Pilas: duran poco tiempo, pero contaminan casi una eternidad

Pilas: duran poco tiempo, pero contaminan casi una eternidad

En La Plata se inauguró la primera planta de tratamiento de pilas de país. Procesa 100 kilos por mes. Se trata de un sistema que se puede replicar.

EN LA PLATA. Horacio Thomas señala los tubos que procesan las pilas.  unlp.edu.ar EN LA PLATA. Horacio Thomas señala los tubos que procesan las pilas. unlp.edu.ar
30 Junio 2015
Una sola de las comunes alcanza para contaminar 3.000 litros de agua; una de las alcalinas puede hacer que 175.000 litros del mismo líquido se vuelvan peligrosos para la salud y la pequeña tipo botón puede llegar a arruinar 600.000 litros. Las pilas tienen muchos de los elementos de un fiasco: duran poco y después de que se gastan no hay qué hacer con ellas. Son peligrosas para los niños (si se las ingiere, pueden perforar el estómago, el esófago, el intestino y causar la muerte).

Al contener químicos nocivos para la salud, las pilas ingresan en la clasificación de “residuos peligrosos” (ley 24.051), por lo tanto, no es cuestión de tirarlas a la basura, cerrar la bolsa y chau. Tampoco se puede pensar en incinerarlas, porque despiden dioxinas y furano, altamente cancerígenos.

Sus componentes de mercurio, plomo, litio, cadmio, plomo y manganeso contaminan los suelos y las aguas. Por lo tanto, son nocivos para la salud humana y animal. Pero hay una buena noticia: la universidad de La Plata inauguró la primera planta de tratamiento de pilas alcalinas. Es el resultado de un proyecto de tesis que, con el correr de los años y el perfeccionamiento, se convirtió en un sistema que puede procesar 100 kilos de pilas por mes.

“Fabricamos ácido sulfúrico utilizando bacterias y azufre. Luego abrimos la pila y separamos la carcaza para atacar el interior que tiene zinc y manganeso con el ácido sulfúrico”, explicó Horacio Thomas, de 72 años, doctor que Química y director de la Planta Piloto Multipropósito (Plapimu).

Un informe de la Universidad Tecnológica de Santa Fe señala que en Argentina se consume un promedio de 10 pilas por persona por año. En la planta de tratamiento de La Plata calculan que los 100 kilos que procesan al mes equivalen al consumo de una población de 8.000 habitantes.

“Primero lo hicimos a escala de laboratorio; luego, con unos tubos grandes y largos donde pusimos el azufre y le sembramos las bacterias”, explicó Thomas. Esas bacterias se pegan sobre el azufre, lo comen y lo transforman en ácido sulfúrico. “Las bacterias viven de la energía que sacan de transformar el azufre en ácido sulfúrico con el aire disuelto en el agua”, detalló.

Con este tratamiento logran disolver todo el zinc y parte del manganeso. “Se lo separa por decantación y a la solución que tiene zinc y manganeso se la trata químicamente por métodos muy simples”, dijo. Se obtiene óxido de manganeso y carbonato de zinc. El primero puede utilizarse para fabricar acero y el segundo es aplicado en la industria alimenticia, farmacéutica, naval y hasta en la construcción.

Thomas aclaró que no son un centro de acopio de pilas, sino un laboratorio de investigación y desarrollo que tiene por finalidad el cuidado del medio ambiente.

“Después de que se conoció nuestra existencia llamaron de todas partes para preguntarme cómo hacían para mandar las pilas. Y yo les tuve que explicar que no las recibimos”, contó. El investigador aseguró que la planta es replicable en otros lugares, esto quiere decir que cada provincia podría tener la suya si así se lo propusiera. O una Universidad podría solicitar el asesoramiento para construir la propia; su costo ronda los $450.000. Por el momento, la planta solo trata las pilas alcalinas. Pero también existen las comunes, que son más contaminantes. Hay que tener en cuenta que una pila recargable puede reemplazar hasta 300 de las comunes.

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