“Todos creen que merecen dólares”

El economista y periodista del diario Página/12, Alfredo Zaiat, afirma que el discurso económico está atravesado por sensaciones negativas como el miedo, la incertidumbre y la angustia. En su último libro “Amenazados” -que presentó esta semana en Tucumán- el autor señala que estos mensajes provienen de economistas que responden a los grupos económicos más fuertes del país. “La presentación de las tensiones económicas siempre son problemas, y esto provoca incertidumbre”, argumentó en una entrevista con DINERO.

-¿Quiénes son los que amenazan?

Son los economistas que responden a grupos económicos, y que plantean medidas como el ajuste. Mediante el miedo, la sociedad acepta estas políticas. Estos economistas dicen que la forma de liberarse de la angustia es aceptar las penurias del presente, o sea el ajuste, en función de una bonanza económica. Así, los sectores vulnerables terminan aceptando medidas que van en contra de sus propios intereses.

-¿A quiénes que responden estos economistas, y de qué modo infunden miedo?

De una forma resumida, responden al poder económico concentrado en el sector financiero, en las grandes industrias, en el agro, en los exportadores y en las multinacionales. Hay variables económicas que son instrumentos del miedo. El dólar, la devaluación, la pérdida del empleo y de la cobertura social, son algunas de estas variables.

-Los economistas opositores al Gobierno sostienen que, a fin de año, habrá una devaluación, ¿esto es real o es parte del miedo?

Lo real es que se va construyendo el escenario para que la sociedad vulnerable, que también incluye a los sectores medios y a la mediana industria, convalide una devaluación brusca. Esto sería regresivo.

-Las economías regionales, como la industria azucarera de Tucumán, reclaman, entre cosas, correcciones en el tipo de cambio para poder exportar...

Pero la devaluación no mejora las exportaciones. Con la devaluación se mejoran los ingresos de los sectores concentrados de la economía y de los dolarizados. El principal problema del azúcar es la caída del precio internacional, que bajó por sobreproducción y por caída de demanda. Hay que analizar en forma específica las necesidades de cada economía regional, antes de devaluar.

-La inflación afecta no sólo a los consumidores, sino también a las industrias. Las economías regionales confirman una suba de costos que afecta su rentabilidad...

Obvio. Hay una tensión de precios, que se debe a varios factores. El más importante es la puja distributiva, que se refleja en el aumento de costos. A partir de la suba de salarios, sectores como el transporte, el comercio y la producción, acomodan sus precios. El Gobierno debe desarrollar políticas de ingresos para evitar los aumentos.

-¿Cree que el cepo al dólar también es un instrumento del miedo?

Me resisto a usar esa palabra de cuatro letras. Para su desarrollo, todos los países administran divisas. Los sectores que demandan dólares son la industria, las multinacionales giran utilidades al exterior, el Banco Central, que necesita fortalecer sus reservas, los ahorristas y el turismo. No hay dólares para todos. Cada sector se cree merecedor de dólares, pero eso es engañar. Entonces se deben establecer las prioridades.

-Pero el Gobierno se quedó sin dólares, ¿por qué?

La economía argentina se quedó sin dólares. Esto sucede porque la estructura productiva está desequilibrada, porque se perdió el autoabastecimiento energético y por la elevada fuga de capitales. Los desequilibrios de la estructura productiva se explican a partir de que el sector agro es competitivo en el mundo, y proveedor de dólares, frente a un sector industrial que es menos competitivo y que demanda dólares. Por eso es necesario que haya una sustitución selectiva de exportaciones, para que la industria demande menos divisas y se convierta en proveedor.