Libertad y pasión: todo lo necesario para montar una Harley Davidson

Libertad y pasión: todo lo necesario para montar una Harley Davidson

Los unen las ganas de compartir el amor por la leyenda americana de las rutas. La billetera es lo de menos, dicen.

¿VINIERON CORRIENDO?. En el patio exterior del Hilton los motoqueros mataron la sed con cervezas. la gaceta / fotos de diego aráoz ¿VINIERON CORRIENDO?. En el patio exterior del Hilton los motoqueros mataron la sed con cervezas. la gaceta / fotos de diego aráoz
04 Julio 2015

Naaahh, rebeldía ya no hay. Ya no es rebeldía, aunque no deje de tocarte o de buscarte el lado rebelde y, sobre todo, libre. Tratamos de olvidarnos de los malos tiempos, del harlero que armaba quilombo. Seamos realistas: la mitad de los que están acá el lunes se saca el disfraz y van al laburo. Ahora nadie hace quilombo, ni siquiera los Hell Angels hacen quilombo ya. Pero esto, por favor, no lo vayas a escribir...

Tampoco es que estos muchachos sean ositos de peluche vestidos con camperas de cuero, pero hoy Harley Davidson no representa ni peleas, ni disparos, ni botellas de cerveza partidas en el piso de un bar. Hoy, la legión de apasionados por la leyenda americana habla de comunión, de encuentro, de hermandad y varias otras cosas que dejan solo para Hollywood el estereotipo de motoquero rudo que pisotea el sistema con botas de cuero. Nada de eso.

Tucumán ha entrado al mapa harlista con el Primer Encuentro Harley Davidson, que dura hasta hoy y que tiene como sede central el hotel Hilton del ex Mercado de Abasto. Más de 130 motos de la emblemática marca estadounidense nacida en 1903 rugen en la provincia desde el jueves y, por más que quisiera, no podrían pasar desapercibidos. La ciudad tiembla cuando explotan esos motores cromados y las miradas son solo para ellos. “Vos ves un tipo en una BMW, ves la ropa que usa y no tiene ni onda. Una Harley tiene onda, no es sólo la moto: es la vestimenta, el estilo de vida, la música, el rock”, dice Julián Martínez, tratando de explicar la diferencia entre un harlero y otro motoquero. Para “El Vikingo”, mendocino con voz de piedra, Harley traza el límite entre un motoquero y un motociclista. Todos los demás serían de esa segunda y menor categoría.

En Argentina hay encuentros de este tipo prácticamente todos los meses, y el más importante es el mendocino. Se organiza en marzo, una semana después de la Fiesta de la Vendimia y es figura entre los más convocantes de Latinoamérica.

Para afuera las reuniones de Harley, parte fundamental de esta cultura centenaria, es una puerta para que todo el mundo pueda soñarse montando una de estas furias de los caminos. Para adentro, los encuentros son fraternidad. “Entre los más jóvenes Harley puede seguir siendo rebeldía, pero para los viejos es libertad, es hacer miles de kilómetros en ruta, comer en todos lados, es hacer amigos incondicionales para toda la vida y aunque no estés con la moto. Eso no pasa con otras marcas”, dice Luis Sony, un cordobés de 68 años que vino acompañado de su hija, Paz.

Pero... aunque quede poco de rebeldía en el mundo Harley, ¿será una rebeldía con billetera? Para nada. “Tenemos compañeros que manejan un taxi y no les sobra nada, pero tienen su moto impecable. Es cuestión de quererlo”, dice el veterano. Y si no, pregúntenle al Vikingo, que no pudo exhibir su moto en el Hilton porque perdía aceite a chorros. Así se vino desde Mendoza.

LA ÚLTIMA CHANCE DE VERLAS

Si el tiempo ayuda, a las 11 de hoy los motoqueros parten hacia Villa Nougués. A partir de las 13.30 estarán en Loma Bola (San Javier).

Los números de la pasión

u$s 7.000 Cuesta la Harley Street 500   (2015), la más económica de la marca, en EE.UU. u$s 40.000 la más cara. En Argentina una usada arranca en los u$s 20.000 y se hace difícil de conseguir porque no se pueden importar desde hace un año y medio.

Publicidad

500 Harley por año vendía la concesionaria oficial en Bs.As. antes de que se frenara la importación. 

7 Harley Davidson hay en Tucumán, según el organizador del encuentro, Daniel Dupuy. En Argentina hay alrededor de 5.000.

Instantáneas

Julián, el hijo de un ícono harlero

Julián es hijo de “El Rata” Martínez, un veterano de las motos que organizó por primera vez el encuentro Harley Davidson de Mendoza, que hoy cuenta 19 ediciones. “Mi viejo tuvo la idea de que en los encuentros todos se reúnan, duerman y convivan en un mismo lugar, generalmente en un hotel”, contó. El “Viejo Rata”, como le dicen con admiración, ya no maneja motos: tuvo un accidente y lo tiene vedado. Según Julián, la modernización de las Harley, que ahora cuentan con tecnología y motores a inyección, ha permitido que se sume gente joven.

Publicidad

Juan, el tímido

Por rudos que parezcan, los harleros tienen debilides. El mendocino Juan Yaciófano pidió el auxilio de “El Vikingo” para sacarse una foto para LA GACETA. Juan tiene un taller de motos y sostiene que la billetera no es condicionante para montar Harley. “A mí me costó un huevo tenerla, pero no es algo imposible”, dice. Tiene 31 años y es uno de los más jóvenes del encuentro.

Luis y Paz, padre e hija de las rutas

Si lo quieren ver enojado, pregúntenle a Luis si el vicepresidente Amado Boudou es un ícono argentino de la cultura Harley. “¿¿QUEEEE?? Es un tipo con plata que se compró una moto, nada más. Un harlero sale a la ruta, no anda por Puerto Madero”, es lo más suave que responde.


Tamaño texto
Comentarios
Comentarios