Cartas de lectores
 la gaceta / foto de Diego Aráoz la gaceta / foto de Diego Aráoz
28 Julio 2015

CASA HISTÓRICA (I)

Es increíble la repudiable atribución de algunos individuos para molestar, fastidiar o incomodar a otros, agrandando innecesariamente la llamada “grieta” política, social y económica existente. Digo esto en razón de la reciente modificación edilicia y pictórica de la Casa Histórica donde, a instancias de ilustrados “eruditos”, “pensadores” o “intelectuales”, supongo, nos hacen saber, o al menos lo intentan, que la gesta independentista de 1816 no es tan real como la que nos enseñaron antaño, con tesón y entusiasmo, en la escuela primaria, o en el colegio secundario, los abnegados maestros y profesores de entonces, amén de reemplazar valiosas piezas históricas por un absurdo modernismo. Recordemos que esta ola revisionista comienza, si mal no recuerdo, con la “persecución” del que fue objeto el dos veces presidente argentino, nuestro comprovinciano Julio Argentino Roca, cambiándose la denominación de la mayoría de calles, paseos, plazas o cualquier espacio público que llevaran su nombre, sin contar los juicios populares post-mortem a los que fue sometido, no proponiéndose, como equitativa actitud moral y ética ante tal proceder, que todas las arterias, paseos, plazas y espacios públicos, que tienen los nombres de Cristóbal Colón, Hernán Cortés y Pedro de Valdivia, por citar algunos “conquistadores”, fueran reemplazados por los de Juan Calchaquí, José Gabriel Condorcanqui (Tupac Amaru) o Juan Santos Atahualpa (Atahualpa), por ejemplo, valientes defensores de los pueblos originarios. Era lo más justo, porque si de “genocidas” se trata... Retornando a la cuestión de nuestro mayor museo, los nuevos “intérpretes” de nuestra rica historia local no tuvieron al menos la cortesía de poner en conocimiento o requerir opinión o consulta a prestigiosos, premiados y reconocidos historiadores del medio, bien tucumanos, sobre esta aviesa maniobra, haciendo gala, una vez más, del irritante y discriminatorio centralismo porteño. Insto, como ciudadano que anhela el bienestar general, a aquellos “ilustrados” a que traten de idear las formas, modos, sistemas o programas, y sugerir, por ende, su implementación, para que millones de argentinos no sigan sumidos en las indignantes pobreza, indigencia y exclusión que actualmente padecen, dejándose de nimiedades, las que conllevan además abultados gastos a costa del erario. Estos estipendios nos tienen hartos, pero hartos, y en nada mejoran nuestra calidad o estilo de vida, y sólo alteran el bien común, contribuyendo así más a la desunión, crispación y división existentes que la sociedad, ya hastiada, quiere erradicar.

Ramón Alfredo Maldones

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CASA HISTÓRICA (II)

