Cartas de lectores
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30 Julio 2015

LAS ISLAS MALVINAS

La carta del lector Arturo Mario Arroyo (28/7) no puede quedar sin una respuesta. Soy de los que llaman a Puerto Stanley por su nombre actual, no el que yo quisiera. Eso nada significa, mucho menos pleitesía al invasor. Si pudiera viajar a nuestras Islas, lo haría con mi pasaporte y lo haría sellar. Eso tampoco cambia la cosa. Y vayamos al texto mismo de la carta. Agradezco la lección sobre escolástica. Me hizo acordar esos resúmenes para alumnos perezosos, pero ahí viene mi desaliento. Pensé que el lector era fogueado en estas lides, y no es así. Arranca y arranca mal, en tanto y en cuanto el Derecho Romano y luego su adaptación por Tomás de Kempis es esencialmente racional, lógico y ordenado, mientras el Derecho sajón es más que nada fundamentalmente casuístico, apegado a fórmulas, tan poco lógicas que dicen que “la ocupación de un territorio es la siete octava parte del derecho a poseerlo”. Así que la candorosa ingenuidad del lector Arroyo cae por su propio peso. Los ingleses saben y aún lo admiten, que desde el punto de vista argentino, tenemos razón, y en el mundo son mayoría los que piensan así. En este tema no hay argentinos bien nacidos y mal nacidos. Hay argentinos vociferantes, legos en el tema que hablan sobre lo que no saben. Y por el otro lado, los que conociendo el asunto en alguna profundidad, buscamos afanosos el camino para una solución, pero sin prejuicios, descartando todos los caminos que ya han fracasado, y mirando el tema con exacta ubicación y no con razonamientos de barrabrava, que esto no es fútbol. Tenemos y defendemos la Resolución 2.065 de las Naciones Unidas que nos obliga a conocer y respetar los deseos (sic) de los isleños. ¿Como vamos a saber que desean sin hablar con ellos? Prueba de su ignorancia la muestra cuando reclama la política que mantuvimos con ellos antes de 1982. ¿Les vendíamos nafta? Por supuesto. ¿A qué precio? Al mismo que se vendía en Tierra del Fuego. ¿Curábamos sus enfermos? Por supuesto, como a cualquier tucumano, mendocino o porteño. ¿O vamos a negar con el codo lo que escribimos con la mano? ¿Si las Islas son nuestras, que lo son, nuestros son aunque indirectamente sus problemas. Y nos iba muy bien con aquel status legal. El lector aludido habla de las “relaciones carnales” que habría mantenido nuestro gobierno. Si acude a una buena fuente, verá que se refería a los Estados Unidos. Otro error. Aun con el peligro de mostrarme presuntuoso, debo decir que mantuve muchos años una excelente relación con la familia Booth, que vivía en Stanley. Ellos y yo éramos radioaficionados y conversábamos todos los días. Conocí personalmente a Mary Booth en Montevideo. Estuve en el Darwin, el barco que comunicaba las Islas con el Uruguay una vez por mes. Y conocí muchas personas isleñas, en una gran pensión ubicada en la plaza Zabala, que era el punto de reunión de las isleños en tránsito. De nada de eso me arrepiento. Y considero una obligación hacerlo. Y debe saber el lector que hay un grupo bastante grande de argentinos continentales y de argentinos insulares (llamados kelpers) que se reúnen y dialogan en reservado silencio. Y no se deje llevar por las apariencias, y mucho menos funde argumentos con pies de barro. El Falkland Islands Comité, “un fuerte grupo kelper”, no es ni más ni menos que cinco empleados de la Falkland Islands Company, que firman lo que sus patrones les mandan so pena de perder su trabajo. La citada compañía es dueña de la mayor parte de las tierras, ovejas, cultivos, comercio, seguro, banco, pasajes, comunicaciones, etcétera. Si hay algún lugar donde rige el más amplio monopolio, es allí. Y nadie puede oponerse. Ellos también se ocupan, de cuando en cuando, de reunir una cantidad de niños isleños, con carteles que dicen: “Keep the Falkland British” y la foto saldrá al otro día en los diarios de medio mundo. Y en estos lugares, gente desinformada monta en cólera, se acuerdan de la escarapela, de Santo Tomás de Aquino, de Belgrano (?). “Y siguen enarbolando con firmeza e hidalguía confiados en la providencia la devolución de las Islas”. Hasta ahora han fracasado. Dejen paso a quienes con no menos patriotismo, firmeza, etcétera, buscan nuevos caminos al viejo problema. A Dios rogando pero con el mazo dando, dice el refrán. Y en silencio que no debe ser confundido con el olvido. Para finalizar debo decir que el caso del señor Betts tiene algunos ribetes especiales. Estaba casado con una madura isleña. Conoció en Stanley a una joven argentina que trabajaba en LADE. Mejor dicho en la casa del gerente de LADE. Como miles de otros se enamoró, se divorció y se casó con ella. Eso ocurrió durante los días de la guerra, y salió de las islas con los últimos vuelos de los Hércules. Una historia sobre la vida privada de una pareja, acerca de lo cual me abstengo de opinar. Él, en su libro, omite algunos de estos datos.

