La inquietante crisis de la Justicia

La inquietante crisis de la Justicia

05 Julio 2015
El apartamiento del juez federal Luis María Cabral de su rol subrogante en el Consejo de la Magistratura ha generado una fuerte crisis en el país. El nudo del problema radica en el rápido trámite para apartar al magistrado, con la aplicación de la nueva Ley de Subrogancias, sancionada en diciembre pasado, que permite al Consejo de la Magistratura reemplazar a los subrogantes mediante una simple resolución administrativa, y lo reemplazó rápidamente por otro juez subrogante, que está siendo objetado por su supuesta afinidad con el oficialismo. De inmediato se le entregaron las causas que analizaba Cabral, entre las que se encuentran la del Memoránum de entendimiento con Irán por el atentado de la AMIA, y el de la firma Hotesur, lo cual ha generado la inquietud y el reclamo de que se trata de una maniobra del Gobierno para obtener fallos favorables.

El procedimiento está bajo revisión. El juez cabral afirma que es incorrecto su desplazamiento porque él fue designado por sus colegas con la vieja Ley de Subrogancias, sin plazo, hasta que se designe a su sucesor por concurso. En este caso, gozaría de las garantías que otorga la Constitución Nacional (art. 110): estabilidad en el cargo mientras dure su buena conducta. Entidades como la AMIA han reclamado porque consideran que se ha apartado al juez natural de la causa sobre la inconstitucionalidad del pacto con Irán. El fiscal ante la Cámara Nacional de Casación Penal, Raúl Plée, ha considerado que esta situación es anómala y de gravedad institucional y ha hecho una presentación ante la Corte Suprema de Justicia para que resuelva al respecto.

Cabral también había hecho un recurso ante la justicia en lo Contencioso Administrativo para ser repuesto. Argumenta que no puede ser nombrado con la vieja Ley de Subrogancia y sacado con la nueva Ley. Sin embargo, el recurso fue rechazado por el juez Esteban Furnari, que entiende que Cabral fue nombrado subrogante “hasta que su vacante sea cubierta según el sistema institucional”, como señala la acordada que lo designó en 2013. Y para Furnari, el sistema institucional no es el concurso, sino la nueva Ley de Subrogancias. Además, dijo que cuando los jueces de Casación acordaron integrar las salas establecieron que lo harían hasta el primer semestre de 2015 y en ese marco interpreta la remoción.

El asunto está ahora en manos de la Corte Suprema, pero mientras tanto los cambios se han hecho. Por ello hay un revulsivo en la Asociación de Magistrados de la Nación, que han convocado a una marcha del martes, y entre numerosas entidades como la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa, la Asociación Empresaria Argentina y la Federación Argentina de Colegios de Abogados, entre otras, así como partidos de la oposición.

Esta remoción, además, siembra incertidumbre acerca de las formas en que se realizan las pretendidas reformas en este país. Cabral dice que “abre la puerta para tener jueces subrogantes disciplinados... Cuando haya alguien que se supone que va a fallar de una manera que no les gusta, o que lo ha hecho, como castigo lo sustituimos”.

Queda claro que el momento en que se han llevado a cabo estas reformas ha sido inoportuno y además la manera por lo menos improlija en que se aplica estos cambios deja la sensación de que hay demasiados resquicios para la interpretación política de la aplicación de la ley y por lo tanto se afecta la independencia judicial.

Está claro que los cambios sustanciales en las instituciones deben hacerse alejados del debate político y de las presiones del momento. De otro modo, se genera desconfianza en la Justicia, que es el último refugio de la ciudadanía.

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