02 Agosto 2015
José Lorenzo Carrizo tiene 62 años. Está sentado en la vereda de la pensión, ubicada en Ayacucho al 1.200, y en el lado izquierdo de su pecho tiene un apósito pegado con cintas que le cubren la herida que le dejó una puñalada que le asestaron el lunes para robarle la recaudación.
El ocurrió en Martín Berho al 1.300, en Villa 9 de Julio, una de las zona más peligrosas para los taxistas. Carrizo recuerda que el joven que lo asalto un sujeto que, según los vecinos que lo auxiliaron cuando fue asaltado, es conocido como “El Porteño” no le dio señales de que lo iba a atacar.
“Se me sentó al lado y me fue hablando de su hija. Me decía que la tenía enferma y que iba a tener que internarla. Cuando nos acercamos adonde me robó, me dio la puñalada. Quise agarrar un destornillador que tengo bajo el asiento pero no lo logré sacar. Muchos taxistas salimos con palos o cuchillos para poder defendernos”, dijo al recordar lo que ocurrió.
Carrizo fue internado en el Centro de Salud pero los médicos le dijeron que tuvo suerte. “La herida no fue profunda pero me asusté porque me salía mucha sangre. Ahora estoy con medicación. Lo peor es que no puedo trabajar y en mi caso me mantengo con lo que hago en el día”, agregó.
Por mes, según sus cálculos, gana menos de $ 6.000. Con ese dinero paga la habitación en la que vive y mantiene sus necesidades. No tiene obra social ni aportes jubilatorios. En la pierna derecha tiene varias costras y explica que se las hizo hace poco cuando se cayó entrando a la pensión. “El dueño del auto me compró los medicamentos. Vivo solo porque casi toda mi familia está viviendo en Buenos Aires. Con lo que gano me puedo mantener, pero para los taxistas que tienen familia es más difícil”, continuó.
Esta fue la primera vez que lo asaltaron pero sabe que tuvo suerte. Por eso, según dijo, cuando pueda volver a manejar tratará de buscar un arma que sea mejor que un destornillador si tiene que volver a defenderse.
El ocurrió en Martín Berho al 1.300, en Villa 9 de Julio, una de las zona más peligrosas para los taxistas. Carrizo recuerda que el joven que lo asalto un sujeto que, según los vecinos que lo auxiliaron cuando fue asaltado, es conocido como “El Porteño” no le dio señales de que lo iba a atacar.
“Se me sentó al lado y me fue hablando de su hija. Me decía que la tenía enferma y que iba a tener que internarla. Cuando nos acercamos adonde me robó, me dio la puñalada. Quise agarrar un destornillador que tengo bajo el asiento pero no lo logré sacar. Muchos taxistas salimos con palos o cuchillos para poder defendernos”, dijo al recordar lo que ocurrió.
Carrizo fue internado en el Centro de Salud pero los médicos le dijeron que tuvo suerte. “La herida no fue profunda pero me asusté porque me salía mucha sangre. Ahora estoy con medicación. Lo peor es que no puedo trabajar y en mi caso me mantengo con lo que hago en el día”, agregó.
Por mes, según sus cálculos, gana menos de $ 6.000. Con ese dinero paga la habitación en la que vive y mantiene sus necesidades. No tiene obra social ni aportes jubilatorios. En la pierna derecha tiene varias costras y explica que se las hizo hace poco cuando se cayó entrando a la pensión. “El dueño del auto me compró los medicamentos. Vivo solo porque casi toda mi familia está viviendo en Buenos Aires. Con lo que gano me puedo mantener, pero para los taxistas que tienen familia es más difícil”, continuó.
Esta fue la primera vez que lo asaltaron pero sabe que tuvo suerte. Por eso, según dijo, cuando pueda volver a manejar tratará de buscar un arma que sea mejor que un destornillador si tiene que volver a defenderse.
Lo más popular