La flagrante violación por parte del Gobierno nacional del mandato constitucional que en su artículo 1ª expresa: “La Nación Argentina adopta para su gobierno la forma representativa republicana y federal, según lo establece la presente Constitución”, a lo que opone el irritante “unitarismo” con que ha ejercido toda su gestión, apropiándose de parte del dinero coparticipable con las provincias -fruto del esfuerzo de todos los argentinos-, subsidiando con enormes sumas de dinero a servicios y transportes y la realización de inversiones varias veces millonarias en obras que sólo benefician a los habitantes de la privilegiada Área Metropolitana, -entre ellas- las que se hicieron para festejar el bicentenario del 25 de Mayo de 1810, sin que para el próximo bicentenario del 9 de Julio haya anunciado obra o inversión alguna. Realidad esta que ha sido posible por el acatamiento o la sumisión a sus directivas con que han actuado la mayoría de los gobiernos provinciales, entre los cuales, el nuestro es el portador de la bandera. Por ello, como bien lo señala la Junta de Estudios Históricos de nuestra provincia, pretenden modificar la fecha del 9 de Julio en que debemos festejar el día de la Independencia Nacional, según lo manifestó el secretario de Coordinación Estratégica del Pensamiento Nacional. Ahora la Dirección Nacional de Patrimonios y Museos, sin consultar y menos pedir opinión de prestigiosos ciudadanos o instituciones ilustradas en el tema en nuestra provincia o en el ámbito nacional, nos acaba de inferir un vergonzante agravio a la ciudadanía toda de la república y muy especialmente a los tucumanos, al modificar las características y el sentido que inspiraba al Museo de nuestra querida Casa Histórica, quitándole la esencia que tenía de rendir justo homenaje a los venerables patriotas que adoptaron tamaña decisión y tratar de ilustrar al visitante sobre los medios, usos y costumbres en esa época, del pueblo de nuestra provincia y de nuestra región. Muchos de estos elementos han sido retirados de la exposición y han sido reemplazados por figuras o carteles con leyendas que pretenden modificar la historia consagrada, aceptada y festejada desde hace casi 200 años. Creo que ha llegado el momento de que nuestros compatriotas y muy especialmente los tucumanos que creemos en el federalismo consagrado por nuestra Constitución y queremos que tenga plena vigencia, reaccionemos todos unidos y exijamos la reparación que merecemos. En este tema terminemos con el supuesto revisionismo de nuestra historia, que se reviertan las modificaciones introducidas en el monumento que evoca el hecho más importante de la historia de nuestra Patria y hagamos comprender a nuestros gobernantes -de una vez y para siempre-, que uno de los mandatos fundamentales de un auténtico federalismo es el reconocimiento a las autonomías provinciales y el respeto sagrado a las convicciones y los sentimientos de sus pueblos.

Adolfo Valeriano Poliche

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EVA PERÓN

Se cumplieron 63 años del fallecimiento de Evita. A las 20.25 de ese 26 de julio, se apagó la vida de quien dedicó parte de su corta estada en este mundo a trabajar sin descanso en favor de los más necesitados, sin distinción de banderías. Había nacido en mayo de 1919, en Los Toldos, provincia de Buenos Aires. Al comienzo de la década de 1950 visitó San Pablo, en el llamado tren sanitario, cuyas partes fueron hechas en los talleres de Tafí Viejo. En San Pablo, este tren estuvo alrededor de 15 días en la estación hoy en ruinas, que formaba parte el ramal del Ferrocarril Belgrano. Este comenzaba en El Bajo, recorría hacia la ex estación Mate de Luna, 24 de Septiembre, El Manantial, parada de Ohuanta y luego San Pablo. Evita estuvo un par de horas en San Pablo, presidiendo la delegación de médicos, enfermeros, personal de maestranza y administrativos. Estos emplanillaban los datos de las personas que necesitaban máquinas de coser, cortes de tela, guardapolvos para los alumnos, calzados, algunos juguetes, etcétera. Evita comenzó a caminar la vida pública después del tremendo terremoto de San Juan, ocurrido el sábado 15 de enero de 1944. LA GACETA del día 16 publicó con letras destacadas que en el terremoto habían muerto más de 10.000 personas. El sentimiento de la gente que conoció a Evita se mantiene inalterable, pese a que grandes corruptos que se consideraban dueños de la verdad y salvadores de la patria (los golpistas cívicomilitares), después de 1955 mantuvieron oculto el cadáver por más de 17 años, y que le fue entregado a Perón antes del retorno definitivo en noviembre de 1972. Intentar mencionar la cantidad de obras de beneficencia que realizó la fundación que llevaba su nombre, sería repetir lo que con el tiempo los medios se encargaron de difundir. Este organismo intentaba ayudar, cobijar y proteger a los más necesitados y ella defendió a costa de su propia vida a los más pobres. Qué importante sería que de una vez por todas consolidemos una unidad indestructible e infinita, para que nuestro pueblo sepa con dignidad defenderla, dijo Perón el 17 de octubre de 1945.

