Por Guillermo Monti
19 Agosto 2015
EMPIEZA EL APOCALIPSIS. Por allí transita “Fear the walking dead”.
Cinco años le llevó a AMC ampliar su franquicia zombi. Supieron cuidar a la gallina de los huevos de oro y fue una decisión inteligente. Un paso en falso podía consumir el fenómeno “The walking dead” a la velocidad con que se quema una bengala. Hasta que, de acuerdo con Robert Kirkman, encontraron la trama y el tono justos para alumbrar ese spin-off del que tanto se venía hablando. Lo veremos desde el domingo a las 22, en coincidencia con el estreno estadounidense y por la señal original. Ya no será Fox el vehículo, sino la propia AMC. Todo un cambio para el espectador de estas latitudes.
Pero, ¿no será “Fear the walking dead” más de lo mismo? ¿Cuál puede ser el atractivo de un show que no contará con Rick Grimes ni con el sufriente combo de supervivientes que lo sigue temporada tras temporada? Es todo un desafío para los showrunners de la serie y tal vez por eso comprimieron esta nueva ventana del apocalipsis zombi a seis capítulos.
“Fear the walking dead” no respeta la sintonía temporal con la historia madre. Retrocedemos al punto de partida de la plaga y nos alejamos de Rick y compañía hasta llegar a Los Ángeles. Esa es una de las claves del spin-off: su carácter netamente urbano. Mientras Rick, Daryl, Carol, Glenn y el resto deambula por campos y bosques, a los protagonistas de “Fear the walking dead” les tocará enfrentar el horror en las calles que hasta horas antes recorrían sumidos en la más absoluta normalidad.
La fortaleza de “The walking dead” radica en la formidable construcción de sus personajes, en los altísimos niveles de empatía generados con el público (la muerte de Hershel provocó infinidad de desmayos) y en el testeo de los límites que son capaces de cruzar los humanos arrastrados por las circunstancias. De nada de eso podrá prescindir “Fear the walking dead”, cuyo futuro estará marcado, indefectiblemente, por el juego de las comparaciones.
Robert Kirkman, líder del equipo de creadores de la criatura, es consciente de lo que se viene. Sabe que se les exigirá un crossover con el cast original, que asoma complejo. Pero nada es imposible.
Kim Dickens (a quien vimos en la tercera temporada de “House of cards”) y Cliff Curtis encabezan un reparto sin estrellas. Tampoco las tenía “The walking dead” cuando inició su camino. A fin de cuentas, el éxito o el fracaso de este experimento dependerá de la calidad y la profundidad de la historia. Lo de siempre.
Pero, ¿no será “Fear the walking dead” más de lo mismo? ¿Cuál puede ser el atractivo de un show que no contará con Rick Grimes ni con el sufriente combo de supervivientes que lo sigue temporada tras temporada? Es todo un desafío para los showrunners de la serie y tal vez por eso comprimieron esta nueva ventana del apocalipsis zombi a seis capítulos.
“Fear the walking dead” no respeta la sintonía temporal con la historia madre. Retrocedemos al punto de partida de la plaga y nos alejamos de Rick y compañía hasta llegar a Los Ángeles. Esa es una de las claves del spin-off: su carácter netamente urbano. Mientras Rick, Daryl, Carol, Glenn y el resto deambula por campos y bosques, a los protagonistas de “Fear the walking dead” les tocará enfrentar el horror en las calles que hasta horas antes recorrían sumidos en la más absoluta normalidad.
La fortaleza de “The walking dead” radica en la formidable construcción de sus personajes, en los altísimos niveles de empatía generados con el público (la muerte de Hershel provocó infinidad de desmayos) y en el testeo de los límites que son capaces de cruzar los humanos arrastrados por las circunstancias. De nada de eso podrá prescindir “Fear the walking dead”, cuyo futuro estará marcado, indefectiblemente, por el juego de las comparaciones.
Robert Kirkman, líder del equipo de creadores de la criatura, es consciente de lo que se viene. Sabe que se les exigirá un crossover con el cast original, que asoma complejo. Pero nada es imposible.
Kim Dickens (a quien vimos en la tercera temporada de “House of cards”) y Cliff Curtis encabezan un reparto sin estrellas. Tampoco las tenía “The walking dead” cuando inició su camino. A fin de cuentas, el éxito o el fracaso de este experimento dependerá de la calidad y la profundidad de la historia. Lo de siempre.
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