En Córdoba se consume un tercio del fernet del país

En Córdoba se consume un tercio del fernet del país

La combinación de Coca y el licor italiano emergió como uno de los sellos característicos de la ciudad.

SIEMPRE PRESENTE. Dos botellas de fernet aparecen encima de la barra de un bar cordobés. Martin Barzilai / The New York Times SIEMPRE PRESENTE. Dos botellas de fernet aparecen encima de la barra de un bar cordobés. Martin Barzilai / The New York Times
04 Julio 2015

Jonathan Gilbert - The New York Times

En los bastidores de una bailanta, un percusionista, Hugo Núñez, abre su mochila y saca dos botellas: una de fernet, un licor italiano de sabor amargo; la otra de Coca Cola. Después de mezclarlos en un vaso largo de plástico, Núñez hunde sus labios en la bebida espumosa de color sepia y toma un largo trago. Ese viernes, la misma secuencia se repite cientos de veces en bares y bailantas de toda la ciudad de Córdoba.

Buenos Aires domina la vida cultural y política argentina, pero Córdoba, una ciudad con 1,3 millón de habitantes, es conocida por rebelarse contra la capital y por proyectar su propia y distintiva identidad. Esto puede verse en las tendencias de los votos, en su énfasis por las carreras de rally y el cuarteto. El espíritu rebelde de Córdoba se ve incluso en la bebida que eligió la ciudad para convertir en emblema.

La combinación de Coca y fernet emergió como uno de los sellos característicos de la ciudad. Convirtió al trago en la más reciente imagen del deseo de los cordobeses de distinguirse de Buenos Aires e influenciar a la nación. “Todos tienen un fernet en la mano”, dice Carlitos “La Mona” Jiménez sobre su frenética audiencia. Jiménez -quien, un poco antes de las 3 se está preparando para un concierto con Núñez y otros miembros de la banda- cuenta que su padre le solía dar una medida de fernet antes de las comidas cuando era un niño. “Es horrible solo”, dice mientras se pone unos pantalones rojos acampanados. “Pero con Coca es distinto”.

“Los porteños controlan todo, pero no pueden controlarnos a nosotros”, dice Elvira Ispani, una abogada de 54 años que, durante un asado con amigos en las Sierras de Córdoba, dice que el fernet refleja la indisciplina de sus coprovincianos.

Responsables del boom

La gente de Córdoba está bebiendo actualmente tanto fernet que se convirtieron en los principales responsables del boom de la producción nacional de la bebida. Hace poco más de una década, los productores saciaban la demanda con sólo 2,4 millones de galones, de acuerdo con la Cámara Nacional de Destiladores. Pero, en 2013, su producción alcanzó casi 15 millones de galones, cayó un poco en 2014, cuando la inflación aumentó y la gente gastó menos, pero continúa siendo alta.

El cambio entre tomar el fernet solo, como un aperitivo, o como un remedio para el dolor de estómago a tomarlo mezclado con Coca en grandes volúmenes empezó hace 20 años. La razón que llevó a millones de personas a elegirlo en vez de otros licores es un misterio. Pero la tendencia se esparció rápidamente por Argentina, extendiéndose desde el norte de Córdoba a provincias vecinas y al este de Buenos Aires, donde los cocteles hechos con vodka y whisky eran la norma. Los argentinos beben ahora tres cuartos de la producción mundial de fernet, de acuerdo con IWSR, una compañía de investigaciones que analiza el marcado global del vino y las bebidas espirituales.

Pasión

Mientras el trago es popular en toda Argentina, la pasión por el fernet ha alcanzado otros niveles en Córdoba. Teniendo sólo el 8% de la población total del país, Córdoba y sus pueblos vecinos son los responsables de la tercera parte del consumo de ese licor en Argentina, según un reporte de 2013 de Kantar Worldpanel, una compañía que investiga el comportamiento de los consumidores.

“Tomo fernet porque tengo amigos de Córdoba”, dice Martín Annese, un profesor de ingeniería eléctrica de 36 años de Buenos Aires, quien viajó a Córdoba para dar unas clases. “Ellos tienen el fernet y el cuarteto en su sangre”, agregó.

Hijo de la inmigración

El fernet arribó a Argentina durante la inmigración italiana que comenzó en el siglo XIX y Branca International, una productora de Milán, abrió su primera fábrica en Buenos Aires en 1941. Hay muchas teorías sobre quien comenzó con la explosión de esta bebida. La mayoría apunta a la gran población universitaria de Córdoba. Otros sugieren que pueden haber sido los asistentes a los festivales de rock que se desarrollan en la sierra de la provincia.

Hay poca duda, sin embargo, sobre el rol que ocupa actualmente. “Compartir un fernet con Coca es de muchas manera un ritual pagano”, dice Panchi Marchiaro, ministro de Cultura del Gobierno municipal cordobés. Equiparó el hecho de tomar fernet en los recitales de cuarteto con la tradición pre colombina de tomar chicha.

Aunque el fernet sea el protagonista, la amenaza siempre está al acecho: se está volviendo popular en las fiestas de estudiantes tomar cajas de vino mezcladas con una gaseosa de limón, además de otras alternativas más clásicas, que no han sido abandonadas. Pero pocos en Córdoba creen que el fernet con Coca, como la ciudad misma, pierdan su ventaja.

“Hay modas”, dice Ricardo Verón, el bajista de Jiménez. Pero después de repasar las bebidas que fueron favoritas en las bailantas, como el gin o el vino blanco, mira el vaso de fernet que tiene en la mano y dice: “Esto va a durar”.

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