La fotografía es la protagonista en las distintas salas

La fotografía es la protagonista en las distintas salas

02 Julio 2015
Gabriel Varsanyi, Javier Soria Vázquez, Diego Aráoz, Atilio Orellana, Alejandro Grosse, Pablo Masino, Javier Juárez, Romina Rosciano Fantino, Jorge Cruz, Federico Robledo, Nadia Salvatierra, Estela Izuel y Esteban Pastorino son algunos de los artistas que presentaron fotografías, en un envío numeroso, ciertamente, pero en el que no se advierten intervenciones audaces, ni relevantes experimentaciones.

De cualquier forma, llama la atención una toma directa, con superposiciones sobre madera, de Cruz: “Ni muertos ni vivos” parece un grabado, ante todo. Sorprende la obra de Varsanyi, porque adopta total distancia de su producción más conocida con “Maloja”.

Una detención obligada en el recorrido merece el trabajo de Robledo: en “El misterio de Juan” expone un pequeño negativo, su copia grande (también en negativo), y otra, pequeña, en positivo, a modo de un tríptico: tres miradas distintas sobre una misma imagen.

Aunque Soria Vázquez repite su “marca personal”, de dividir o fragmentar la foto, sigue siendo un proyecto atractivo.

La toma directa de Pastorino también llama la atención, esta vez en color, así como “Teatro Verdi”, de Izuel. La dura imagen de Cristian Robles, “Realidades de la Villa Lola” exhibe una mujer adulta que aspira droga.

Al final de la última sala, casi escondido, se puede hallar “El origen de la revolución”, de Sol Rodríguez Díaz. Se trata de una figura proyectada alrededor de un marco clásico, que cita, de lejos y de cerca, al famoso desnudo de Courbet, “El origen del mundo”, que inauguró el realismo en el siglo XIX en la historia del arte.

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