Mellizos, réplicas y más: el “delirio famaillense” llega al cine

Mellizos, réplicas y más: el “delirio famaillense” llega al cine

Un híbrido entre documental y ficción retrata a los Orellana y exhibe un inusual casting de la directora.

LAS LOCACIONES. Las réplicas del Parque Jurásico (foto), del Vaticano, del Parque Temático Histórico fueron algunos de los escenarios de la película.   LAS LOCACIONES. Las réplicas del Parque Jurásico (foto), del Vaticano, del Parque Temático Histórico fueron algunos de los escenarios de la película.
05 Agosto 2015
- ¡Ja! No, eso es una tontera.

- ¡Sí, esa es una tontera de las que se dicen! Jamás hemos compartido novia.

Daniel y Javier Díaz se parecen hasta en el orden de las vocales de sus nombres. Hay que construirse una fórmula rápida (Daniel es el de buzo a rayas negras, Javier el de rayas azules) para saber quién dice qué, quién opina qué, en la mansa tarde de Famaillá. El último rayo de sol del día les hace achinar los ojos, pero ninguno puede moverse de la limitada marca que les ha señalado Belina Zavadisca, que ahora está detrás de cámara y los interroga. “¿Cómo es tener un mellizo? ¿Se consideran iguales?”, quiere saber ella. “Podemos parecernos en lo físico, pero en la personalidad no tenemos nada que ver”, admite Javier. “A mí no me gusta que nos confundan; a él no le importa. Yo prefiero que me llamen por mi nombre”, lo secunda Daniel.

Es la última de una serie de entrevistas que Belina ha hecho a puros pares: dúos de hermanos idénticos que formarán parte de “La ciudad de las réplicas”, una película que conjuga el documental con la ficción y que terminó de filmarse hace 10 días en la Capital Nacional de las Empanadas. A todos la cineasta les ha hecho preguntas similares: ¿es cierto que los mellizos (o gemelos) están sincronizados hasta en los dolores? ¿Alguna vez se han hecho confundir adrede? ¿Qué anécdotas tienen al respecto? Las respuestas que le han dado más de 20 parejas es uno de los ejes sobre los que se asienta el filme que se ha rodado durante un mes en esa localidad, ubicada 30 kilómetros al sur de la capital tucumana.

“Es una película acerca de una ciudad en la que pasan un montón de cosas -explica la directora y resalta la palabra montón-. Por un lado, hay un retrato de los mellizos José y Enrique Orellana, que cuentan cómo planearon las réplicas que se hicieron durante su gestión (el Parque Jurásico, el Parque Temático Histórico, la Galería de la Veneración, entre otros). Eso se combina con las entrevistas y con un segmento ficcional en el que yo hago un casting para buscar mi propia melliza. Esas son las tres patas del filme, que va y viene todo el tiempo entre lo ficcional y lo documental; no tiene una estructura clásica”.

Falso vs. verdadero

La idea de pintar el universo famaillense surgió durante otro rodaje, el de “Tapalín, la película”, que la joven -que egresó de la Escuela de Cine de la UNT, pero vive en Buenos Aires- codirigió hace tres años (fue su ópera prima). “Uno de los chicos del equipo cumplía años y lo festejamos en Famaillá. Desde entonces me quedó dando vueltas en la cabeza la idea de hacer algo”.

Ni bien finalizado el recorrido de “Tapalín” por festivales, Zavadisca empezó a planificar la aventura Famaillá. Reunió la documentación necesaria para participar por un subsidio del Incaa -que ganó- y emprendió la búsqueda de productores. La pregunta del millón (¿cómo se vende un filme sobre el interior en Buenos Aires?) no representaba para ella conflicto alguno: “sólo tuve que filmar algunas muestras. En diciembre, por ejemplo, filmé el desfile navideño, que me pareció increíble; había galletas de jengibre, camellos, personajes de Disney... Y a eso le agregué el relato de lo que sucede con los Orellana y las réplicas. Todos quedaban muy impresionados, se enganchaban solos con la historia”.

La ocurrencia de hibridar documental con ficción surgió más tarde, mientras la cineasta veía “Ocho y medio”. “Fellini es una gran referencia para mí. En esa película muchas actrices interpretan un mismo personaje y me pareció que había un equivalente con las réplicas, en el sentido de lo falso que quiere imitar lo verdadero. Entonces pensé que podía buscarme una melliza falsa y hacer una réplica de mí misma -explica-. Eso me sirvió también para aparecer en la película: no es que me guste salir en cámara, sino que me parece la forma más honesta de involucrarme, de dar la cara. No quiero sólo observar de lejos a los demás, sino ponerme al frente del proyecto”.

Influencias extranjeras

El mes que el equipo pasó en Famaillá fue de intenso trabajo, pero también de diversión (“más que colegas, somos un grupo de amigos y nos tenemos absoluta confianza”) y hallazgos. “Desde afuera lo que sucede aquí puede verse como un delirio, pero para sus habitantes es natural convivir con estas obras públicas y con actividades como el desfile navideño -advierte-. Ellos están muy influidos por los medios de comunicación, todo el tiempo ven referencias de otros países y provincias, y las adaptan a su lugar. Piensan que vivir lejos de los grandes centros no equivale sólo a reivindicar la cultura indígena o a escuchar folclore, y se dan la libertad de incorporar elementos de la cultura de EEUU y Europa. Esa fusión es interesante”.

Zavadisca calcula que la película estará editada a fin de año y anticipa que inmediatamente la propondrán para festivales. Antes de eso, los primeros en verla serán, por supuesto, los famaillenses. Mientras tanto, ¿qué opinan los Orellana? Belina sonríe: “están muy ocupados con la campaña y, si bien sabían que estábamos filmando esto, no estuvieron pendientes. En las entrevistas se definieron como personas capaces de movilizar todo lo necesario para concretar sus proyectos y, en ese sentido, tengo que reconocer que han sido inspiradores”.

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