Tulio Santiago Ottonello
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LA LIBRE EXPRESIÓN

Hace algunos días leí un artículo en LA GACETA “on line” sobre el proyecto de cuatro diputados kirchneristas que pretenden sean sancionados de un mes a tres años de prisión aquellos que publiquen opiniones discriminatorias. Actualmente estamos en un callejón sin salida porque el mencionado proyecto nos cercena el derecho a la libre expresión, no solamente a los medios de comunicación sino también a cualquier ciudadano que quiera manifestar su opinión a través de las páginas web o de diarios y revistas. Siempre en nuestro país existió la libertad de expresión pero pareciera que algunos políticos quieren avasallarla, impidiendo que por las opiniones contrarias al gobierno vertidas en distintos medios, sean sancionados sus autores. ¿A qué extremos llegamos? ¿Libertad o censura? Desde ningún punto de vista se debe impedir que las diferencias de pensamiento que se tengan con respecto al gobierno no sean publicadas. Los opositores tienen la palabra, es el momento de decir basta y oponerse a que este proyecto sea aprobado en las Cámaras. En caso contrario, esto sería un retroceso para el futuro del país y quedaríamos en una triste situación por la mala política reinante, haciendo aún más difícil el poder lograr inversiones que nos beneficiarían económicamente porque dejaremos de ser creíbles. Sólo considero desde mi modesta opinión como ciudadana que se debe favorecer la libertad de expresión.

Marta Lizárraga

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UN PASO AL COSTADO

El ministro fiscal Edmundo Jiménez debiera dar un paso al costado de la Junta Electoral. Quizás las leyes lo amparen. A lo mejor no exista causal para su apartamiento, pero nadie en Tucumán desconoce que fue ministro alperovichista durante 11 años, nada menos, lo que hace dudar de su imparcialidad. Quizás su conducta sea intachable, pero la ciudadanía no puede confiar en supuestos. Mucho menos la democracia puede sustentar un acto tan trascendente como una elección en un “quizás sea una buena persona”. Hay una palabra que se llama ética. Según el diccionario de la Real Academia, la ética se define como el conjunto de normas morales que rigen la conducta humana. Creo que el ministro fiscal debiera revisar ese conjunto de normas que rigen su conducta y poner en la balanza todo aquello que se le cuestiona. El haber sido funcionario del gobierno actual hasta hace unos meses evidentemente pesa demasiado para desconfiar de su conducta, y por el bien de la democracia, su apartamiento es algo que con justicia se le reclama. La ética no sólo debe tenerse sino mostrarse. Si su conducta es intachable, que lo demuestre apartándose. De esa manera llevará tranquilidad al pueblo tucumano.

José Edgardo Zárate
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INSTITUCIONES QUE FUNCIONAN

En el atardecer del 13 de julio iba viajando en bicicleta desde Salta a Cafayate con un grupo de canadienses y tucumanos. Bajando por la ruta N° 68, desde Tres Cruces, una de las personas que venía conmigo tuvo un accidente y cayó de la bicicleta en el medio del asfalto. Con un brazo para un lado y la pierna doblada, la accidentada pedía ayuda angustiosamente. Ni bien me acerqué, le aflojé el casco y comprobé que tenía heridas en la cara. Una camioneta con una leyenda que decía “Gobierno de Salta” se detuvo, protegiendo a la accidentada del tránsito. Velozmente se acercó un muchacho que con eficacia me ayudó con los primeros auxilios. Le aflojamos algo que estuviera haciendo presión, inmovilizamos la cabeza, lavamos alguna herida y le hablábamos para que no se durmiera. Los turistas pasaban y el muchacho, que era un guardaparque, les decía que pidieron ayuda desde los postes del 911, que se encuentran periódicamente al lado de la ruta. No había señal de celular. Se acercó rápidamente una turista que era doctora y revisó a la herida. Otras personas que bajaban de los autos trataban de ordenar el tránsito. En un tiempo razonablemente esperado llegó una camioneta de la Policía, que enseguida se hizo cargo del tránsito. Un poco después los bomberos, que nos ayudaron a acomodarla en la camilla de madera y luego con un paramédico, la subimos a la ambulancia y la llevamos al hospital de Cafayate. Allí le pusieron calmantes, le hicieron radiografías y quedó internada por una noche. Gracias a Dios, sólo raspones. Durante la estadía, la Policía Turística, como el guardaparque, se acercaron por el hospital en reiteradas ocasiones para constatar el estado de la accidentada. El motivo de mi carta es para felicitar y destacar la labor de las organizaciones que me tocó ver de cerca y con la efectividad con que han trabajado. Por supuesto que hay nombres propios, pero en Salta se nota que funcionan las instituciones: la de Guardaparques, la Policía Turística, los Bomberos, la ambulancia, el hospital y el poste de del 911 en la ruta. He viajado por el mundo, soy montañista y soy cicloviajero, y he visto cómo se manejan en otras regiones ante emergencias. Salta no se desentona con las mejores. Seguramente que habrá problemas en la provincia, pero a nosotros como turistas nos lo solucionaron todo y sentí ante mis amigos canadienses una satisfacción muy grande de mostrarles lo efectivos que éramos en este país. No soy K, y ni lo conozco a Urtubey; sólo quiero valorar que las cosas funcionan y como tenemos derecho a criticar, es muy importante saber valorar y agradecer.

