Estrategias

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Existen algunas técnicas para inducir al niño a la lectura, que pueden funcionar dentro de su pequeño entorno, sea hogar, escuela, clubes, etcétera. De hecho, el estímulo cuanto más temprano, más beneficioso

CREAR FASCINACIÓN. Para acompañar a un lector que empieza es preciso conocer sus gustos; la propuesta de lectura debe ser amplia y variada. leer.org CREAR FASCINACIÓN. Para acompañar a un lector que empieza es preciso conocer sus gustos; la propuesta de lectura debe ser amplia y variada. leer.org
16 Agosto 2015

Por Mónica Maud - Para LA GACETA - Santiago del Estero

Antes de lamentar la falta de motivaciones para que los niños vuelvan a encontrase con los libros y antes de culpar solo a la tecnología, con el pretexto de que les da todo ya hecho y que, en consecuencia, los pequeños quedan sin posibilidades de imaginación, es necesario replantear los roles sociales de la familia y del maestro. De hecho, las raíces de la personalidad lectora o no, nacen en el hogar y por simple imitación; frente a esto, en las escuelas, los educadores tienen la enorme oportunidad de desarrollar diversos procesos comunicativos y semánticos para ayudar y apoyar al niño en los primeros años de su escolaridad. Lo dicho implica -en estos tiempos- un esfuerzo extra por parte del adulto.

Dentro del aula, el juego de observación de imágenes, atención y concentración conducen a la integración de la nueva información, de tal manera que lo nuevo se almacena como conocimiento personal. El identificar las imágenes como un sistema a través del cual es posible la comunicación, supone el reconocimiento del significado de los mensajes, es decir, la primera necesidad reside en el buen manejo del lenguaje, según los contextos, y de saber explicar cómo funcionan los modos de la comunicación, en la dimensión verbal y escrita.

La iniciación del niño en la lectura es básicamente un contenido transversal dentro del proceso escolar, que se ha de complementar con estrategias relacionadas con la educación artística, que optimiza la competencia lectora y estimula la curiosidad. No basta, pues, con pedir al alumnado la lectura de determinado texto, hay que acompañarlo, entusiasmarlo y guiarlo.

Intervenir, estar en medio, interceder, parece ser la función del adulto, dentro del marcado deber ser de la lectura en la infancia. Los agentes escolares se constituyen en mediadores, que se sitúan entre los textos y los niños. Los adultos directamente relacionados son los padres, los bibliotecarios y los docentes.

(c) LA GACETA
Mónica Maud - Editora del suplemento literario de El Nuevo Diario, de Santiago del Estero.

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