“El humor de antes no se metía con la ideología”

“El humor de antes no se metía con la ideología”

Cherutti trae un show que rescata el espíritu del café concert, aunque dice que el teatro de revista jamás desaparecerá.

02 Agosto 2015
ACTÚA HOY

• A las 21, en el teatro Alberdi (Jujuy y Crisóstomo Álvarez).

“No, no, nada que ver”. Se ríe Miguel Ángel Cherutti cuando se le pregunta si el título del show que trae a Tucumán, “Inimitable 2”, es una suerte de advertencia para el resto de los cómicos. “Te juro que no fue con esa intención -insiste-. Cada uno sabe en lo que es bueno y en lo que marca una diferencia. Vamos a ser sinceros: los títulos son ganchos y nada más; si podés ponerle actualidad, bienvenido sea. En la época en que hacíamos revista tuvimos títulos emblemáticos, con un doble sentido total, como ‘Lo que el turco se llevó’, ‘Tetanic’ y ‘Las cosas del joder’. Como esos, este es un mero gancho. Yo jamás voy a jactarme, a decir ‘soy el mejor’”.

Cherutti no dice ser el mejor, pero sí reconoce que sus 35 años de carrera (y un poquito más) le han construido una base de talento, experiencia y reconocimiento que hoy le sirve, entre otras cosas, para proponer un espectáculo diferente: “Inimitable 2”, dice, no es un show coral que se apoya en otros humoristas o vedettes, sino que rescata el espíritu de los café concert y lo ubica en el centro de la escena. Solo, durante casi una hora y media, sin bajarse del escenario. Y aún así, destaca, el show tiene mucho dinamismo: hay imitaciones, chistes, monólogos y un bloque de tango.

- ¿Por qué te pareció importante volver a la esencia del cómico solo en el escenario?

- A esta altura de la vida y de la profesión querés darte otros gustos. En 35 años se han dado muchas cosas: hice muchos espectáculos exitosos, he trabajado con la gente más importante del medio y me hice un oficio muy grande, entonces me puedo dar este gusto. No todo el mundo tiene la experiencia para hacerlo. Mientras tengas vigencia y el talento intacto es importante demostrar que seguís generando cosas desde otro lugar.

- ¿Hay algún personaje que no hayas podido lograr, que se te haya hecho inimitable?

- Siii, muchos. Frank Sinatra era una imitación estupenda, por ejemplo, y nunca la pude hacer. Es verdad que en este trabajo hay que tener paciencia porque en algún momento te sale un personaje que ni te imaginabas. Hoy la tecnología te favorece porque podés buscar la parodia más que la imitación; hacés una caracterización sin parecerte mucho en la voz. Eso también es valedero, pero yo vengo de otra formación y me gusta trabajar a cara limpia, estilo showman.

- En tiempos electorales, ¿es peligroso encarnar a un político?

- No, a la actualidad la podés encarar en cualquier momento del año, pase lo que pase en el país. Lo que noto es que la imitación de los políticos no es como hace años, cuando se podían hacer cosas más graciosas. Hoy las imitaciones no tienen mucho sustento, no hay muchos tips o gestos que puedan resultar graciosos al público. No veo intención de hacer humor político, excepto alguna bajada de línea de algún humorista de radio. En la TV es más complicado por los intereses de algunos programas (risas) y en el teatro están faltando revistas, que eran el espacio en el que podías darte el lujo de hacer lo que querías con el humor político. Nosotros hacíamos un humor político más tradicional, con un doble sentido sutil, sin meternos con la ideología del personaje.

- ¿Qué te hace sentir que el teatro de revista esté desapareciendo?

- Creo que es un impasse, un intervalo, y que la revista no desaparecerá jamás porque es humor. Lo que ocurre tiene que ver con un momento económico, los costos están muy elevados, pero cuando eso se normalice la revista volverá. Tampoco es bueno que haya tantas comedias; cuando un género se pone de moda, van todos a eso. Es cierto que la comedia es más económica y no implica tantos riesgos, pero de 10 obras, sólo tres trabajan.

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