Santiago Aragón
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PROSELITISMO

Como argentino y tucumano, me da vergüenza ver la cantidad de papel con fotos de políticos desparramadas y carteles gigantes por toda la provincia, haciendo alarde de dineros que en nombre de la democracia dilapidan. En un razonamiento de hombre común y amante de una democracia de 32 años, parece que esto se sustentó sin grandes sacrificios. Si uno mira hacia atrás, vemos que esta democracia nos costó sudor, lágrimas y desaparecidos. ¿Qué clase de políticos estamos gestando para el futuro? Si el presente nos cuesta todavía a los que trabajamos día a día, ¿quién pagará todo este derroche?

Carlos Rubén Ávila
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BASURAL EN EL BARRIO BERNEL

Desde que los primeros vecinos del Barrio Bernel comenzaron con los reclamos por la instalación de un basural a cielo abierto en el fondo del barrio y hasta la fecha han pasado casi cinco años y el municipio de Yerba Buena no ha dado ninguna solución al tema. Campaña política, autos con los parlantes a todo volumen con los cánticos rítmicos de los candidatos a futuros intendentes y ni una palabra sobre el humo tóxico que respiramos todas las noches por las incesantes quemas que se realizan para poder seguir alimentando el basural. La impunidad con la que los camiones ploteados con los logos de la Municipalidad de Yerba Buena, camionetas, autos particulares y empresas de contenedores desfilan a diario por las calles de nuestro barrio es incesante, abarrotados de mugre, animales muertos, materiales descartables como jeringas, bolsas plásticas, residuos de boliches y escombros. Más preocupante es aún ver que el pozo del cual tomamos agua todas las familias del Barrio Bernel, San José 3 y Acacias está a sólo metros de un foco infeccioso. ¿Estarán preocupados el Ejecutivo Municipal y los futuros candidatos por el bienestar de la gente? Yo creo que ni una pizca, ya que la autoridad máxima en el municipio en diversas reuniones manifestó que no sacará el basural de donde se lo instaló y los candidatos a intendentes, en resumidas palabras, nos dijeron en reuniones de campaña política que el basural seguirá allí. Sólo podemos respirar por unos minutos cuando alguna nota en el diario o en la tele sale apuntando con el dedo acusador, y por un período corto de uno o dos días el humo y los camiones desaparecen. Pero el basural con sus tóxicos venenos sigue allí. ¡Estamos cansados de la basura y el riesgo que implica la contaminación del agua que tomamos sin dejar de contar que el agua no está clorada! Por eso, le decimos al intendente Daniel Toledo que no queremos más el basural al fondo de nuestro barrio; si a él no le parece relevante, ¿por qué no se lo lleva al fondo de su domicilio? Recordatorio que también hago extensivo para los candidatos a intendentes.

Esteban A. Álvarez
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UN CABALLERO

Fiel a su manera, Raúl se fue en silencio… Correcto hasta la obsesión, la fuerza de su espíritu hizo del rugby su escuela de conducta, donde modeló su personalidad, que no supo de renunciamientos. En silencio, sus gestos y actitudes lo hicieron referente a seguir en la vida y en la cancha… supo levantarse de los golpes más duros para hacer de la derrota un triunfo sobre sí mismo, un aprendizaje para regresar con renovada convicción al ardor de la lucha. En silencio amó a su tierra y en ella a su propia historia familiar manifestada en el señorío de cada gesto y cada palabra… en silencios que, como en la cancha, hacían docencia desde su presencia solidaria. Apasionado, hasta en sus errores, supo dejar la marca de su silenciosa y ejemplar hombría de bien que, privilegiando la amistad y superando diferencias con comprensión, lo llevó a estar presente en los momentos del amigo distante… Raúl Juan Andrés del Señor de la Salud Frías Silva, wing-forward de los de antes de la TV, denodado cazador de pelotas y medio aperturas perdidos, presencia fundacional en la historia del rugby tucumano, jugó su último partido y dejó la cancha en silencio, como los mejores. Sea este recuerdo mi homenaje al caballero inevitable que se fue.

