No volvió y ya lo miman

Si bien Miguel Amargós regresará hoy a la provincia, el medallista de oro en karate en los Juegos Panamericanos de Toronto ya fue mimado fuera de su lugar de nacimiento. Es que no es para menos: por su aporte dorado en la categoría menos de 84 kilos, la disciplina nacional tuvo un desempeño histórico en citas continentales que se completó con el oro de Julián Pinzás en hasta 67 kilos y el bronce de Franco Icasati en hasta 75.

El karateca tucumano es orgullo nacional y por eso la Confederación Argentina de su deporte no perdió tiempo. Ayer finalizó la tercera fecha del Campeonato Nacional que se disputó en Córdoba y hasta allí fue invitado Amargós. El joven de 23 años llegará hoy por la mañana a la provincia y, a las 17, en caravana desde su casa en Villa Alem, será trasladado para festejar en la plaza Independencia. “Prefiero estar en mi casa y aparecer en los medios de Tucumán. Después quedarán los de Buenos Aires”, reconoció el tucumano. A la agenda del karateca la manejan sus sensaciones y por eso decidió postergar los compromisos que lo iban a tener varios días lejos de su hogar. Además tiene cuestiones por resolver. “Lo primero que pidió es el osito y después la medalla”, reveló Amargós las exigencias de Aquiles Lionel, su hijo de 6 años. El abrazo del padre y el hijo está a horas de producirse y así el dueño del oro panamericano cumplirá lo que había calificado como su máximo objetivo próximo. Además de un corazón rebosante de felicidad por la medalla, el reconocimiento y los halagos, Amargós tiene buenas noticias. “Fui a un traumatólogo que me recomendaron los médicos del Cenard y hay muchas posibilidades de que no me tenga que operar”, explicó el karateca sobre la primera observación post fractura del segundo metacarpiano de la mano derecha. Pero hizo la advertencia. “Eso sí, el diagnóstico final lo tiene mi médico de cabecera, Lucas Herrera”, sentenció.

Cuando tenga el parte oficial, deberá remitirlo a los dirigentes nacionales. “Ahí verán si me incluyen en alguna gira, sino me dejarán sanar bien hasta el Open de París, en enero, para empezar 2016 con miras al Mundial”, detalló. Por lo pronto, a Amargós lo espera algo desgastante y placentero como ganar el oro: responder a las exigencias del festejo de un campeón.