Calamaro íntimo, genuino, profundo e irreverente

Calamaro íntimo, genuino, profundo e irreverente

Calamaro íntimo, genuino, profundo e irreverente
01 Julio 2015
Melomanía; pasión por el cine, por la literatura y por las corridas de toros; recuerdos de giras y -por supuesto- toneladas de rock. Todo eso y algo más es “Paracaídas & Vueltas. Diarios íntimos”, una labor a cuatro manos de Andrés Calamaro y el escritor Rodolfo Palacios dedicada a darles forma a los personalísimos diarios del “Salmón”. Eran los salvajes 80 y 90, cuando Calamaro era un rocker incombustible y, a la vez, evangelizador de jóvenes, a quienes les predicaba los sonidos de Bob Dylan, Lou Reed, Tom Waits y Nick Cave.

Un capítulo exquisito se llama “Los que no están (los que siempre están)”, donde Calamaro recuerda profusa y emocionalmente a los amigos muertos: Abuelo, Prodan, Cerati, Spinetta, Moura y, cómo no, Mercedes Sosa. Hay varios más, de aquí y de allá. En forma de diario aparecen sus shows como telonero de Dylan en España o la larga crónica de un concierto de los Rolling Stones en el estadio “Santiago Bernabéu”, el hogar de Real Madrid.

Para la polémica quedan su pasión escrita y pública por la tauromaquia y su enésima provocación a la ortodoxia tanguera, a la que ya hizo enojar con su disco “Tinta Roja”. Esta vez, Calamaro emprende un detallado análisis instrumental y lírico del tango; de Carlos Gardel, Enrique Discépolo, Enrique Cadícamo y de los poetas arrabaleros.

“Creo que mi principal intención eran terminar un libro bueno, con interés aún fuera de la órbita musical. También intenté abandonar el libro varias veces, no soy un optimista rabioso… Alguna vez estuvimos todos vivos, cuando era un adolescente el único martirio era el de Tanguito. Ser sobrevivientes es terrible pero profundo. Ahora es tarde para demostraciones de afecto pero quizás exista un tercer tiempo donde todos nos encontremos para leer estas cosas… ¡Místico!”, sostuvo Calamaro en una entrevista con la agencia Télam.

- ¿Preferiste escribir esta clase de recuerdos a una autobiografía o una biografía autorizada?

- Lógicamente. Una biografía es mi pesadilla. Me angustia sólo pensar en una biografía que, por otra parte, jamás leería. Hay cosas que merecen permanecer en el discreto olvido y barrerse debajo de la alfombra del tiempo… Pero también por la falta de rigor, por ser (o llegar a ser) demasiado blanda. Es imposible recopilar mis episodios de folclore rockero extremo.

- ¿Fue más difícil escribir el libro y editarlo que componer las canciones para un disco?

- Rodolfo Palacios me ayudó mucho en cuanto a la permanente decisión de no abandonar el proyecto “libro”; también curamos juntos los textos, y le encontramos un orden al índice y a los capítulos. Corregirlo fue mi responsabilidad, quise hacerlo yo y fue una labor creativa/literaria muy interesante.

- ¿Por qué?

- Para escribir textos o canciones soy bastante frontal; me gusta escribir y grabar… en un mismo acto; casi nunca me tomo el trabajo de corregir demasiado, ni de reescribirme. El libro, en estos términos, sí necesitaba correcciones conceptuales en la redacción, necesitaba mejorar lo escrito. Los discos también pasan por muchos controles “de calidad”… En ciertos aspectos es difícil equivocarse con un disco… Tampoco vale mucho la pena darse cuenta. Ya está hecho.

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