Carlos Alberto Drube
Avenida San Martín 51
San Pablo-Tucumán

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MALVINAS, KELPERS Y LA PAZ

La Justicia, según el derecho romano, es dar a cada uno lo que corresponde. El cristianismo ampliará este concepto y Santo Tomás de Aquino dirá que es una virtud moral distinta a las demás porque las dirige todas hacia el bien común. Es central y sin ella no hay armonía, no hay ni puede haber paz. La integridad territorial es uno de los valores que componen el bien común de la patria. La usurpación de una parte de aquella lo deshace y, por lo tanto, genera injusticia; y donde no hay justicia, no hay armonía, no puede haber paz. Hay quienes parecen desconocer este simple razonamiento que está en la base de nuestra cultura: no hay paz sin justicia. Cada día, cada segundo de la presencia invasora de Inglaterra en Malvinas es un acto de injusticia, un atentado a la armonía y a la paz mundial. Durante 182 años venimos siendo objeto de un acto de injusticia. Hace 182 años que nos han arrebatado la paz. Y cada día, cada segundo nuestra obligación imprescriptible es recuperarla, y con ella el bien común de la patria. Ningún argentino bien nacido no sólo jamás puede renunciar a este deber, sino, muchísimo menos, propiciar una paz sin justicia, a cualquier costo, que es como aceptar resignada y pusilánimemente la violenta y cínica imposición de la voluntad de uno de los más crueles imperios del planeta sobre nuestra patria. Y, lo que es peor, sostener como la mejor política exterior la que favorece los intereses ingleses: silenciar el tema soberanía -orden de la Thatcher del 7/6/82-, consolidando la dominación británica; ser “flexibles” -eufemismo elegante de complacientes- ante la intransigencia de la diplomacia más feroz del globo y dejarnos amedrentar por el poder de veto inglés en la ONU. Y por último, “hablar con los isleños“ -ahora el eufemismo enmascara la subordinación a una autoridad que no tienen ni quieren tener los “kelpers“- con elogiosa alusión a las “relaciones carnales” del menemismo, por un lado, y por el otro ignorando todo lo que la Argentina ha hecho para mejorarles la vida sin pedir nada a cambio: instalación de gas de Gas del Estado, liberándolos de la esclavitud de la turba; único servicio aéreo -Aerolíneas y LADE- de y hacia el continente; combustibles YPF a mitad de precio de los traídos de Inglaterra; traslado y atención gratuita en hospitales del continente para enfermedades complejas; becas de estudios superiores para jóvenes; obsequio de toros reproductores y potrillos de raza y mucho más. Desde los ‘60 y menguando hacia fines de los ’70 por la acción del Falkland Islands Committee, un fuerte grupo “kelper“ de presión a favor del status colonial y virulentamente opuesto a todo trato con la Argentina. Así, han logrado sostener -hasta un plebiscito- la flagrante contradicción de reclamar ante la Argentina el principio de “autodeterminación de los pueblos”, pretendiendo ser “independientes“, al tiempo de emperrarse en “ser ingleses” ante Inglaterra, hasta levantar un monumento a la Thatcher (LG, 13/1), responsable del asesinato de los marinos del “Belgrano”. Para abundar en este tema léase “La verdad sobre Malvinas, mi tierra natal” (Emecé, Bs.As., 1987), del malvinero Alexander Betts, quien recientemente votara como tal en Ushuaia (LA GACETA, 22/6) y fuera expulsado de las islas en 1982 simplemente por considerarse argentino. El compatriota que escribe Port Stanley, en vez de Puerto Argentino, no sólo se ha rendido, ha entregado el alma. Gracias a Dios que Belgrano y los tucumanos, sin otra cosa que su fe y su coraje, se le animaron al imperio borbónico -aunque también hubo “flexibles por la paz“ que se quedaron en casa- y salvaron el destino de la Argentina y de Hispanoamérica. Algo que estuvimos muy cerca de repetir en 1982 -hecho reconocido por los ingleses, y esta vez enfrentando poderes planetarios- de no haber intervenido algunos Rivadavias que como aquel que ordenara al Ejército del Norte replegarse para defender el puerto de Buenos Aires abandonando al país, jamás creyeron –como sí lo hicieron Belgrano y los tucumanos- en los sagrados derechos de la Patria y la prodigiosa fuerza de nuestro pueblo. Detrás de la azul y blanca, los argentinos enarbolamos ideales: justicia, razón y verdad. Los ingleses, sólo la fuerza. Bajar esos ideales y resignarnos equivale, a lo mejor, a una paz, la de los cementerios. Seguir enarbolándolos con firmeza e hidalguía y confiar en la providencia, en cambio, nos enaltece como nación y por añadidura, abre el camino para que los isleños dejen de ser las “algas” (“kelpers“) de los británicos para convertirse en hijos plenos de la patria donde han nacido: la Argentina.

