Un cantautor que rompe con lo melódico

Flavio Viera está con los oídos llenos de sonidos, con la cabeza abierta y con el corazón dispuesto a seguir experimentando en la búsqueda de una manera de ser cantautor distinta al molde clásico del trovador melódico.

El músico se presenta esta noche a las 23, en la taberna cultural Mandinga (avenida Mitre 771), con su recital de cierre de la gira que hizo por Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia con su nuevo disco, “La semilla que hizo el árbol”. El viaje le hizo comprobar en los hechos que la fusión de géneros que propone con sus temas va en la misma ruta que transitó por el continente durante más de tres meses.

“Todo contacto con otras músicas y otros públicos es enriquecedor, y en particular quería llevar mis canciones lo más lejos posible. Traté de crecer en este recorrido, porque no me quiero encasillar en un estilo. Me impresionaron el festejo peruano y todos los ritmos con toques africanos, y me atraen mucho los centroamericanos como el son, la guajira, el vallenato o la salsa. En las calles de Colombia se ven a los artistas tocando en la calle con un estilo que se te meten adentro y en Ecuador, principalmente en Cuenca, capital de la cultura, pude tocar por primera vez ante un público mayoritariamente europeo. Pero de cada lugar volví con una enseñanza”, le cuenta a LA GACETA. De hecho, anuncia un próximo regreso a Colombia, donde tomó contacto con distintos productores que le permitirán organizar un circuito de recitales.

El recital de hoy será en formato grupo y grabado en vivo, como germen de una nueva producción. Su banda la integra en esta oportunidad con Luciano Ruiz, Gonzalo Aníbal Aragón, Joaquín Salvatierra y Víctor Benjamín Agüero, quienes abordan tanto los géneros académicos como populares en su desarrollo profesional.

“Yo trabajo desde el funky, el ragtime, el candombe, la bossa nova y el jazz, para alcanzar una sonoridad propia y distinta del lugar de canción lenta que generalmente se le da a la trova. Esa imagen surge de los máximos exponentes del género de décadas atrás, que fueron por ese lado en su propuesta poética y artística. Mi intención apunta hacia cuestiones más rítmicas”, explica.

Como compositor, reconoce que en los últimos 10 años se generó en Tucumán un circuito importante de cantautores que potenció el trabajo individual y grupal: “un ejemplo acabado es la conformación del colectivo ‘Canción en movimiento’, con Ana Jeger, Jorge Stojan, el Indio Cansinos y Alejandro Kaplan, que no es un hecho casual sino una consecuencia de mucho esfuerzo en común”.