Partida del gran uruguayo

Partida del gran uruguayo

La despedida de Terán a José Enrique Rodó.

JOSE ENRIQUE RODÓ. El destacado autor de “Ariel” y de “Motivos de Proteo”.  LA GACETA / Archivo JOSE ENRIQUE RODÓ. El destacado autor de “Ariel” y de “Motivos de Proteo”. LA GACETA / Archivo
Una de las personalidades americanas que despertaron la profunda simpatía del gran tucumano Juan B. Terán (1880-1938) fue la de José Enrique Rodó (1871-1917). Al ocurrir su fallecimiento, le dedicó una página llena de admiración, en LA GACETA.

Para Terán, era Rodó alguien que despertó en América “un vivo amor por la pura espiritualidad”. Más allá de la belleza de sus frases, el prestigio de su obra estaba en “en el sentido filosófico de la ideas y de los sentimientos que despertaba o sugería”. En medio del barro, Rodó era capaz de descubrir “la presencia de la gota balsámica del bien o la belleza”.

En ese sentido, era un poeta. Y era filósofo porque “ponía delante de los ojos desconcertados del escéptico, el tesoro insospechado que guarda toda alma humana”. Más allá de la hirviente expresión de la literatura tropical, Rodó “alcanzó la medida, la proporción y la línea simple y suficiente”. Pensaba Terán que su “liberalismo y jacobinismo”, eran “la página de un hombre de corazón, sincero y sabio”.

De sus libros, “Ariel” representaba “la confesión de una fe espiritualista enfrente de las sombrías contradicciones de un alma moderna”. Y los “Motivos de Proteo” constituían “una guía cordial del camino que lleva a la perfección, a la pureza, a la bondad: al vivir noble y esperanzado”.

Al conocerse la noticia de la muerte de Rodó (ocurrida el 1 de mayo de 1917, durante un viaje por Italia), junto con la nota de Terán el poeta Germán García Hamilton publicó en LA GACETA un estremecido artículo de despedida “al filósofo, el poeta, el estilista, el maestro insuperable del buen decir”.

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