Arturo Mario Arroyo
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LEYES PENDIENTES

Felicito a LA GACETA por el editorial del 27/7, donde se destaca que el Estado tucumano tiene varias asignaturas pendientes en su función colegiadora. Menciona, entre otras leyes, la N° 7.476, sancionada en enero de 2005, iniciativa de la entonces legisladora Olijela Rivas, con quien colaboré en su elaboración. Fue aprobada por unanimidad y promulgada por el PE. Pero con esa norma ocurrió lo mismo que con otras relacionadas con el área Cultura. La ley se refiere a la creación del llamado “Mecenazgo” (no confundir con “patrocinio”) y convirtió a Tucumán en una de las primeras provincias que legisló sobre el tema. Básicamente consiste en que la actividad privada coparticipa con el Estado, mediante aportes económicos deducibles de impuestos locales, en el financiamiento de actividades artísticas, culturales, científicas y tecnológicas. No significa que el Estado abandone su responsabilidad primigenia en el área, sino que de manera conjunta con lo privado, se ejecuten proyectos para el fomento de lo que sea creación humana. Chile y Brasil, sobre todo el último, están entre los que legislaron con éxito ese sistema, cuyas experiencias fueron tenidas en cuentas para la ley local. La ex legisladora Rivas efectuó gestiones personales ante el PE para que se aumente el porcentaje de lo deducible de los impuestos, obteniendo la promesa de que anualmente se aumentara, de tal manera que atrajera, de manera cada vez más interesante, los aportes empresariales. La ley local establece detalladamente el funcionamiento del sistema, en cuya ejecución tiene una parte el organismo recaudador tributario. Una comisión especial a crearse en el área de Cultura consideraría los proyectos que se presentaran para los beneficios. Para control de ejecución de los proyectos presentados se norma la obligación de los beneficiarios de informar periódicamente la marcha de estos. Como se apreciará, la importancia de la ley es muy grande, por lo que resulta inexplicable la mora del Poder Ejecutivo en su reglamentación, al igual que la de la ley 7.694, sobre creación de la Editorial del Aconquija.

Domingo Padilla
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Infierno en el barrio Marti Coll

Desde hace tiempo los vecinos del Barrio Marti Coll venimos soportando una oleada de fiestas privadas con increíbles niveles de volumen. Este fin de semana fue particularmente violento ya que una familia de calle Doñate al 900 organizó una fiesta del “día del amigo” con música fuerte y jóvenes alcoholizados gritando en la calle y haciendo sus necesidades en las puertas de las casas de otros vecinos. El día sábado otra familia de un comisario retirado de calle Universo al 900 realizó otra fiesta con niveles de ruido que hacían temblar vidrios y paredes de las casas aledañas desde las 21 hs. hasta las 5 de la mañana. Los vecinos llamamos desesperadamente a la Policía quien concurre pero afirman que no tienen herramientas jurídicas para hacer cesar la música. Sólo pueden, por denuncia de al menos tres vecinos, iniciar un procedimiento de contravención cuya sanción es una multa de, según lo informado, $20 por día. Consultada la Fiscalía de turno indica que no le corresponde intervenir por no tratarse de un delito y al verificarse de noche el evento la Municipalidad de Yerba Buena no tiene inspectores en la zona. Conclusión: Ninguna autoridad se hace cargo del problema por distintas razones y los vecinos seguimos disminuyendo nuestra calidad de vida. Mientras tanto pagamos impuestos y tasas y no sabemos bien para qué y los candidatos a intendentes pasean sus propagandas por avión, por la avenida Aconquija y por los countries y nadie se ocupa de los problemas de la Yerba Buena profunda. En fin…una monada ¿no les parece?

