Cartas de lectores
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03 Agosto 2015

Malvinas

Hay temas que dividen aguas entre los argentinos con una profundidad casi insalvable; Malvinas lo es por antonomasia. Acaso porque, lejos de ser un caso aislado o excepcional, simboliza extraordinariamente el drama de nuestro país, de sus orígenes, sus derrotas, sus triunfos, sus bajezas y su camino de redención. Malvinas expresa asimismo, de un modo insuperable, el dolor argentino en la búsqueda desgarradora de su identidad nacional. Se puede afirmar, entonces, sin margen de error, que Malvinas es la Patria (cosa que no podrían, por ejemplo, sostener con rigor los españoles refiriéndose a Gibraltar), tanto así es la magnitud de este tema que jamás, pero jamás, dejará de desvelar a los argentinos de bien. Porque Malvinas se identifica consustancialmente con soberanía, sin la cual es imposible siquiera considerar la existencia de una nación. Y es eso de lo único que no quieren ni escuchar los ingleses (muchísimo menos sentarse a discutir). Lo único, en verdad, que nos interesa a nosotros y lleva al tema a tamaña significación histórica, política y cultural, lejos puntualmente de las relaciones con los kelpers o las posibles explotaciones pesqueras o petrolíferas, sin que por ello estas dejen de tener importancia. Soberanía. De eso se trata. De ser o no ser una nación. De amar o no a la Patria, hasta dar la vida por ella. Y en esta encrucijada nos han puesto precisamente los ingleses y no sólo en las jornadas de 1982; a lo largo de toda nuestra historia. En 1765, una flota inglesa tomó por la fuerza el asentamiento español en Malvinas, a cargo del gobernador Ruiz Puente; en 1806, una poderosa flota inglesa de 8.000 hombres invade Buenos Aires y Montevideo, robando sus caudales públicos y es expulsada por el pueblo en armas (combaten allí Belgrano, Rosas, Güemes, Quiroga, Alvarado) dando origen al Ejército Argentino; en 1807, otra flota inglesa aún mayor con 11.000 efectivos vuelve a invadir Buenos Aires y son nuevamente derrotados (combaten allí fieramente numerosos tucumanos); en 1833, la fragata inglesa “Clio”, ocupa por la fuerza Malvinas (acto apoyado por los EEUU), encarcelando al gobernador argentino Vernet y su familia; en 1845, una poderosa y moderna flota de guerra anglo-francesa bloquea el Río de la Plata y, pretextando “la libre navegabilidad de los ríos”, invade el Paraná y luego de varios meses de combate el Ejército Argentino y sus milicianos los echan cubriéndose de gloria en la Vuelta de Obligado (Día de la Soberanía Nacional), lo que motiva a San Martín obsequiarle su sable a Rosas; y en 1982, recuperamos por las armas el archipiélago malvinense en un acto de justicia que restituye la soberanía territorial de la Patria y al que responde Inglaterra con el envío de la flota más grande desde la Segunda Guerra para invadir otra vez Malvinas. Combatimos gloriosamente durante 74 días contra la segunda potencia mundial, apoyada por los EEUU, la OTAN y el silencio del “bloque comunista” (se produce el bautismo de fuego de la Fuerza Aérea Argentina), dando a las futuras generaciones y al mundo entero un irrefragable testimonio de valentía, fe y patriotismo. Inglaterra así, nos agredió durante más de dos siglos y lo que no pudo con las armas lo logró con la penetración cultural, el control económico y la corrupción política (en 1933, un vicepresidente –prefiguración de Boudou-, hijo de Roca, puso a la Argentina de rodillas ante el trono británico, como “una perla de su corona”), para lo cual debió contar siempre con “natives” defendiendo sus intereses en contra de los de su Patria, cosa que, por ejemplo, jamás harían los ingleses. En última instancia, los que se enfrentan en esta secular contienda –y no los perciben quienes “carecen de instrumentos para ver la Patria”, como decía Castellani, o los que han entregado el alma al diablo- son dos concepciones del mundo: una basada en valores (verdad, razón y justicia) y la otra sólo en la fuerza y la soberbia, lo que le otorga una dimensión de trascendencia universal y hasta salvífica (al respecto ver el libro ”La Patria y el Orden Temporal, el simbolismo de Malvinas”, de Alberto Caturelli, Paidós, Buenos Aires). No en vano desde lo alto de una columna señorea sobre toda Gran Bretaña (y hasta en el centro de Montreal, Canadá) la figura de Nelson, vencedor de la cristianidad hispánica en Trafalgar, que diera el poderío marítimo global al Imperio. Y, por lo mismo, se puede entender la carta del teniente Roberto Estévez, héroe y mártir de Pradera del Ganso, cuando escribe a su padre, horas antes de partir a las islas: “¿Te acordás cuando era chico y hacía planes, diseñaba vehículos y armas, todos destinados a recuperar las Malvinas y restaurar en ellas Nuestra Soberanía? Dios, que es un Padre generoso, ha querido que este, su hijo, totalmente carente de méritos, viva esta experiencia única y deje su vida en ofrenda a nuestra Patria”. Patria y Soberanía. Soberanía y Patria. Por lo que vale la pena vivir y morir. Después, arreglaremos todos los problemas de los kelpers que podamos, cuando sean malvineros, argentinos, ni más ni menos que nosotros, los tucumanos o los fueguinos. ¿Cómo? Dios proveerá, como en el 2 de Abril. Hasta entonces velemos las armas, templemos el espíritu y crezcamos en conocimiento, fortalecimiento, compromiso y fidelidad para con nuestra identidad nacional.

Arturo Mario Arroyo

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La feria demasiado llena

El sábado la Feria de Simoca estaba llena.Demasiado llena quizás.La temperatura, una deliocia. Pero el órden, el menor concepto de orden estaba subvertido. Cada vez son más los feriantes sobre la misma superficie, lo que está dando lugar a la aparición de una especie de “minifundio” donde ya es dificultoso caminar. La Municipalidad debe resguardar la identidad de la feria. No es cuestión de vender cualquier cosa y en cualquier forma.No hay razón para darle un lugar a cualquier mercadería por ejemplo muebles comerciales de manufactura industrial. No esperemos que el problema se haga grande. El tránsito, especialmente en la cabecera sur, es caótico. Urge un buen relevo, un excelente diagnóstico y a partir de allí una buena legislación. Si la echamos a perder será culpa nuestra.Pero no tendremos perdón ni excusa.

Melitón Saldaño
Cejas de Aroca -  Simoca

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Ambulantes

Profundo desagrado me ocasiona comprobar que lentamente nuevos y viejos personajes, ejerciendo la venta no ambulante (o manteros), van adueñándose de espacios públicos, como por ejemplo: peatonal Congreso desde la mismísima Casa Histórica, Plaza Independencia, el microcentro y lugares próximos a la terminal de ómnibus. Es posible hasta encontrarlos disfrazados de artesanos, vendiendo artículos que encontramos en cualquier negocio de la vuelta. Nuestra plaza principal en la diagonal no tiene bancos disponibles para descansar, pues están ocupados (y cuidado con pisarles el trapo) por individuos que, so pretexto de “llevar el pan a la casa”, ocasionan un feo muestrario de la ausencia de reglas de urbanidad. Sin considerar el dudoso origen de los alimentos, CDs falsificados, frutas y verduras. Pronto el municipio inaugurará importantes obras para jerarquizar nuestros paseos de compras, sin haber resuelto este tema.

Olga L. Morales

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El Código Civil y Comercial

A un viejo buen amigo uno sabe qué le puede pedir. Sabe para qué innumerables problemas puede encontrar con él una solución. Y para cuáles pocos, no. En 1869 el presidente Sarmiento le encomendó a Vélez Sarsfield la redacción del Código Civil, y lo hizo aun siendo éste su enemigo político, ya que había sido amanuense de Rosas. Pero era la cabeza jurídica más esclarecida por entonces en esta parte del mundo, un desierto que necesitaba progreso. El Código de Vélez vivió más de 140 años y como todo buen amigo, ayudando a la solución de los problemas de la vida diaria. Le achacan su “vejez”, pero atravesó todos los humores de la sociedad argentina desde la organización nacional, democracias y populismos, república y tiranías sin perder su lozanía y frescura. Reformado de a retazos, es cierto, pero adaptable, sólido, fuerte y amigable. Así podría haber receptado tres o cuatro nuevos institutos traídos por la modernidad. Sirvió de abono, además, para una riquísima doctrina y jurisprudencia que nos envidian en el mundo entero. Le reprochan su “excesivo casuismo”, pero hay que decir que nadie le pidió al nuevo código, que entró en vigencia el sábado, que -por ejemplo- dedique los ocho incisos del artículo 2.006 a definir distintos tipos de muros, lo cual tenía resuelto Vélez en 1869 y lo sabe ya cualquier buen abogado, arquitecto o peón de la construcción. Yo no aplazaré a un alumno en la Facultad porque no sepa las palabras con que la nueva ley distingue una pared divisoria de una privativa siendo que práctica y jurídicamente son lo mismo. Se acusa al código derogado de tener “muchos artículos”, pero cualquier lector advertido encontrará -por ejemplo- en uno solo, el 1.892, seis o siete de los que Vélez creó con mejor sistemática, a la luz de una modesta lámpara y sin más doctrinarios a quienes consultar. Se dice que el nuevo código es un requerimiento de la sociedad, pero en las rondas previas se le presentaron más de 1.800 ponencias críticas y ninguna fue receptada. Quisimos llamar la atención en junio de 2012 en nuestra Jornada “La inquietante reforma de la legislación civil y comercial”, pero se cumplió allí la enseñanza del maestro López de Zavalía: “desconfíen siempre de las corrientes mayoritarias”. No está mal que a los jueces se les dé por idear leyes, pero resulta cuando menos desprolijo que quienes tendrán que dirimir en definitiva la inconstitucionalidad de algunas de sus normas sean los que escribieron la ley y hayan estado sumados al coro de aplaudidores cuando esta Presidenta, no muy republicana por cierto, la promulgó. ¿Qué lleva al Gobierno a poner en vigencia un nuevo código? ¿Oportunismo político? ¿Vanidad académica en sus autores? ¿Mero ánimo de molestar el orden establecido? Lo cierto es que, volviendo a la alegoría inicial, los argentinos perdimos un viejo buen amigo, el Código de Vélez, que no es culpable de ninguno de los males argentinos y que ha sido reemplazado por otro que apaga más luces que las pocas que enciende.

Víctor J. Chocobar

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Motos y multas

Quiero denunciar el atropello que sufre el ciudadano común y trabajador que circula en moto. No estoy en desacuerdo con los controles que hace la Policía Vial, pero sí con la excesiva multa que se le cobra por no tener casco o espejo. ¿Les parece que un peón de albañil puede disponer de 3.000 pesos para retirar su único medio de movilidad? Sin ese vehículo queda toda la familia en total desgracia, ya que con él esa persona se transporta de un lado a otro de la provincia para llevar el pan a su familia. Sí estoy de acuerdo con que se secuestre el motovehículo a aquellas personas que delinquen. Señor Gobernador, si los controles son tan estrictos para las personas trabajadoras, ¿por qué no se hacen a las salidas de los boliches bailables? Salen totalmente ebrios y no hay un solo control.

