Por LA GACETA
01 Agosto 2015
Se lo define como una institución, sin fines de lucro, abierta al público, cuya finalidad consiste en la adquisición, conservación, estudio y exposición de los objetos que mejor ilustran las actividades del hombre, o culturalmente importantes para el desarrollo de los conocimientos humanos. Es decir que un museo, según su carácter, puede estrechamente asociado con la identidad y parte de la historia de una comunidad.
Se realizará hoy en nuestra ciudad la octava edición de la Noche de los Museos, en la que los tucumanos podrán recorrer entre las 18 y las 24, casi 20 instituciones que exhibirán parte de su patrimonio. La “Lange Nacht der Museen” (la larga noche de los museos) nació en Berlín en 1977 y con el tiempo, más de 130 ciudades europeas tomaron la idea.
En el marco de esta celebración, el Ente de Cultura formalizará oficialmente la aceptación de la donación con cargo del Museo Iramain, ubicado en Entre Ríos 27, que efectuó la fundación que lleva el nombre del destacado artista tucumano, de acuerdo a lo que prescribe el decreto N° 1589 del 12 de junio de 2015.
La vivienda de Juan Carlos Iramain se convirtió en casa museo en 1935, es decir que el 9 de julio cumplió 80 años. El escultor falleció el 14 de junio de 1973. El 22 de julio de ese año, el Concejo Deliberante aprobó una ordenanza por la cual se convertía en museo municipal. La inauguración se llevó a cabo el 5 de octubre de 1973. Por la ordenanza Nº 692/81 del Gobierno de facto, se dejó sin efecto la ordenanza 27/73 y la casa del artista dejó de ser museo municipal. En 2008, se promulgó la ordenanza 3980 que proponía efectuar un relevamiento para la restauración y refuncionalización de la sede. Se le reestablecía la categoría de museo municipal y se lo eximía de pagar impuestos. No obstante, salvo la excepción de pagar la tasa municipal no hubo otra acción concreta para hacer efectiva la norma en su totalidad. El museo se sostenía económicamente con el aporte del hijo del escultor y de su esposa; no contaba con subsidios de ninguna índole.
Juan Carlos Iramain se formó en Buenos Aires, donde se relacionó con una barra de poetas, músicos, pintores que se constituían en el café Tortoni. Fue amigo de los presidentes Alvear y Justo y con el pintor Benito Quinquela Martín fundó el partido Federación Artística Obrera. Conoció a Juan de Dios Filiberto, Agustín Magaldi, Antonio Machado, Pablo Neruda, Federico García Lorca, Alfonsina Storni, Berta Singerman y Osvaldo Pugliese, entre otros notables. En 1941, el gobernador tucumano Miguel Critto le encargó el Cristo de San Javier. En 1949, partió a Estados Unidos, donde dio conferencias, enseñó y fue huésped del compositor húngaro Ernest von Dohnányi, a quien le hizo un busto. Iramain ganó fama y dinero. Esculpió las cabezas del premio Nobel Albert Einstein y de gobernadores estadounidenses. En Entre Ríos 27, fundó la Cofradía de la Cordialidad Humana, en la que participaban pintores, escultores, intelectuales. Proyectó para el cerro San Bernardo de Salta un Cristo colosal que recibió el nombre de “El penitente”. También esculpió un monumento a Belgrano de siete metros que está en esa ciudad. “Me encanta el arte moderno y admiro la audacia de los jóvenes. En mi época yo también fui de los primeros rebeldes y melenudos; entonces para poder usar melena era necesario ser poeta o artista. Estoy satisfecho con lo que produje. No he recibido influencias de nadie, pues siempre fui muy rebelde”, dijo poco antes de morir.
Nos parece positivo que la Provincia se haga cargo de la administración de este valioso museo que evoca a uno de los artistas más importantes que ha dado Tucumán.
Se realizará hoy en nuestra ciudad la octava edición de la Noche de los Museos, en la que los tucumanos podrán recorrer entre las 18 y las 24, casi 20 instituciones que exhibirán parte de su patrimonio. La “Lange Nacht der Museen” (la larga noche de los museos) nació en Berlín en 1977 y con el tiempo, más de 130 ciudades europeas tomaron la idea.
En el marco de esta celebración, el Ente de Cultura formalizará oficialmente la aceptación de la donación con cargo del Museo Iramain, ubicado en Entre Ríos 27, que efectuó la fundación que lleva el nombre del destacado artista tucumano, de acuerdo a lo que prescribe el decreto N° 1589 del 12 de junio de 2015.
La vivienda de Juan Carlos Iramain se convirtió en casa museo en 1935, es decir que el 9 de julio cumplió 80 años. El escultor falleció el 14 de junio de 1973. El 22 de julio de ese año, el Concejo Deliberante aprobó una ordenanza por la cual se convertía en museo municipal. La inauguración se llevó a cabo el 5 de octubre de 1973. Por la ordenanza Nº 692/81 del Gobierno de facto, se dejó sin efecto la ordenanza 27/73 y la casa del artista dejó de ser museo municipal. En 2008, se promulgó la ordenanza 3980 que proponía efectuar un relevamiento para la restauración y refuncionalización de la sede. Se le reestablecía la categoría de museo municipal y se lo eximía de pagar impuestos. No obstante, salvo la excepción de pagar la tasa municipal no hubo otra acción concreta para hacer efectiva la norma en su totalidad. El museo se sostenía económicamente con el aporte del hijo del escultor y de su esposa; no contaba con subsidios de ninguna índole.
Juan Carlos Iramain se formó en Buenos Aires, donde se relacionó con una barra de poetas, músicos, pintores que se constituían en el café Tortoni. Fue amigo de los presidentes Alvear y Justo y con el pintor Benito Quinquela Martín fundó el partido Federación Artística Obrera. Conoció a Juan de Dios Filiberto, Agustín Magaldi, Antonio Machado, Pablo Neruda, Federico García Lorca, Alfonsina Storni, Berta Singerman y Osvaldo Pugliese, entre otros notables. En 1941, el gobernador tucumano Miguel Critto le encargó el Cristo de San Javier. En 1949, partió a Estados Unidos, donde dio conferencias, enseñó y fue huésped del compositor húngaro Ernest von Dohnányi, a quien le hizo un busto. Iramain ganó fama y dinero. Esculpió las cabezas del premio Nobel Albert Einstein y de gobernadores estadounidenses. En Entre Ríos 27, fundó la Cofradía de la Cordialidad Humana, en la que participaban pintores, escultores, intelectuales. Proyectó para el cerro San Bernardo de Salta un Cristo colosal que recibió el nombre de “El penitente”. También esculpió un monumento a Belgrano de siete metros que está en esa ciudad. “Me encanta el arte moderno y admiro la audacia de los jóvenes. En mi época yo también fui de los primeros rebeldes y melenudos; entonces para poder usar melena era necesario ser poeta o artista. Estoy satisfecho con lo que produje. No he recibido influencias de nadie, pues siempre fui muy rebelde”, dijo poco antes de morir.
Nos parece positivo que la Provincia se haga cargo de la administración de este valioso museo que evoca a uno de los artistas más importantes que ha dado Tucumán.
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