“A matar o morir”

“A matar o morir”

El Atlético de Azconzával visita a Dálmine sabiendo que los tres puntos son el premio mayor.

NO SE APURA. Azconzábal pide calma en un momento vital para el “decano”. la gaceta / foto de héctor peralta NO SE APURA. Azconzábal pide calma en un momento vital para el “decano”. la gaceta / foto de héctor peralta
19 Julio 2015
Cuando se trata de acaramelar una situación, si no son las páginas de los diarios y revistas puede que sean aquellas voces que vuelan con el viento de las radios o la TV, las que encandilan. Se dice de todo en la B Nacional. Hay postulaciones variadas, equipos listos para ser campeones antes de jugar los partidos, etcétera.

Atlético, sobre todo cuando pisa suelo en Buenos Aires, es de los que aumenta su cotización. Sin embargo, Juan Azconzábal, el técnico que genera aplausos pero a su vez poco gusto en ciertos sectores de los fans “decanos”, tiene en claro que nadie regala nada y que solo sus jugadores podrán llevarse el mérito del triunfo, si lo consiguen dentro de una cancha.

“El reconocimiento para el trabajo cotidiano de los jugadores siempre es importante. Es un estímulo más, pese a que siempre hay cosas para mejorar. Pero también están los otros comentarios que, creo, hay que consolidarlos con los resultados”, opina el DT “decano” antes de emprender viaje rumbo a la Ciudad de Buenos Aires ayer, donde hoy, pero en Provincia, visitará a Villa Dálmine, a las 19.30. “Un rival complicado”, resume lo que le espera a su team “Vasco”, que hace de esta charla con LG Deportiva una extensión global de sus pensamientos.

“Tenemos muy en claro que el objetivo es uno solo y eso nos obliga a salir a matar o morir en todas las canchas”, ese objetivo del que habla el capitán del ascenso de 2008 es, por supuesto, regresar a Primera. Y, sin afirmarlo, el fracaso pasado es una inyección de vergüenza más. “Hay que usar, sí, los hechos acontecidos para fortalecer la idea. Siempre. Y pensar en positivo, no sacar conclusiones en situaciones que no se van a poder modificar, pero sí en hechos puntuales en el juego que sí se pueden mejorar”, afirma antes de dar por sentado que lo que no mata, fortalece. “Es así, y Atlético hoy tiene aristas para destacarse. Pero tampoco podemos aferrarnos a eso porque no alcanza. Acá no está aceptado el no ganar. Y como en algunos casos es malo, en otros es bueno, porque el futbolista sabe que en Atlético tiene que dar el máximo. Si se guarda un poquito, no le va a alcanzar”, dice.

Yendo a favor de la corriente, Azconzábal entiende que el exitismo es parte del show. “Para la gente que no está dentro del trabajo del fútbol es lo mismo salir segundo que último. Tanto jugadores como cuerpo técnico y dirigentes saben cuando las cosas se hacen bien o mal. Lógicamente, que en la B Nacional el único reconocimiento de hacer las cosas bien son los dos ascensos. Es muy difícil en los clubes, fundamentalmente en los que tienen la obligación de ascender, no cumplir con ese objetivo. En el equipo que quizás no tenga como prioridad cambiar de categoría, se resalta mucho más la tarea en general que el resultado”, explica el ex zaguero central y encolumna en esa lista de clubes necesitados de vitamina A, además de Atlético, a Gimnasia (J), Chacarita, Ferro y a All Boys.

“Desde que llegó a Primera en el año 2008, Atlético siempre se propone regresar. Entonces, es difícil que al torneo siguiente haya continuidad de proyecto, de jugadores cuando no se logra el objetivo, porque hay una obligación constante en la institución”, reconoce el “Vasco”, que cree saber por qué se resalta más al que insulta que al que apoya.

“Somos el único equipo que no perdió de local en todo el torneo, somos el equipo que menos perdió en el campeonato junto a Patronato, además de ser el segundo club más goleador. Entiendo que es por el exitismo que hablamos recientemente y que no se resalta a la gente que apoya porque, parece, llamar más la atención el insulto o la queja que el aplauso -considera-. El otro día, la verdad, escuché solo palabras de reconocimiento hacia el equipo. A mí, la verdad, no me interesa si están de acuerdo conmigo, que soy el entrenador. Después en la calle la gente sí me lo reconoce. Afortunadamente, de 27 partidos que dirigimos, apenas perdimos cuatro”, concluye.

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