”. En sus páginas, el filósofo, ensayista y poeta argentino no sólo habla de temas tan diversos como la ética, la educación y la palabra, sino que también intenta destejer la enredada trama política de la última década argentina; un período en el que la corrupción, el desencanto de una democracia mal entendida -y peor aplicada-; y los excesos autoritarios del kirchnerismo se erigieron como las huellas palpables de un rencor que ni siquiera dos siglos de historia han podido atenuar. A lo largo de seis suculentos capítulos, Kovadloff hace un repaso de distintos episodios dolorosos e irresueltos (la muerte de Nisman y de la niña Candela Sol Rodríguez), de algunas situaciones preocupantes (la prepotencia política kirchnerista, la fragilidad republicana y el uso político del fútbol) y la vindicación de personalidades ejemplares como una manera de recuperar los valores perdidos (Nelson Mandela, Belgrano, el papa Francisco). En este sentido su libro es -y lo será por mucho tiempo- una suerte de manifiesto de la democracia republicana que todos merecemos y que tan sistemáticamente se nos niega. “La democracia republicana no estimula el romanticismo. Al optar por el control recíproco entre los poderes que la conforman, opta por el equilibrio, busca el tono agrisado de los acuerdos y no los fulgores arrebatados de la unilateralidad. Le otorga al otro, al que no piensa como uno, un reconocimiento y una función indispensables en la construcción de la legitimidad. Rehúye, en suma, la apología del yo y llama a la convivencia”, nos dice en uno de los ensayos titulado precisamente “El discreto encanto de la democracia”. Queda claro entonces que el país, en toda su compleja dimensión, forma parte de los desvelos de Kovadloff. Desvelos que llevaron al pensador a hablar -como pedía Séneca- y también a exigir un cambio de rumbo.

Ejercicio de comunión

Los textos, muchos de ellos publicados en medios como La Nación, son al mismo tiempo un lúcido ejercicio de comunión, con el que el escritor intenta compartir sus emociones más lacerantes y sus anhelos más tenaces. “Necesitamos en la Argentina venidera un Adenauer de la ética. Alguien que trabaje a partir de la convicción de que es preciso reconstruir la transparencia y la solidez del sentimiento cívico”, argumenta. Un réquiem que Kovadloff lanza como conjuro a través de un lenguaje diáfano y sensible. En este sentido, Las huellas del rencor es un libro certero y necesario, que duele y provoca, sacude e invoca, compromete y educa. Es una recopilación de ensayos que se leen casi como un maravilloso compendio de cuentos. Tal vez porque muchas de esas tribulaciones y terrores planteados por Kovadloff parecen ficción pura.

(c) LA GACETA

Publicidad

Gustavo Martinelli

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios