El avance letal del “paco” en La Costanera

El avance letal del “paco” en La Costanera

No se trata precisamente del apodo, sino de suerte de arma que enferma y mata, especialmente a los niños, adolescentes y jóvenes. El “paco”, una droga callejera de bajo costo elaborada a partir de residuos de la cocaína, procesada con otros ingredientes, llegó a la provincia hace unos años y no sólo terminó quedándose, sino que viene esparciendo dolor y muerte, especialmente en sectores marginados de la sociedad, como los barrios que integran La Costanera, ubicada en ambas márgenes del río Salí.

En 2008, tomó estado público que los chicos que comenzaban a drogarse a los 10 años, parecían “cadáveres caminantes”, según testimoniaban sus madres, que vivían con dramatismo cómo sus hijos se autodestruían, y se sentían impotentes para combatir a los “transas” que eran los que les vendían el “paco”. Surgieron grupos como “Las madres del pañuelo negro” que le pedían al gobierno ayuda para poder contener y tratar a sus hijos, víctimas del consumo del “paco”.

En nuestra edición de ayer, publicamos una entrevista a una ciruja y cartonera que sostuvo que se está muriendo un chico por semana. “En la Costanera hoy hay más droga que nunca... El Estado no consigue frenar este círculo venenoso. ¿Entienden lo que pasa? No estamos hablando de perder cosas materiales sino de perder la humanidad... ¿quién se hace responsable de estas muertes? ¿Quién será condenado por ellas?”, se preguntó.

Ella misma fue víctima de estas tragedias; su hijo se suicidó en 2010, una época en que se mataron alrededor de 20 jóvenes. Fue una de las organizadoras de las Madres del Pañuelo Negro, grupo que actualmente está casi inactivo. La cartonera señaló que nadie lleva la cuenta de las muertes que viene produciendo el consumo de la pasta base (de la cocaína). “Estamos viviendo un genocidio. Nuestros chicos son los desaparecidos de la democracia”, asevera. Agregó que todos saben quiénes cocinan y venden droga, y que la subsistencia del negocio es una prueba de que este tiene protección policial, judicial y política. “No necesitamos chapas ni colchones, sino trabajo genuino para que los chicos de La Costanera y de todos los barrios pobres de Tucumán se inserten en la sociedad. Para salir adelante hace falta un ejército de profesionales decididos a sacarnos de este sufrimiento. Hay que prevenir, pero también curar a los enfermos y terminar con los ‘transas’... Tenemos que pelear contra la droga al mismo tiempo que luchamos para dar de comer a nuestras familias. Si yo no trabajo, nos morimos de hambre”, afirmó.

No se entiende por qué a cinco años de su promulgación continúa sin reglamentarse la ley N° 8267 sobre la Política Pública Integral para la Prevención y Asistencia a las Adicciones, cuya misión era la elaboración de una política integral orientada a la prevención y asistencia de los afectados por el consumo de sustancias químicas psicoactivas adictivas, considerándose la investigación, la prevención, el tratamiento, la rehabilitación, la reinserción social, el desarrollo de programas, la educación, la capacitación y la acción comunitaria.

Con una política integral, con una decisión firme para combatir en todos los frentes a los mercaderes del mal, con educación, salud y trabajo, posiblemente se pueda evitar que muera un chico por semana en La Costanera, que puedan recuperar la salud, la dignidad y reinsertarse en la sociedad.

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