Isaías Nougués
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LA EXCELENCIA

Así como exigimos “excelencia” en la designación de profesores en el nivel superior -universitario o no- y en la designación de miembros del Poder Judicial, a través del Consejo de la Magistratura, tendríamos que buscar las personas más capaces que nos representaran en la Legislatura o el Congreso, para que no se conviertan sólo en levantamanos en beneficio del poder de turno, sino que defiendan, con convicciones propias, con énfasis, elocuencia y vasta sapiencia, cada uno de los temas que trate el cuerpo legislativo. A esta altura de los tiempos, “idoneidad” significa manejar las herramientas que funcionen mejor en el estado parlamentario, entre ellas, la voz. En nuestra provincia podemos comprobar que únicamente se les escuchó decir a algunos: “sí, juro”. Por ello, si no sabemos elegir con nuestro voto, después no nos quejemos de las leyes que dicten. Años ha, cuando no se encontraba la persona adecuada en el seno de un partido, se buscaba un extrapartidario y se le ofrecía el cargo. Eso era democracia con altura. Por eso eran honorables.

Domingo Omar Almirón
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LA BIBLIOTECA “INCONCLUSA”

La biblioteca inconclusa, algo similar a la Sinfonía Inconclusa, de Schubert, es la Nicolás Avellaneda, de Concepción, una obra en lenta ejecución que contó con el aporte técnico del prestigioso arquitecto tucumano César Pelli. Sería interesante que la vereda fuera acondicionada, para poder transitar cómodamente y apreciar cómo se restaura de este preciado lugar, para fomentar el hábito de la lectura apuntando a los niños y ofrecer el uso de nuevas tecnologías en nuestra ciudad. La intoxicación visual, provocada por la campaña política, muestra a las claras que los recursos económicos son inagotables para esta actividad (la política). La “inconclusa” podría terminarse rápidamente si una fracción de esos recursos se desviara para culminar la biblioteca.

Hugo Radamé Ruiz
Rivadavia 58
Concepción


EL FUNICULAR

En una carta anterior dije que la verdad histórica sobre el abandono del funicular es compleja. Aunque este espacio es limitado y corro el riesgo de simplificar, procuraré expresarme adecuadamente en 200 palabras. La historia de la UNT, entre 1946 y 1955, no está bien investigada y escrita. Inmersa en la historia del peronismo es claro por qué. Del doctor Horacio Descole, el rector que impulsó la ciudad universitaria, la mayoría de los tucumanos educados no sabe gran cosa. Tampoco de la vida y obra del doctor Abel Peirano. Y los destinos de estos dos hombres y el de la UNT se enlazan hasta hoy. Volvamos a 1955. Aclaremos que Descole ya no era rector al producirse la revolución. Los que asumieron el poder tenían un problema candente de economía. De golpe (sic) había que enfrentar la realidad. El superávit acumulado durante la guerra, el oro que Miguel Miranda decía que se acumulaba en los pasillos del BCRA no existía más. El peronismo había matado a la gallina de los huevos de oro. Me atrevo a afirmar que el funicular y otras obras estaban en la congeladora ya en 1953. Hay que reconocer que a partir de 1956, a pesar de todo , las distintas conducciones de la UNT, altri tempii, altri homini, procuraron al menos conservar lo construido. Más aún, hasta 1961 al menos, se ocuparon equipos de trabajo para replantear la continuación de las obras.

José Enrique Würschmidt
[email protected]


HOSPITAL DE LOS RALOS

Comparto totalmente lo que lectora Graciela Ovejero escribió en la carta del 29/7 sobre el hospital de Los Ralos. Mi madre, que tiene 70 años y está mal de salud, asistió al hospital para que le controlaran la presión a muy tempranas horas y luego de esperar toda la mañana a que la atendieran, cuando finalmente lo hicieron tuvo que soportar maltratos verbales y mala voluntad. ¿Quién controla la asistencia del personal y además el trato a los pacientes?

Antonia Fátima Valdez
Mzna. H lote 7 Barrio 1º de Noviembre
Las Talitas


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