Una tucumana asegura haber captado a "La Virgen del Cerro" en una foto

Una tucumana asegura haber captado a "La Virgen del Cerro" en una foto

La peregrina tomó la imagen en Salta y la subió a su cuenta de Facebook; la figura se viralizó en las redes sociales.

FOTO TOMADA DE FACEBOOK FOTO TOMADA DE FACEBOOK
16 Junio 2015
¿Un reflejo? ¿Los rayos del sol? Muchas son las posibilidades que pueden desarrollar los escépticos al hablar de apariciones; sin embargo, para los creyentes, hay una sola respuesta y es que la Virgen se hace presente en Salta, más precisamente en Tres Cerritos.

Fue una peregrina tucumana quien subió a su cuenta de Facebook una fotografía donde en el cielo se ve un reflejo que se asemeja a la imagen de una mujer. “Este es Tres Cerritos de Salta... el cielo donde está el Santuario de la Virgen.... si ven la Virgen en el cielo compartan... esto es milagro”, manifestó Blanca en la red social el pasado 10 de junio. La publicación ya fue compartida más de mil veces.

Las anécdotas de personas que vivieron fenómenos similares se replican en las fan page de Facebook sobre la Virgen del Cerro.

¿Vos qué ves?



Sobre la Virgen

La Inmaculada Madre del Divino Corazón Eucarístico de Jesús, popularmente conocida como “La Virgen del Cerro”, convoca a miles de fieles que se acercan hasta la provincia de Salta.

Los visitantes Persiguen una historia, incomprobable científicamente que nació en el año 1990. Comienzan por aquellos días las apariciones de la Virgen en Salta, “a una mujer cuya vida siempre fue muy sencilla, como ama de casa cumpliendo con sus deberes y llevando una vida apacible”, reza un portal de internet sobre las primeras percepciones de María Livia.

Este fenómeno fue tomando cuerpo a lo largo de los años, testimonio tras testimonio y adquirió mayor impulso a través de su mención en el libro Bendita tú Eres, de Víctor Sueiro.

Si bien el grupo de peregrinos es heterogéneo, está constituido por un tupido número de personas mayores o lisiadas. Miles de peregrinos de todo el país: jóvenes y adultos, ancianos y niños, sanos y enfermos. A pesar de sus diferencias, un elemento en común los une fervientemente: la fe.

La esperanza de detener o hacer desaparecer una enfermedad incurable, la ilusión de vivenciar un cambio profundo en sus vidas, pedidos de paz, amor, perdón; expresiones de gratitud y entrega absoluta al amor de Dios y su Madre, son los motivos recurrentes de los creyentes que se acercan al santuario

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