Las “Miradas” que condicionan los deseos

Mirar es tanto dirigir la vista a un objeto, como observar las acciones de alguien, registrar, pensar, juzgar y buscar e informarse sobre algo. Todas esas acepciones son consideradas por la Real Academia Española de Letras, al definir la palabra. Y todas ellas entran en juego en “Miradas”, la obra de teatro-danza que se estrenará esta noche, a las 22, en Sala Ross (Laprida 135).

Cuatro cuerpos narrarán las historias de mujeres que atraviesan distintas etapas en sus relaciones amorosas, con la interacción del lenguaje teatral y la danza contemporánea. Una temática cotidiana, iluminada por populares temas del rock nacional, del pop y de lo melódico, que alcanzan una nueva dimensión en la puesta en escena.

Y en ese contacto entre las disciplinas escénicas se para Ignacio Hael, responsable de la dirección de actrices, para afirmar que “el punto de unión son los sentimientos, en la emoción que cada intérprete expresa a través de los dos lenguajes; cuando miramos al interior de cada personaje se despierta un ‘sueño’, donde la música y la danza cobran el protagonismo y sobran las palabras”.

Cecilia Cáceres, en tanto, tuvo a su cargo la dirección general y la dramaturgia, y compone uno de los personajes (los otros están en manos de Cecilia López, Paula Polo y Pamela Navarro). “Me parecía muy rico poder contar algo desde la palabra, el movimiento y el ritmo, la melodía y la letra de una canción conocida, Con todos estos elementos, estaba segura de que iba a lograr que se comprenda el sentir de cada personaje y sus historias”, dijo.

En una entrevista a dúo, cada uno volcó sus ideas a LA GACETA.

- ¿Qué quieren decir con “Miradas”?

- (Cecilia Cáceres - CC) Viene a mostrar situaciones cotidianas, cómo transita el amor en la vida de cada uno.

- (Ignacio Hael - IH) Son “Miradas” desde afuera, por ellas mismas y desde el interior. Es decir, puntos de vistas con múltiples significados.

- ¿Las miradas nos determinan, nos limitan y nos condicionan?

- (CC) Sí, la mirada de los otros, de la sociedad y hasta de uno mismo determina, limita y condiciona el actuar, el reaccionar, el qué se permite cada uno y qué no, lo que muchas veces hace difícil conectarse con los deseos para salir de esos condicionamientos.

- (IH) El foco está puesto en la transformación que causa la mirada. Nada mejor que llevar este tema al teatro como lugar donde se mira e interviene.

- ¿Cómo romper esos límites?

- (CC) Es el gran desafío: romper los límites para hacer lo que a cada una le hace bien y ahí está la compañía de las amigas, ayudando a salir de la tristeza, a que descubra que le pasa, o simplemente escuchando lo que siente.

- (IH) Creo que en esta obra los límites se borran constantemente. El espectador sentirá que, por momentos, se mira a sí mismo al mirar. Es mirar, mirarse, ser mirado.

- Al elegir la música ¿buscaban la identificación del público?

- (CC) Son canciones que me gustaron siempre, que cuando las escuchaba pensaba que me gustaría bailarlas alguna vez. Lo primero que elegí, antes de escribir la obra, fueron cuatro canciones y a partir de ellas fui creando los personajes. Y los demás temas los fui eligiendo a medida que iba escribiendo, en relación con lo que quiero transmitir. Pero también tuve en claro desde un principio que quería que sea algo que se comprenda, que pueda llegar a personas sin conocimiento sobre la danza contemporánea.

- (IH) En la cercanía de los recursos usados podemos encontrar ese puente de conexión con el público; en la sencillez y delicadeza podrá encontrarse lo poético y sentirse parte de eso.