Juan Carlos Núñez

Martín Fierro 152

Los Pocitos


El capitalismo

La respuesta a la pregunta ¿cuál es el sistema apropiado para la vida?, con la cual el lector Néstor Horacio Juárez finaliza su carta del 31/7, en la que ensalza desmesuradamente al sistema capitalista, la puede encontrar en el documento del Papa Francisco “Evangelii Gaudium” de noviembre de 2013 o repasando distintos mensajes de Su Santidad, en los cuales este rechaza fuertemente al sistema capitalista, llegando a afirmar categóricamente que “el capitalismo es el causante del sufrimiento en el mundo”, y que es un sistema económico basado en la desigualdad y la exclusión y que sólo persigue el beneficio individual en detrimento del bien común. Puede también el lector remitirse a la encíclica “Rerum novarum” en la cual se fundamenta la Doctrina Social de la Iglesia, escrita por León XIII en 1891, que condena al sistema capitalista porque no se rige por principios morales sino sólo por el lucro y las ganancias; también puede encontrar respuesta en la encíclica “Populorum progressio” escrita por Pablo VI en 1967, en la que define el capitalismo lisa y llanamente como un sistema nefasto. Existen otras encíclicas y documentos papales que se manifiestan en referencia a este tema, pero como todas guardan similares apreciaciones, considero innecesario seguir enumerándolas. Desconozco si el Sr. Juárez adhiere a la fe católica, por lo que no sé si estas líneas le serán de utilidad para despejar sus interrogantes sobre el capitalismo. Lo que sí conozco es a muchos católicos que se manifiestan admiradores del Papa actual y que dicen adherir a las enseñanzas de la Iglesia, pero que sin embargo ponen al dinero como su máxima deidad y son grandes profesantes de la avaricia y el egoísmo.

Oscar Beltrán

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Trenes a contramano

El país festeja la vuelta del tren en cada una de las provincias, gracias a una acertada decisión de la política del gobierno nacional. Se están inaugurando trenes de pasajeros en la Patagonia; en Santiago del Estero, un tren elevado; Buenos Aires tiene flotas de trenes de pasajeros cero kilómetro; Santa Fe recupera sus trenes de pasajeros y Salta repara las vías a nuevo para tener una fluida conexión con Chile, para los intercambios comerciales. En Tucumán nuestros representantes políticos a toda voz anuncian una y mil veces por todos los medios que las playas de la estación Tucumán CC se transformarían en un parque verde que la ciudad de Tucumán necesita para una mejor calidad de vida de sus habitantes; un argumento infantil, falaz, vergonzoso e irrespetuoso para los tucumanos, ya que deja ver claramente los intereses personales en contraposición con los intereses reales, legítimos y verdaderos del pueblo, como son los derechos de tener un transporte como el ferroviario, seguro, cómodo, no contaminante, rápido y económico, que sí le hace falta a Tucumán, con sus trenes de carga y pasajeros perdidos en la década de los 90. Hace unas cuantas horas productores tucumanos, mediante una nutrida manifestación, dejaron constancia de estar quebrados por el alto precio del flete, entre otras cosas; con el ferrocarril tendrían un flete mucho más barato que aliviaría en gran parte su quebranto y les daría competitividad. El pueblo tucumano espera ansioso el anuncio de la recuperación y la concreción de la circulación de todos sus trenes de carga y de pasajeros que circulaban en la ciudad. Tucumán CC debe transformarse en una moderna estación de trenes de pasajeros locales, interprovinciales y, por qué no, programar la circulación de modernos tranvías en el corredor mal llamado “cinturón de acero” por las personas que ignoran el valor que tiene ese tendido de vías. Señores gobernantes, no subestimemos la inteligencia de los tucumanos; el mismo mensaje para los políticos de la oposición y para todos los que se postulan en las próximas elecciones.

