Juegos de roles: la movida "friki" pisa firme en Tucumán

¿Sabías que se pueden alquilar juegos de roles, como Calabozos y Dragones o Games of Thrones, y jugar una partida en un negocio de historietas? Tiziano, Axel, Alejandro, Esteban, Luis y Alan se ríen mientras juegan a “Sí, señor oscuro” en uno de los mesones de una librería de historietas y artículos varios del centro tucumano. “Es como el paraíso de los juegos de roles, un refugio de la movida ‘friki’”, resume José Baza, estudiante de teatro, mientras mira un partida en otra mesa. Así como cada vez más chicos y chicas alquilan una cancha de fútbol para divertirse con una pelota, ahora hay un nuevo espacio para los fanáticos de los juegos de roles.

Sobre calle Corrientes al 500, lo que había empezado como una librería donde se vendían historietas y cómics, se convirtió en el espacio de encuentro para adolescentes y grandes que disfrutan de lo “nerd”, como ellos dijeron. “Nuestra idea era que haya un espacio para que la gente pudiera completar sus colecciones de determinado cómic. Con mi novia pensamos poner un espacio a disposición, luego comenzamos a tener distintos eventos, y terminó sucediendo esto: los viernes se alquilan mesas para jugar estos juegos y hay torneos una vez por mes”, explica Diego Izquierdo.

Este tipo de entretenimiento, que se pudo ver en varios capítulos de “Big Bang Theory”, está ahora disponible, como parte de una movida entre la comiquería “Trébol”, montada por Izquierdo, junto con el espacio “Ludiverso”, de David Sepel. En estos juegos, cada jugador asume un rol, papel o personaje en un mundo de aventura. Entre los más conocidos se encuentran Calabozos y Dragones (creado en 1974), donde uno puede ponerse en la piel de un elfo, orco, enano o mago, en un universo mágico. Desde entonces, se generalizaron, a tal punto que muchos se basan en novelas, series, animaciones o películas, como "El señor de los anillos", "Games of Thrones", "Yu gi oh", "Pokemón" o "The walking dead". El boom de la computación hizo eco de los fanáticos, merced de los impresionantes efectos visuales actuales. En muchos países se realizan torneos con cientos de participantes. Es un nuevo fenómeno cultural, que de la mano de las ComicCon, “La caverna del dragón”, los disfraces de personajes célebres y los torneos de Pokemón, por ejemplo, comienza a pisar fuerte en nuestra provincia. 

“Es tan simple como suena: venís, preguntás quién quiere jugar a cuál juego y te divertís en grupo”, cuenta Alan Martínez Roda, al que le tiran más las historias de Marvel (Spiderman, Capitán América, Iron Man, Thor, Hulk, X-men) que las de DC (Superman, Batman, Linterna Verde o Flash). Se puede pagar $20 por jornada o $60 por mes. Eso sí, la primera visita es gratis; si se lleva un amigo, también. El juego preferido es el “Bang”, que transcurre en el medio oeste: los jugadores se convierten en comisarios, alguaciles y bandidos con roles asignados por cartas.

Al ser importados, los juegos elevaron su precio o bien no llegan al país, por lo que Sepel los compra en Europa. Hijo de padre francés y de madre argentina, el creador de “Ludiverso” viaja a Francia para visitar a sus familiares, por lo que aprovecha cada visita para comprar los juegos y ponerlos a disposición. “Sin menospreciar, uno está acostumbrado a los típicos juegos de mesa: “Monopoly”, “TEG”, “Melómano”… Pero mucha gente no tiene idea de la cantidad y variedad que existen. Las posibilidades son muy amplias: desde convertirse en un vaquero a dominar un imperio medieval; de moldear una antigua civilización a placer hasta ser el emperador de una flota de naves espaciales. Las posibilidades son infinitas y el único tope es la imaginación”, cuenta Sepel, estudiante de Biotecnología.

El objetivo es simple: ampliar horizontes, dar a conocer algo nuevo, generar un espacio de diversión sano y dejar de lado tanta tecnología, sintetizan en los mesones. “Conocí el lugar por José (Baza). El primer juego de este tipo lo jugué este año, así que puedo decir que me interesé en este tipo de diversión a los 25 años. Esto me llama más la atención que jugar al póker, por ejemplo, porque hay más variedad. No soy del palo de los cómics, lo que muestra que estos juegos de mesa llaman la atención a un público amplio”, comenta Fabrizio Bazán, convertido en colaborador de Ludiverso, mientras juega a “Chivatos y Ladrones”.

En la mesa de los grandes, la diversión suelta un aire de nostalgia. Apilando fichas y soltando las cartas a su turno, comentan que notaron la carencia de un espacio de una diversión sana. “Buscamos generar una distracción, para que los chicos no anden en otras cosas y se centren en estar en un lugar sano, tranquilo y para mostrar otras formas de pasarla bien. En Buenos Aires esta movida es tremenda, los grupos de juegos llevan mucho tiempo. Acá recién está empezando”, explica Bazán, a punto de recibirse de diseñador gráfico.

Al lugar se acercan muchos adolescentes que cursan el secundario, muchos de ellos introvertidos, que conocen nuevos amigos, personas de otros ambientes. “Algunos padres se acercaron para conocer el lugar donde sus hijos se divierten, y se calman al saber que están en un lugar tranquilo y sano. Hasta hay padres que se suman y juegan con los chicos”, cuenta Bazán.

Tiziano, Alan , Alejandro y compañía se ríen a los alaridos: acaban de empezar otro juego. “¿Si es el paraíso de los juegos de roles? Sí, justamente esa era la idea, crear un espacio donde los chicos puedan distenderse y jugar”, finaliza Izquierdo.

Para tener en cuenta

¿Qué es Magic? Es el primer ejemplo de juego de cartas coleccionables moderno, con más de seis millones de jugadores en 52 países diferente. Magic puede ser jugado por dos o más jugadores, cada uno de ellos usando un mazo individual. Cada partida respresenta una batalla.

La estructura del juego reemplaza los útiles usados en los juegos de aventura de papel y lápiz por una gran cantidad de cartas y unas reglas más complejas que la mayoría de otros juegos de cartas.

Juegos de rol: es un juego en el que, tal como indica su nombre, uno o más jugadores desempeñan un determinado rol, papel o personalidad. Cuando una persona hace el papel de X significa que está interpretando un papel que normalmente no hace.