Arte contemporáneo: Una nueva edición de los premios de la UNT se inaugurará hoy

Arte contemporáneo: Una nueva edición de los premios de la UNT se inaugurará hoy

Habrá en exposición casi medio centenar de trabajos, pero sin que los artistas hayan asumido el riesgo de otros tiempos.

TODO LISTO. Una imponente escultura de Mario Díaz Álvarez, con fotografías y pinturas, ocupa el espacio central en el Museo de la UNT. la gaceta / fotos de analía jaramillo TODO LISTO. Una imponente escultura de Mario Díaz Álvarez, con fotografías y pinturas, ocupa el espacio central en el Museo de la UNT. la gaceta / fotos de analía jaramillo
Los dibujos, aquel género tan vilipendiado en las últimas décadas, son los que se destacan, tanto por su simpleza como por su gran potencia, en el salón que se inaugurará esta noche a las 20 en el Museo de la Universidad Nacional de Tucumán (MUNT, San Martín 1.545), en el 17° Julio Cultural. Está claro que están realizados con ese tono contemporáneo y, por eso, están lejos de pertenecer a lo tradicional, aquellos que observábamos con el grafito y el lápiz.

Hay mucha fotografía en las distintas salas, aunque tal vez carente de las audaces y sorprendentes intervenciones de otrora; bien que su presencia señala una tendencia persistente en el arte contemporáneo.

Desde un punto de vista general, se podrá insistir que falta riesgo en las propuestas: hay una situación de comodidad o de confort, de la que la mayoría de los trabajos no se mueve; una situación que viene presentándose desde hace algún tiempo.

Líneas en construcción

En “Mecanismo para llenar el vacío”, Pablo Guiot tensa 19 líneas de hilos que, de un extremo al otro, están atados en clavos, líneas que se imprimen en el mismo bastidor. Marcos Figueroa dibuja con alambres de púas su “Identikit de un genocida”, y Sandro Pereira plantea un simple pero conmovedor retrato de su hijo (“Juan te amo”), con una línea suave, débil. Leve, igualmente, pero fragmentado en algunos pequeños recuadros, es “Porfía”, de Geli González.

A otra escala, imponente (y crítica), se puede ver la escultura de Mario Díaz Álvarez, instalada en el centro de la principal sala, con un título que habla del presente, el nuestro, doloroso y dañino: “Lluvia negra (Parte de la tormenta)”. Una obra que también puede mirarse como instalación.

Lo presente

“En la actualidad, el término ‘arte contemporáneo’ no designa sólo al arte que es producido en nuestro tiempo. El arte contemporáneo de nuestros días más bien demuestra cómo lo contemporáneo se expone a sí mismo (el acto de presentar el presente); privilegia el presente con respecto al futuro o el pasado”, afirma el teórico ruso, Boris Groys, en “La topología del arte contemporáneo”, el pensador favorito en estos días en Europa y recientemente descubierto en Argentina.

Tomando en consideración estas ideas, es que se puede asegurar que, decididamente, este salón habla del presente y es contemporáneo ciento por ciento.

“Nubes negras”, de Florencia Vivas, por ejemplo, se reconoce fácilmente cuando se recuerda que con una imagen similar se estamparon las remeras de #NiUnaMenos. Casi al frente de ese trabajo, “Cariñosito”, la pintura de Hugo Bellagamba, contrasta totalmente con el fuerte color; y algo similar ocurre con la propuesta de Rolo Juárez. “Coro”, pintura de Damián Díaz, equilibra los géneros en la sala central, junto a la escultura ya mencionada y a la fotografía “Felino de Famaillá”, de Diego Aráoz.

La instalación de Emiliano D’ Amato Mateo no pasa inadvertida en la primera sala (“Contemplar el paisaje con ceniza”): al dibujo sobre el durlok, pegó recortes de papeles, que azarosamente se mueven mientras el ventilador está encendido.

Fiel a la estética del resto o del desecho, como se prefiera, el grupo El Bondi se limitó a presentar un cartón (objeto encontrado), donde se lee una oferta de naranjas debajo de otro texto que dice “Vendo Permuto”. En la última sala, el “Sudario obrero” de Daniel Sarmiento no se puede soslayar, como tampoco el arte textil de Valentina Díaz.

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