Una bala hirió a una niña cuando los policías seguían a un preso que se había fugado

Una bala hirió a una niña cuando los policías seguían a un preso que se había fugado

El intento de escapar de un detenido de la seccional 12ª provocó el enojo de los padres de menores que jugaban un campeonato La víctima es de Alderetes y formaba parte de una delegación que iba a jugar al fútbol. Refuerzo policial para evitar un motín.

TRASLADO. El preso que intentó la fuga fue llevado a otra comisaría. la gaceta / foto de franco vera TRASLADO. El preso que intentó la fuga fue llevado a otra comisaría. la gaceta / foto de franco vera
22 Junio 2015
El intento de fuga de un preso que se encontraba alojado en la seccional 12ª provocó la indignación de los vecinos y el refuerzo policial en la dependencia ante la posibilidad de un motín, ayer al mediodía. El enojo del vecindario estuvo motivado porque la frustración de la fuga, a los tiros, ocurrió en una cancha de fútbol en la que había más de 100 menores, y una bala rozó el muslo de una niña de 12 años.

La herida no fue de gravedad, afortunadamente, y la menor pudo regresar a su casa luego de que la atendiera un servicio de emergencias. La fiscala María del Carmen Reuter, en tanto, dispuso el traslado de los detenidos que se encontraban alojados en la comisaría, comentaron fuentes policiales.

Día de visitas

Como ayer se celebró el Día del Padre, los detenidos que se encontraban alojados en la comisaría ubicada en Félix de Olazábal al 1.400 esperaban la visita de sus allegados. Eran más de 10 presos que estaban en un calabozo de escasas dimensiones.

Uno de los detenidos, que vestía una campera amarilla, pantalón vaquero y zapatillas, habría logrado tomar el arma de un policía en un descuido. Según afirmó una fuente de la comisaría, estaba fuera del calabozo porque recibía una visita en ese momento. Con la pistola en sus manos, el detenido corrió hacia el patio trasero de la dependencia policial, saltó una tela metálica y a los pocos metros cayó, al engancharse los pies con la red de uno de los arcos de fútbol.

El campeonato

En la cancha que se encuentra detrás de la comisaría funciona la escuela de Fútbol “Barrio Oeste 2”. Allí entrenan tres veces por semanas niños y niñas de la zona, y cada dos domingos reciben a representantes de otras escuelas barriales que juegan en un campeonato.

El árbitro había soplado su silbato para anunciar que los jugadores (todos niños) tenían que regresar a la cancha para reanudar el partido. Al pitido le siguieron los disparos, contó Matías Jiménez, uno de los entrenadores.

Al principio, los presentes (padres, jugadores, entrenadores y familiares) creyeron que se trataba de fuegos artificiales. “Yo estaba de espaldas al arco y cuando me dí vuelta, ví a un policía que agarraba a un hombre que estaba en el suelo. Otro efectivo llegaba un poco más retrasado, con el arma en la mano”, relató Jiménez, que hizo que los chicos que estaban cerca de él se ocultaran detrás de un paredón. “Muchos se tiraron al piso. Los padres empezaron a gritar ¡‘al suelo, al suelo’!”, agregó el entrenador.

Herida

Sofía, una adolescente de 15 años que vive en diagonal a la comisaría, escuchó a una niña que gritaba que la habían herido. Era Priscila, que formaba parte de la delegación que había llegado en un colectivo desde Alderetes.

La menor fue auxiliada en la casa de Gustavo Gramajo. Llamaron al 107 y al rato llegó la ambulancia. Priscila tenía una marca “como de un látigo”, provocada por el rozamiento de una bala. A las 15, la niña subió al colectivo con el resto de la delegación y regresó a su casa.

Mientras tanto, los vecinos se agolparon enojados frente a la comisaría. Un video aportado por los lectores muestra el momento en el que el detenido es llevado de nuevo a la comisaría. Aunque se escucha a una vecina afirmar que no llevaba un arma, otros testigos contaron a LA GACETA que sí tenía una pistola. “La arrojó al costado cuando se cayó”, aseguró la esposa de Gramajo. Mientras lo trasladaban, el detenido gritaba que llevaba ocho meses en el calabozo y que corrió porque lo estaban golpeando.

Las visitas por el día del Padre fueron suspendidas en la comisaría, y los presos empezaron a protestar. El motín no llegó a concretarse por el amplio despliegue de policías. Sin embargo, se vivieron momentos de tensión en la puerta de la dependencia.

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