La lucha contra lo fácil, lo breve,lo moderno

La lucha contra lo fácil, lo breve,lo moderno

EN LA ESCUELA. La cita constante con la lectura por placer es positiva. leer.org EN LA ESCUELA. La cita constante con la lectura por placer es positiva. leer.org
16 Agosto 2015

Por Melina Moisé - Para LA GACETA - Tucumán

En 25 años de docencia, el objetivo se presenta como tamaña “Quijotada” -llevar al joven a abrir las páginas de un libro- y es un verdadero sortilegio el descubrimiento “del placer de la lectura”. Esto lleva a la conjetura: existen Caribdis y Escilas, los monstruos devoradores de La Odisea, pero también existe el ingenio de Odiseo.

Las cabezas de canes de Escila con fauces impías sugieren la metáfora del “libro”, como el enemigo, inaccesible, en las huidizas manos y voluntad del niño, del adolescente: la morosa extensión del texto, el anacronismo, el aburrimiento en la lectura, la dificultad interpretativa, la carencia de la capacidad de abstracción o de imaginación.

La sustitución de la imagen (vertiginosa, indiferente, alienante) por la palabra (creadora, internalizada, subjetiva). La elección de lo fácil, lo breve, lo moderno, la repetición a partir de una tendencia y con todo esto el menor esfuerzo.

¿Cómo luchar con la boca gigantesca de Caribdis, o las 40 fauces de Escila?

¡No existirían libros aburridos, si existiese una buena motivación! Aquella que despierta el interés, el asombro, la curiosidad.

Un texto es el producto de una época, una manifestación de los sentimientos de una persona. Tal vez la manera más íntima de comunicar la esencia humana y también de interpretarla. No se puede trasvasar “el placer de la lectura”, si no lo hemos experimentado con anterioridad.

Descubrir “el goce estético”, dado en el acto de leer, no es sólo la tarea del docente, sino se debe forjar en el seno familiar. ¿Cuántas veces hemos regalado un libro a un hijo, a un sobrino, a un nieto?

Aturdidos por las luces de colores de los nuevos espejitos, hemos olvidado que el regalo de un libro es un don, donar la llave maestra que abre las puertas a los mundos más increíbles, dan sustancia a la construcción internalizada del universo, a la percepción individual.

Aburrimiento

La Motivación en el Aula, está en estrecha ligazón con el ingenio del docente, la contextualización o multiplicidad de las estrategias, da pie a cortar la tercera cabeza de Escila, “el aburrimiento”. La monotonía surge de la extensión o la falta de interpretación. Enfrentar estos dos escollos y superarlos, es un ejercicio que trae el triunfo a partir de la recurrencia del mismo.

Hay que abandonar la idea de que poner al joven frente a un texto es aterrorizarlo con un instrumento de tortura medieval o un grimorio cabalístico. Abordarlo con los instrumentos adecuados supera los atascaderos y así tres cabezas de canes yacen a los pies (extensión, interpretación, hastío). No existen libros aburridos o largos , las hojas fluyen como hojarasca de otoño, cuando intimamos con la historia contada, y nos atrapa. Somos cautivos de un espacio, de un tiempo, de un discurso o un sentimiento.

Y acaso una cuarta decapitación , “la anacronía”, a los gustos y tendencias actuales.

Palabras e imágenes

No creo que el libro deba competir o debe ser sustituido por la televisión, internet u otro medio más explosivo, que como la gran boca de Caribdis traga los tiempos y voluntades de los potenciales lectores. Son diferentes tipos de comunicaciones, donde el destinatario juega distintos roles: la lectura sugiere, la recreación coautoral del mundo de ficción. Entender es recrear, intimar con la subjetividad del autor.

La imagen en ebullición, progresivamente más inconexa, promueve la pasividad, la alienación, con el bombardeo de ruidos y arquetipos violentos, fragmentos intermitentes de incoherencia.

La “palabra” es en esencia “un acto creador”; somos con la palabra, la palabra da sustancia a la realidad y al imaginario.

Best sellers

Los libros de venta masiva como Harry Potter o los de la saga Crepúsculo mucho le deben a los textos clásicos. Por ejemplo el pequeño héroe epopéyico, Harry, y sus aventuras descomunales, deben su materia prima a La Odisea, La Eneida, las leyendas medievales francesas e inglesas, la mitología grecolatina-nórdica y el bagaje gótico, en contextos y recursos. Al igual que la saga de Mayer, quien actualiza temas del Gótico decimonónico, como el vampirismo y la licantropía, herencia de: Drácula de Bram Stóker, El vampiro de Polidori o Carmila de Le Fanu, entre otras obras.

Con estos ejemplos propongo una vuelta a la lectura de los clásicos, aquellos libros que nutrieron la imaginación de generaciones pretelevisivas, no necesariamente prediluvianas o precámbricas, no es la lectura, una actividad arcaica, de otra época, sino otra forma de distribución o administración del “Otium”( para los latinos el tiempo libre, de distracción)Por qué no alternar los tiempos de la imagen con los de la lectura, degustar el tiempo de otium en una forma fructífera.

¡Qué Quijotada, es seguir luchando contra los molinos de viento! O gigantes, da lo mismo.

Y por qué no, continuar cortando las cabezas de feroces canes de la legendaria Escila. Atreverse a pasar a través del espejo, como Alicia, o volar en el País de Nunca Jamás o a navegar con Gulliver a través de Liliput, la Isla de Lupata, y el devenir de la imaginación entre escritores y lectores.

(c) LA GACETA
Melina Moisé - Escritora.

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