La emblemática Casa Dell’Acqua

La emblemática Casa Dell’Acqua

Por Carlos R. Paz - Archivo LA GACETA.

INAUGURACIÓN. Esta foto es del 11 de mayo de 1926, cuando Dell’Acqua inauguró su sucursal, en la esquina de calles 25 de Mayo y Las Heras (hoy San Martín). LA GACETA / ARCHIVO INAUGURACIÓN. Esta foto es del 11 de mayo de 1926, cuando Dell’Acqua inauguró su sucursal, en la esquina de calles 25 de Mayo y Las Heras (hoy San Martín). LA GACETA / ARCHIVO
19 Julio 2015
A comienzos del siglo pasado, la creciente vida comercial de nuestra capital actuó como un potente imán para que prestigiosas firmas nacionales establecieran sus sucursales. Tal fue el caso de Enrico Dell’Acqua y Compañía, que en el año 1926 decidió levantar su local en la ochava noreste de la esquina de 25 de Mayo y Las Heras (hoy San Martín).

La empresa llevaba el nombre de su fundador -un italiano que se radicó comercialmente en Buenos Aires en 1887- y se dedicaba a la adquisición de hilo, lana y algodón que luego se manufacturaban para vestimentas y otros artículos. Entre los años 1920 y 1930, el establecimiento ocupó un lugar muy destacado en la industria y en el comercio del país por la presencia de una gran fábrica, el taller de confecciones, la sección importación y más de 30 sucursales de venta al público, en su mayoría instaladas en edificios propios, en lugares destacados de Capital Federal y ciudades del interior. En 1933, la dirección resolvió la liquidación de todas las filiales y, poco después, el cierre de los talleres.

El importante edificio

Hasta las últimas décadas del siglo XIX, la esquina perteneció a don Mariano González y durante algunos años funcionó el almacén de unos catamarqueños de apellido Quevedo. Después fue una tienda, y en 1911 se instaló la conocida casa “Gath y Chaves”, hasta que en 1923 construyó su propio local en 25 de Mayo y Córdoba, donde hoy funciona la delegación de la Anses.

Al poco tiempo que se marchó “Gath y Chaves”, la compañía Dell’Acqua alzó una imponente construcción de dos plantas en el privilegiado sitio, que -entre elogios y admiración-, fue inaugurada el 11 de mayo de 1926. El edificio pasaba a ser el segundo más alto de la zona, después del Jockey Club, que se había erguido diez años atrás, a unos cuantos metros de la entonces calle Las Heras.

Cuando estuvo lista, los tucumanos se enorgullecieron de la soberbia casa. Se destacaba, sobre todo, en la cumbre de la ochava, una gran pantalla cobijando la colorida imagen de una cuadriga, ejecutada en mosaicos venecianos, especialmente importada de Italia. La pantalla estaba flanqueada por dos altos mástiles, e interrumpía llamativamente la balaustrada del remate.

También era novedoso el interior del inmueble, donde se destacaba -en líneas sobrias- la estantería de madera, una verdadera obra de arte de operarios tucumanos. En la planta baja funcionaban las secciones de ventas, perfumería, mercería y valijería, mientras en la planta superior estaban las de confección, sastrería a medida y sombreros.

Tiempos posteriores

A mediados de la década del 30, Dell’Acqua se transformó en las “Tiendas Argentinas”, al finalizar los años 40 pasó a ser “Casa Miranda”, y en los 50 el lugar lo ocupó la importante empresa comercial “Ñaró”, que muchos podrían recordar por el personaje publicitario “Indio Ñaró”, con traje de piel de leopardo, lanza y caballo. Finalmente, cerró sus puertas a principios de la década de 1980.

Durante todos estos años, el edificio sufrió transformaciones: la pantalla se demolió, desaparecieron la cuadriga y los mástiles, y también la balaustrada. Fue ocupado alternativamente para albergar exposiciones y diversas ferias, y con un retranqueo se ubicaron locales en lo que se llamó -en 1986- el “Paseo Independencia”.

De este modo, el esplendoroso ciclo del edificio de Casa Dell’Acqua se fue evaporando. La suerte, o algo parecido, lo salvó de la piqueta; cosa que hubiera resultado muy injusto porque, aún con sus mermas, representa el recuerdo de la gran novedad arquitectónica de principios del siglo XX.

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