Busca el traje de campeón

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Martino está ante la chance de conseguir un título que lo reivindicaría como técnico de elite

APUNTA. Martino es consciente, como sus dirigidos, de que debe ganar un título para coronar la buena imagen. efe APUNTA. Martino es consciente, como sus dirigidos, de que debe ganar un título para coronar la buena imagen. efe
04 Julio 2015

Daniel García Marco - DPA

El anticuado traje gris el día de su presentación pareció condenar desde el minuto uno a Gerardo Martino en Barcelona, ciudad que añoraba el estilo “cool” y moderno de Josep Guardiola. La experiencia en España terminó mal para el técnico argentino, que hoy a las 17 puede lograr con la selección de su país Argentina la Copa América, su primer gran título como entrenador.

Si vence a Chile Argentina romperá con 22 años de sequía de grandes títulos y Lionel Messi se coronará por fin de albiceleste a la espera de poder ganar un Mundial. Pero aunque nunca lo reconozca y puede que ni le importe, el trofeo sería una revancha personal para Martino, ya que lo reivindicaría como un técnico de élite en una época en la que entrenadores como Guardiola, Diego Simeone, Jose Mourinho o Arsene Wenger comparten estrellato con los futbolistas.

Hizo campeón a Newell’s y a Libertad y Cerro Porteño en Paraguay, donde es un ídolo por llevar a la selección a los cuartos de final de Sudáfrica 2010 y a la final de la Copa América 2011. Suficiente bagaje como para que el Barcelona recurriera a él de urgencia en julio de 2013 por la enfermedad de Tito Vilanova, que murió meses después. Pero poco para el gran público.

“Era demasiado desconocido cuando llegué. A mí me sorprendió el grado de desconocimiento que había hacia mi persona”, dijo Martino, de 52 años, al diario “La Nación” tras salir de Barcelona sin títulos.

Los pocos que lo conocían en Europa cuando llegó a Barcelona aludían al fútbol tosco de Paraguay y le atribuían el nombramiento a su condición de rosarino como Messi. Pese a los dichos de una relación estrecha, “Lio”, con problemas físicos, tuvo un mal año y no lo ayudó.

“La verdad, fue un año difícil. Fue un aprendizaje acelerado. A veces uno achica las distancias en su país, por ejemplo dirigiendo River o Boca. A mí no me había pasado, entonces el salto fue grande. Realmente me costó mucho”, dijo Martino, que asumió la responsabilidad por la falta de títulos sin poner excusas por su llegada precipitada ni por la alargada sombra de Guardiola y Vilanova. “Fue el mejor equipo de la historia y eso hacía todo más difícil”, admitió.

No impidió que recibiera la llamada de la selección argentina para dar continuidad al trabajo de Alejandro Sabella tras el subcampeonato del mundo en Brasil.

“Creo que me va a servir mucho para esto”, dijo sobre su experiencia en España al poco de ser presentado en Argentina, donde no había necesidad de explicar quién era. Cómodo, ya vestido con la ropa deportiva de la Selección y sin tener que entrar en el elegante traje de Guardiola, Martino encontró en la “albiceleste” otro plantel lleno de astros con Messi al frente.

Aprovechó lo bueno que dejó Sabella y apostó por un esquema más ofensivo con Ángel di María, Javier Pastore y Sergio Agüero, los escuderos preferidos del intocable Messi. Y lo mantuvo en los momentos más difíciles, como tras el empate ante Paraguay en la primera fase de la Copa América, hasta que llegó el equilibrio defensa-ataque.

Como Sabella y pese a la exigencia de un país obsesionado con el fútbol y los resultados, imprimió serenidad y un discurso que va más allá del triunfo. “Hay veces que se llega a lograr títulos, pero dejan muy poco. Ganar siempre es distinto a perder, pero yo no siempre veo la derrota como un fracaso”, afirmó Martino.

Argentina domina la posesión de la pelota y es protagonista. Juega bien, vistoso y además gana. Los jugadores lo siguen en su idea y él está satisfecho a las puertas de una final que lo puede vestir de campeón.

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Historia tras la cordillera

Argentina manda

Chile y Argentina se enfrentaron 24 veces en Copa América, con 19 triunfos para la “albiceleste” y cinco empates. En el último partido entre ambos, en 1997, Argentina se impuso 2-0.

La única derrota

Argentina solamente perdió una vez ante Chile en partidos oficiales: 1-0 en Santiago en octubre de 2008 en la eliminatoria al Mundial de Sudáfrica. Esa derrota le costó el puesto al por entonces entrenador de la “albiceleste” Alfio Basile, quien fue reemplazado por Diego Maradona. Sin embargo, Basile es el último entrenador que ganó la Copa América con Argentina. Bajo su mando, se quedó con el trofeo en 1991 y en 1993.

En casa chilena

La “roja” y Argentina se midieron dos veces en 1991, la última vez que el torneo se jugó en suelo chileno. Los visitantes se impusieron 1-0 en la etapa de grupos, mientras que el partido de la fase final terminó 0-0. Estos equipos jugaron siete veces con Chile como local, con un saldo favorable para Argentina de tres triunfos y cuatro empates.

Como una final

La única vez en la que los equipos se encontraron en lo que podría ser considerado como una final de Copa América fue en 1955, cuando el campeón se definía tras una ronda de choques todos contra todos. Argentina ganó 1-0 en el último encuentro y se quedó con el título. El local solamente necesitaba un empate para levantar el trofeo porque llegaba con mejor diferencia de gol. Ese partido se vio ensombrecido por la mayor tragedia en la historia del fútbol chileno, cuando seis personas murieron aplastadas en una estampida antes del inicio del choque.

Goleadas en seis

Las victorias más abultadas de Argentina contra Chile en Copa América fueron un 6-1 en 1916 en Buenos Aires, 6-2 en Lima en 1957 y 6-1 en Buenos Aires en 1959.

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