Una propuesta de que haya ciclovías en el centro

Una propuesta de que haya ciclovías en el centro

Es uno de los vehículos más económicos y saludables que haya inventado el hombre. Su empleo se ha vuelto riesgoso en ciudades con tránsito caótico como San Miguel de Tucumán. Cada tanto, la bicicleta recobra cierto protagonismo en las expresiones de deseo de sus cultores, que aspiran a la construcción de bicisendas. Una tucumana y una francesa que pedalearon 12.000 kilómetros se unieron al grupo Ciclovías Tucumán y presentaron un proyecto en la Municipalidad capitalina.

La iniciativa propone la creación de 10 kilómetros de ciclovías en el carril izquierdo de seis calles del centro: Laprida, 24 de Septiembre, 25 de Mayo, San Martín, Ayacucho y Chacabuco. Las jóvenes dijeron que hace tres meses que están estudiando el tránsito, con el apoyo de una consultora francesa especializada en la bicicleta. “En el centro hay una jerarquización de los medios de transporte que ubica en el primer lugar a los autos y a los taxis; después, a los ómnibus, y la bici y el peatón quedan al final de la pirámide. Nosotros queremos que sea a la inversa, que el caminante sea el que más derecho tenga”, dijo una de ellas.

En mayo pasado, la Municipalidad inició la primera etapa de creación de una red de ciclovías en avenida Las Américas y Perú. La iniciativa, que se lleva adelante con fondos del Banco Interamericano de Desarrollo, se extenderá luego por las avenidas más importantes de San Miguel de Tucumán y el Camino de Sirga, según se anunció.

En 1998, un concejal del radicalismo había impulsado un proyecto que proponía construir ciclovías en la avenida Roca (usando la platabanda central, desde avenida Alem hasta la salida a la ruta 38); Adolfo de la Vega (por platabanda, desde Mate de Luna hasta avenida Roca); Jujuy, por calzadas laterales, desde avenida Independencia hasta la autopista; Bernabé Aráoz, desde Roca hasta 24 de Septiembre; en la circunvalación del parque 9 de Julio; y en las avenidas Gobernador del Campo, Soldati y Benjamín Aráoz. La iniciativa no prosperó.

En 2010, la Organización Mundial de la Salud destacó que la bicicleta era el medio de transporte más sostenible, económico y ecológico. “El aumento de la actividad física que se produce caminando o montando en bicicleta pueden reducir la obesidad y las enfermedades relacionadas con ella”, señaló el organismo internacional. Andar en bicicleta ofrece múltiples beneficios: previene la osteoporosis, combate el estrés, mejora el humor; es bueno para personas que padecen problemas articulares, especialmente de columna; mejora el sistema osteoarticular; disminuye la posibilidad de artrosis, fortalece el corazón y todo el sistema cardiovascular. El proyecto de la francesa y la tucumana va más allá de la creación de bicisendas: se pretende “hacer estacionamientos, cartelería, campañas en las escuelas para motivar a los jóvenes a usar las bicis y de concientización para todos los que circulan por las calles”, explicó la extranjera.

Para lograr los objetivos sería importante mejorar la educación vial de la ciudadanía, en particular, de los ciclistas que junto a los motociclistas, son los que menos suelen respetar las normas del tránsito. En buena hora si los tucumanos nos hacemos amigos de la bicicleta. Probablemente, se descongestionaría en tránsito, descendería la contaminación del medio ambiente y se favorecería la salud y la calidad de vida.

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