Héctor Francisco Márquez

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Antología no nata

Acaba de vencer la fecha fijada por las autoridades de Cultura de la Provincia, dicho sea de paso la séptima, para alumbrar en dificultoso parto la Antología de Cuentistas tucumanos. Lleva más de tres años, no hay dilatación ni orden para realizar una cesárea. Quise indignarme, pero me acordé “redepente” de este sabio pensamiento: “Un pueblo que no sabe reírse de sí mismo es un pueblo sin futuro” (Klaus Vladimir Chanampa en su libro “Die Grosse Politik”. Página 32. Traducción del Dr. Inti Huamán von Leberwurst”. Imprenta y Tipografía de los Señores Cojinillo Hnos. La Paz-Bolivia 1912). Calmado ya, pregunto humildemente: nació el “beibi”? ¿Se murió? ¿Dónde lo enterraron? Por lo menos podríamos el Día de los Fieles Difuntos encenderle una vela. Espero no recibir quejas por mi queja, que ya las hubo antes, por parte de quienes no cumplen con sus obligaciones, y pretenden castigar al árbol por dejarse mojar por los perros. Vale.

Tulio Santiago Ottonello

Sarmiento 170

Monteros


Corrupción

Con frecuencia, diversos medios publican y nos hacen saber sobre hechos de corrupción que ocurren en nuestro país y que involucran a instituciones y personas que cumplen funciones en alguno de los poderes del Estado (nacional, provincial, municipal, comunal, legislativo y judicial). En general, la corrupción está referida al mal uso del poder público para conseguir una ventaja ilegítima, generalmente de forma secreta y privada. En términos sencillos, se trata de casos en los que los servidores públicos toman sus tareas, funciones y recursos disponibles como negocios privados. Prácticamente todas las investigaciones científicas sobre la corrupción coinciden en que: a) Socava la legitimidad de las instituciones públicas. b) Atenta contra la sociedad, el orden moral, la justicia y el desarrollo integral y armónico de un país o región. Aceptando y considerando que la democracia representativa es una condición indispensable para la estabilidad, la paz y el desarrollo de la Argentina, por su naturaleza exige el combatir todas las formas y tipos de corrupción en el ejercicio de las funciones públicas que se presenten en cualquiera de los poderes del Estado. Como antecedente, Max Weber (padre de la Sociología), en sus trabajos distingue entre los políticos que viven para la política y de los políticos que viven de la política, con lo cual esta deja de valer por sí misma y se convierte en un instrumento de enriquecimiento. En 2005 el entonces cardenal Bergoglio escribió el libro “Corrupción y Pecado”, donde aborda el tema desde lo religioso y plantea el peligro de desmoronamiento personal y social que entraña la corrupción. El combatir este flagelo fortalecerá nuestras instituciones, evitará las distorsiones en lo económico, los vicios en la administración de la cosa pública y el deterioro de la moral social; y, fundamentalmente, se restablecerá la confianza en nuestra sociedad. Si además comprendiéramos que la corrupción es la llave que abre las puertas de mundos como la prostitución, el narcotráfico, el contrabando, etcétera, nuestro rol como ciudadanos sería más proactivo para exigir una mayor y mejor calidad a las organizaciones y miembros que componen la república. Pese a la vital importancia de esta cuestión, notamos que ninguno de los candidatos que se postulan para ocupar cargos en los poderes ejecutivos, legislativos y comunales en las próximas elecciones, presentaron o tienen una propuesta clara, concreta y realizable al respecto. De nada nos sirve que los candidatos ganen elecciones y realicen algunas obras públicas si la corrupción sigue y continúa socavando los cimientos de nuestra forma de vida democrática y arruinando el futuro del país.

Juan Francisco Segura

Pasaje Baaclini 675

San Miguel de Tucumán


Contenedor robado

Solicito que la Dirección de Limpieza Pública reponga el contenedor de residuos domiciliarios de avenida Sáenz Peña al 500, acera poniente, que fue robado por vándalos una madrugada hace más de tres semanas. A causa de esto los animales desctruyen las bolsas en busca de alimentos y las veredas quedan llenas de residuos. Hasta el momento la empresa 9 de Julio cumplió sus horarios. Pero nos hace falta el contenedor en la cuadra.

Ricardo Maza

Avenida Sáenz Peña 579 P.A.

San Miguel de Tucumán

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