El primer desagüe de lluvia de la ciudad quedó al descubierto

El primer desagüe de lluvia de la ciudad quedó al descubierto

En 25 de Mayo y Mendoza vio la luz un ducto construido en mampostería a principios del siglo pasado. “Una obra de arte”.

EN CARRERA. Al antiguo colector se le adicionará una cámara de hormigón para captar el agua de la peatonal. la gaceta / foto de Florencia Zurita EN CARRERA. Al antiguo colector se le adicionará una cámara de hormigón para captar el agua de la peatonal. la gaceta / foto de Florencia Zurita
18 Julio 2015
Durante un par de horas, las entrañas de la ciudad volvieron a respirar y ver el sol. La modernización de la peatonal Mendoza hizo viajar en el tiempo al primer sistema de desagüe pluvial de la capital tucumana, cuyo colector principal fue construido a mano hace más de 100 años, con ladrillos y mezcla. El ducto que corre por el mundo subterráneo es “una auténtica obra de arte”, según el calificativo de Franklin Adler, especialista en Hidráulica.

“Es una obra de arte de verdad, no sólo en el sentrido en que se usan esos terminos en ingeniería, sino porque ha probado lo bien construida que está. En la década del 90, cuando trabajaba en la Comisión de Desagües Pluviales de la Municipalidad, inspeccionamos esos ductos y estaban intactos”, contó el ingeniero y presumió de tener delante de sus ojos una copia de los planos de esa obra imprescindible, fechado en 1900.

El experto precisó que se trata del primer trazado pluvial de la ciudad, que se proyectó y se construyó entre 1900 y 1920. “En esa época se usaba la técnica de la mampostería para los caños de mayor sección -como el tramo que pudo verse esta semana en 25 de Mayo y Mendoza-. Se utilizaba un encofrado tubular y se lo construía en ladrillos. Más tarde, cuando se extendió el uso del hormigón, dejó de usarse ese método, lo que no implica que las construcciones hayan quedado obsoletas, todo lo contrario. ¡Se puede y se debe seguir usándolas!”, enfatizó.

Por qué nos inundamos

En ese primer sistema de drenaje de agua de lluvia, los caños más chicos se realizaban en cerámica esmaltada -similar a las tejas- donde el vitrificado le daba más lisura a los ductos, explicó Adler. “Esos caños de cerámica se vieron cuando pusimos en valor la 24 de Septiembre al 300 y estaban en perfectas condiciones”, contó Luis Lobo Chaklián, subsecretario de Planificación Urbana de la Municipalidad. Esa obra se hizo en 2009, para integrar la cuadra al circuito turístico histórico de la ciudad.

Ver las tripas de la ciudad al descubierto, con obras que duraron más de un siglo, obliga a preguntarse por qué motivos el centro se convierte rápidamente en una laguna cuando llueve. Franklin Adler apunta dos razones, estrechamente vinculados.

“Es una obra de infraestructura planificada para una ciudad en la que todas o casi todas las casas tenían un patio que absorbía agua de lluvia. Entonces, los caños que llevan el agua hacia los colectores principales, eran mucho más chicos que lo que se necesita ahora. Con tanta superficie edificada, el agua va directo a la calles y entonces el sistema necesita secciones mayores”, detalló.

La obra de remodelación de la peatonal Isauro Martínez (en estos momentos trabajan en Mendoza al 500) promete traer la solución a los anegamientos en el microcentro, que se volvieron mucho más intensos durante los últimos años. Cien años después de su construcción, el viejo caño de ladrillos quedó listo para acompañar los cambios de la ciudad y volvió a quedar cubierto de cemento.

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