Un veterano Tom Cruise que no pierde el estilo

Un veterano Tom Cruise que no pierde el estilo

En Misión Imposible 5, el personaje de Ethan Hunt vuelve a las andanzas para evitar la disolución de su equipo de agentes tan letales como eficaces.

POR LOS AIRES. Tom Cruise encabeza un sólido elenco en la quinta entrega de “Misión imposible”, 19 años después del primer filme de la saga. POR LOS AIRES. Tom Cruise encabeza un sólido elenco en la quinta entrega de “Misión imposible”, 19 años después del primer filme de la saga.
30 Julio 2015
Muy posiblemente, la escena en la que Tom Cruise queda colgado de la puerta de un Airbus A400M cuando despega quede entre las imágenes más memorables del cine de este siglo. Y el aporte será de “Misión imposible 5: Nación secreta”, el gran estreno de esta semana. Esta película marca el retorno del agente Ethan Hunt a la acción.

El actor de 53 años, quien no utilizó doble de riesgo para filmar la escena del avión en la campiña inglesa, reconoció que no pudo dormir la noche anterior al rodaje y que la grabación se repitió ocho veces hasta que todo salió como quería el director Christopher McQuarrie. El avión militar de carga llegó a los 1.500 metros de altura, con Cruise flameando como una bandera por la fuerza del viento a 300 kilómetros por hora.

Cuando comenzó la saga de “Misión imposible”, hace ya 19 años, se instaló el debate acerca de si la película (y sus previsibles y cumplidas secuelas) iba a poder competir con la serie mítica de televisión liderada por un gigante como Peter Graves.

Una y otra usan los acordes del brillante tema compuesto hace casi medio siglo por el argentino Boris Claudio Lalo Schifrin. Pero el contexto era uno de los grandes determinantes de las diferencias: en vez de la guerra fría de 60 y 70, con espías celándose por todos lados con rudimentaria tecnología, en 1996 Brian de Palma se enfrentó al mundo postsoviético, sin Muro de Berlín y con accesorios mortíferos que se perfeccionaban a cada minuto.

El núcleo era el mismo: un grupo ultrasecreto al que se le encomendaban las misiones más especiales y letales, y al que nadie (o casi nadie) debía y admitía conocer. Seres anónimos, sin identidades ni rostros en un planeta hiperconectado, pero donde los peligros siguen existiendo aunque tengan responsables diferentes. Ahora, la lucha y la persecución será entre la organización de Hunt (al borde de la disolución) y El Sindicato, una megaempresa del crimen al mejor postor.

Lo previsible del guión no hace mella en el atractivo de la propuesta. Quien vaya a ver la nueva entrega (se van a contar por centenares de miles en cada país) sabe perfectamente lo que espera: acción y suspenso, el más puro de cada uno y con el mejor ritmo que se pueda conseguir en las películas del género, sea corriendo, peleando, sobre autos y motos veloces o, como quedó ya planteado, fuera de un avión.

En mucho de lo que se ve está el sello del gran productor de éxitos J.J. Abrams, quien en noviembre ofrecerá la nueva “Guerra de las galaxias”. El mérito es compartido con McQuarrie (director de “Jack Reacher”, también con Cruise) y un elenco donde cada uno cumple a la perfección con su estudiada labor: Jeremy Renner, nuevamente como el agente William Brandt; la bella Rebecca Ferguson; Simon Pegg, con su aporte de humor de estirpe británica; la fortaleza física e intelectual de Ving Rhames y un serio Alec Baldwin. Y todo antes de que “Spectre”, la nueva de James Bond, llegue a las salas. Pero luego de ver una y otra vez a un veterano Cruise aferrado a rendijas de un panel real del A400M, con el miedo en su rostro y sin efectos especiales tecnológicos, el resto de los comentarios quedan minimizados. Tal vez, desde la butaca del cine se presencie “la mejor acrobacia de todos los tiempos”, como la calificó el coordinador de las escenas de riesgo del filme, Wade Eastwood.

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