“La familia es el hospital más cercano cuando uno está enfermo”, dijo Francisco en su homilía

“La familia es el hospital más cercano cuando uno está enfermo”, dijo Francisco en su homilía

Francisco hizo una ferviente defensa de la familia en la multitudinaria misa en una Guayaquil. Luego visitaría al presidente.

EN PAPAMOVIL. Se estima que cerca del 19% de la población de Ecuador estará presente en las tres misas que el Papa oficiará en aquel país. REUTERS EN PAPAMOVIL. Se estima que cerca del 19% de la población de Ecuador estará presente en las tres misas que el Papa oficiará en aquel país. REUTERS
07 Julio 2015
“La familia es la primera escuela de los niños, es el grupo de referencia imprescindible para los jóvenes, es el mejor asilo para los ancianos”. Con estas palabras el papa Francisco emocionó a más de 1,2 millón de fieles congregados en parque “Los Samanes” de la ciudad ecuatoriana de Guayaquil. “La familia constituye la gran riqueza social, que otras instituciones no pueden sustituir, que debe ser ayudada y potenciada, para no perder nunca el justo sentido de los servicios que la sociedad presta a sus ciudadanos”, remarcó el papa vestido de blanco y dorado.

En un comienzo la misa se iba a oficiar en el santuario de la Divina Misericordia con capacidad para 11.000 personas, pero después por razones de logística y seguridad, el oficio religioso se trasladó al parque “Los Samanes”.

Al subir al pretil, el Papa sufrió un tropezón, pero fue socorrido por los sacerdotes que lo rodeaban, consignó la agencia DPA. Antes de iniciar la ceremonia litúrgica, el papa hizo un recorrido por el parque con el “papamóvil”, aunque sin detener el vehículo. Los fieles, muchos de los cuales pernoctaron en el parque, blandían sus rosarios, fotos del papa, cirios y otros recuerdos para que el Sumo Pontífice los bendijera a su paso.

A los lados del altar estaban las imágenes del Cristo del Consuelo y de la Virgen María de Guayaquil, de mucha devoción en la ciudad ecuatoriana. Al menos tres millones de fieles se calcula que participarán en las misas de hoy y mañana en Ecuador. Esa cifra corresponde al 19% de los 15,7 millones de habitantes que tiene ese país. El 80% de la población se declara católico.

Después de catalogar a la familia como “el hospital más cercano cuando uno está enfermo”, Francisco expresó que hay “una verdadera deuda social respecto a la institución familiar, que es la base y la que tanto aporta al bien común de todos”. Eligió una imagen a la que ya había aludido en otras oportunidades: “la familia también forma una pequeña Iglesia, la llamamos ‘Iglesia doméstica’ que, junto con la vida, encauza la ternura y la misericordia divina”, remarcó.

“En la familia la fe se mezcla con la leche materna: experimentando el amor de los padres se siente más cercano el amor de Dios. Y en la familia -y de esto todos somos testigos- los milagros se hacen con lo que hay, con lo que somos, con lo que uno tiene a mano. Y muchas veces no es el ideal, no es lo que soñamos, ni lo que debería ser”, reconoció.

Al referirse a la lectura bíblica del día, las Bodas de Caná, Francisco explicó: “hay un detalle que nos tiene que hacer pensar: el vino nuevo ese vino tan nuevo que dice el mayordomo en las bodas de Caná nace de las tinajas de purificación, es decir, del lugar donde todos habían dejado su pecado, nacen de lo peorcito porque donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia”.

Nada es descartable

“En la familia de cada uno de nosotros y en la familia común que formamos todos, nada se descarta, nada es inútil”, remató. Luego recordó a la multitud que está próximo el sínodo de la Familia. “Poco antes de comenzar el Año Jubilar de la Misericordia, la Iglesia celebrará el Sínodo Ordinario dedicado a las familias, para madurar un verdadero discernimiento espiritual y encontrar soluciones y ayudas concretas a las muchas dificultades e importantes desafíos que la familia hoy debe afrontar”, dijo. En ese sentido pidió oración “para encontrar soluciones y ayudas concretas”.

Culminada la celebración eucarística, el papa se dirigió a un almuerzo con sacerdotes jesuitas en el colegio Javier de Guayaquil. Allí lo esperaba uno de sus amigos de los tiempos del seminario, el padre Paquito, de 91 años.

En Guayaquil también visitó el santuario de la Divina Misericordia donde compartió con niños con discapacidad y enfermos terminales. Al cierre de esta edición se preparaba el encuentro protocolar del papa con el presidente de Ecuador Rafael Correa en el Palacio de Carondelet.

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