Ramiro Albarracín

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ABORTO NO PUNIBLE

Estamos atónitos... ¿Las noticias brutales nos resbalan? ¿Dónde están los derechos constitucionales de los niños por nacer, la declaración clara y precisa de la Constitución de que “la vida comienza desde la fecundación...” Leemos en una noticia del martes 21 que a una niña de 14 años, violada por su padrastro y embarazada de ocho meses, le realizaron un aborto no punible (sic). La ley lo permite. El derecho de la mujer violada. ¿Y el derecho del niño por nacer, un ser humano con vida y derechos de persona desde la concepción? Además, la forma en que fue practicado el aborto. Sobre un feto de ocho meses, con las mayores posibilidades de nacer y vivir como ciudadano pleno. ¿Se lo mató antes o después de ser retirado de la madre? No podemos creer en tanta inequidad de parte de todos los involucrados. Los padres, los médicos, las autoridades, la ley. Se mató a un inocente. Hay falta total de valores y principios sobre el particular. ¿Adónde vamos a parar con estas leyes? La ley de fecundación asistida (también cuestionable por otros motivos), por lo menos, tiene un valor positivo, el de dar a una pareja la felicidad de un hijo. ¡Pero el aborto, no! Se quita la posibilidad enorme de vida al hijo por nacer. Se lo mata y se ignoran sus derechos constitucionales. Otro aspecto: si ese niño naciera, ¿no hay posibilidades de ser adoptado, con tantos matrimonios que buscan bebés para adoptar? ¿Por qué matarlo y quitarle la posibilidad de ser amado por adopción? Y si no, ¿dónde está la responsabilidad del Estado sobre seres desvalidos y desprotegidos? Las razones son muchas: madres-niñas violadas, en situación injusta... pero el crimen existió, lo mataron, y nada lo justifica. ¡La ignorancia, la pobreza, la falta de valores, la falta de amor, las leyes que establecen una desigualdad de personas son la causa de lo que está sucediendo!

Sara H de Alurralde y Marta C. P. de Landers

San Lorenzo 438, 2° B
San Miguel de Tucumán


LA HUELGA DOCENTE EN LA UNT

Soy bioquímica, egresada de la UNT hace 27 años. Me formé en esa universidad, igual que mi hijo y agradezco la excelente formación que me dio ya que me permitió desarrollarme profesionalmente en Catamarca, donde residimos, tanto mi hijo como yo, con el reconocimiento de la comunidad en donde lo hacemos. Mi hijo menor todavía es estudiante en la UNT. Ahora se plantea la problemática de una nueva huelga docente. Pero cabe preguntarse: ¿qué fue primero? ¿El huevo o la gallina? Resulta que la huelga docente afecta el normal cursado de los estudiantes, por segundo año consecutivo; pero, ¿a qué recurso pueden apelar los docentes si no es la huelga ante la rebaja salarial que se implementó, perdiendo el adicional que consiguieron el año pasado luego de tres meses de lucha? Me identifico totalmente con esta medida de fuerza, ya que como asalariada lo sufrí en carne propia en 2001 cuando De la Rúa nos rebajó los sueldos. Comparto totalmente la sensación de impotencia que deben sentir estos docentes, ya que es la misma que siento al mirar mi recibo de sueldo y ver, mes tras mes, el descuento compulsivo y la rebaja salarial encubierta que significa el impuesto a las ganancias. Mi solidaridad con los docentes en huelga.

María Raquel Aguirre
[email protected]


HOSPITAL DE LOS RALOS

Mi madre se descompensó y la llevé al hospital de Los Ralos en la ambulancia del 107. No hicieron nada para reanimarla. Ella falleció el 2 de julio y tampoco quisieron darme el certificado de defunción. Una situación parecida pasé con mi padre, Telésforo Ovejero, en 2013, y ahora con mi madre, Severa del Carmen Medina, de 82 años. Les pregunto a las autoridades si les gustaría que les pasara lo mismo a su madre o a miembros de sus familias.

Graciela del Valle Ovejero
Villa La Tercera
Los Ralos


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