Chile-Argentina: una final a puro fútbol

Chile-Argentina: una final a puro fútbol

Con los dos mejores equipos del torneo en la definición, los vaticinios son optimistas.

RESPONSABLE DEL SHOW. Si hay que pedir entretenimiento en el juego, Ángel Di María puede ser destinatario del pedido. EFE RESPONSABLE DEL SHOW. Si hay que pedir entretenimiento en el juego, Ángel Di María puede ser destinatario del pedido. EFE
04 Julio 2015

Ignacio Naya - DPA

Chile y Argentina jugarán hoy a las 17 una final de Copa América a puro fútbol en el Estadio Nacional de Santiago, donde los dos equipos más ofensivos y vistosos del continente se enfrentarán en busca de un título por el que ambos suspiran.

Como todos los grandes partidos, la final encierra un buen número de pequeños y grandes retos, de sueños personales y colectivos, de revanchas y cuentas pendientes, pero sobre todo promete, al menos sobre el papel, buen fútbol. Suspicacias arbitrales aparte, los dos mejores equipos del torneo, los más consecuentes y goleadores, llegaron al último de los 26 partidos de la Copa. Trece tantos logró Chile en los cinco partidos que disputó, por 10 de Argentina, la mayoría de ellos en una intimidante semifinal ante Paraguay en la que ganó por 6-1.

“No tenemos miedo”, aseguró el capitán chileno, Claudio Bravo, en un intento de infundir confianza a un país consciente de que los nombres y la historia le son desfavorables en la comparación con Argentina.

Problemas diferentes


Argentina no sólo tiene en sus filas a Lionel Messi, cuatro veces Balón de Oro, sino que completan una delantera de infarto con Sergio Agüero y Ángel Di María, mientras que en el banco esperan hombres como Carlos Tevez o Gonzalo Higuaín.

La “roja” cuenta con una de las mejores generaciones de futbolistas de su historia o, como le gusta recordar al propio Arturo Vidal, con la mejor. Junto al centrocampista de la Juventus, destacan figuras como las de Alexis Sánchez, Jorge Valdivia, Gary Medel o Bravo.

Sin embargo, la historia futbolística de Chile es más bien escuálida. Ni un solo título adorna su palmarés. Los mayores éxitos de la selección son cuatro subcampeonatos continentales y un tercer lugar en el Mundial que el país organizó en 1962. “Nosotros no jugamos para ser la mejor selección de la historia de nuestro fútbol, sino que jugamos para que de una vez por todas logremos algo como país, logremos tener un título”, dijo Bravo.

Argentina no tiene ese problema. Dos veces campeona del mundo y 14 de la Copa América, la “albiceleste” sólo ha perdido además un partido oficial ante Chile, en octubre de 2008. “La verdad es que lo deseamos muchísimo poder ganar algo con la selección, porque estuvimos muy cerca varias veces y no se nos pudo dar”, dijo Messi.

Para el crack de Barcelona, que abandonó muy joven su país y lo ganó todo con su club, tener un título con Argentina es una obsesión. Fue campeón del Mundial juvenil en 2005 y medalla de oro olímpica en 2008, pero con la selección mayor perdió las dos finales que jugó.

El partido promete pues emociones fuertes. Chile y Argentina sólo saben jugar al ataque, mirando al arco rival más que al suyo. Los dos técnicos asumieron el riesgo como una apuesta personal y vencerán o perderán fieles a una idea.

El significado del partido

El partido más importante en la historia de Chile es también el más importante en la carrera de Jorge Sampaoli. Admirador de Marcelo Bielsa, el técnico argentino dio continuidad y perfeccionó lo que su compatriota empezó en 2007. A la verticalidad y presión de aquel equipo, Sampaoli le agregó pausa y confianza, pero siempre convencido de que sólo el protagonismo, el atrevimiento “suicida”, como una vez lo describió Vidal, podrá llevarles por el camino del éxito.

Para Gerardo Martino, que también bebió de Bielsa cuando jugaba en Newell’s, no hay alternativa. El estilo, más horizontal y paciente, lo marca la calidad de sus hombres, liderados por un Messi para quien el contacto con la pelota es vital.

Los equipos

Martino afronta el partido con una sola duda, la de Ezequiel Garay en defensa, quien se perdió la semifinal por un problema estomacal. Si no se recupera a tiempo, su puesto lo ocupará Martín Demichelis.

Más dudas genera la alineación de Sampaoli, que podría optar por una defensa de tres centrales como ya hizo ante grandes equipos como España o Alemania, a los que entorpeció la circulación de balón y arrebató el protagonismo.

Hasta ahora, Chile jugó con un sistema 4-4-2 con Jorge Valdivia como enganche entre el medio campo y la delantera. El talentoso número “10” podría ser el sacrificado para dar entrada en la defensa a Francisco Silva, que todavía no debutó en el torneo. No obstante, el 11 local está solo en la cabeza del obsesivo Sampaoli, un hombre que lleva años soñando este partido, un partido de puro fútbol.

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