Por Carlos Páez de la Torre H
04 Julio 2015
PLAZA INDEPENDENCIA EN LOS AÑOS 1910. Los naranjos enfermos fueron tratados, en 1915, con la “Fórmula Molina”. la gaceta / archivo
En 1914, gran cantidad de los naranjos existentes en Tucumán estaban afectados por la plaga de la cochinilla. Ella se extendía por toda la provincia, cosa que preocupaba al Ministerio de Agricultura de la Nación, empeñado en “atenuar el avance de los males que aquejan a la producción frutícola”.
En julio de ese año se aplicó, a los naranjos de nuestros espacios públicos, la denominada “Fórmula Molina”. Según informaba LA GACETA, el tratamiento “tuvo un brillante éxito, dada la rapidez con que actúa la fórmula y la visible destrucción de las cochinillas, que quedan adheridas a la película que forma la mezcla, una vez que es influenciada por el sol”.
El compuesto era obra del ingeniero agrónomo Eduardo Molina, enviado por el Ministerio. Al año siguiente, publicaba LA GACETA del 27 de abril, el ingeniero Molina daba comienzo “a la curación de los árboles de la plaza Independencia, para continuar una campaña enérgica contra todas las plagas que se encuentran difundidas en la provincia, especialmente la cochinilla y la gomosis”.
Agregaba que “para las dos enfermedades se tienen métodos casi radicales de curación”. Entonces, era de esperar que los propietarios secundaran, en beneficio propio, la acción del ingeniero Molina, “que se empeña en cumplir con su deber y en difundir sus conocimientos profesionales, en las giras que realizará por distintas zonas de la provincia”.
Finalizaba señalando que sería muy conveniente, además, que “los propietarios de plantíos frutales que se encuentren actualmente en la ciudad, se informen de la manera de preparar y emplear la fórmula”.
En julio de ese año se aplicó, a los naranjos de nuestros espacios públicos, la denominada “Fórmula Molina”. Según informaba LA GACETA, el tratamiento “tuvo un brillante éxito, dada la rapidez con que actúa la fórmula y la visible destrucción de las cochinillas, que quedan adheridas a la película que forma la mezcla, una vez que es influenciada por el sol”.
El compuesto era obra del ingeniero agrónomo Eduardo Molina, enviado por el Ministerio. Al año siguiente, publicaba LA GACETA del 27 de abril, el ingeniero Molina daba comienzo “a la curación de los árboles de la plaza Independencia, para continuar una campaña enérgica contra todas las plagas que se encuentran difundidas en la provincia, especialmente la cochinilla y la gomosis”.
Agregaba que “para las dos enfermedades se tienen métodos casi radicales de curación”. Entonces, era de esperar que los propietarios secundaran, en beneficio propio, la acción del ingeniero Molina, “que se empeña en cumplir con su deber y en difundir sus conocimientos profesionales, en las giras que realizará por distintas zonas de la provincia”.
Finalizaba señalando que sería muy conveniente, además, que “los propietarios de plantíos frutales que se encuentren actualmente en la ciudad, se informen de la manera de preparar y emplear la fórmula”.
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