Los sublemas no frenaron al bussismo

Los sublemas no frenaron al bussismo

Avila Gallo consiguió que la Corte anulara la ley electoral de distrito único en mayo del 89. Menem interfirió en la interna. FR, con 33 bancas, logró la mayoría de la constituyente

El año 1989 pasó a la historia por haber sido testigo de la caída del Muro de Berlín y de la consiguiente disolución del bloque comunista en Europa.

Fue también el año en el que Carlos Menem llegó a la presidencia de la Nación. Y en el ámbito provincial marcó el despegue de Fuerza Republicana (FR), que desplazó a la UCR de su papel de principal partido opositor, por más de una década. La Justicia se abocó con decisión a la revisión de los actos políticos.

Interviene la Corte
La ley electoral de distrito único promulgada por el gobernador José Domato activó la protesta del partido Defensa Provincial (Bandera Blanca), que cuestionó de inconstitucional la solución peronista del distrito único. Exequiel Avila Gallo argumentó que la Constitución de 1907 ordenaba la representación legislativa por departamento. Es el contubernio peronista-bussista-radical, denunció en una solicitada publicada el 25 de marzo.

El gobierno requirió el 25 de abril a la Corte Suprema de Justicia que rechace la acción de amparo de Avila Gallo. La Corte, por mayoría, acogió el 29 de ese mes la acción de Avila Gallo, con los votos de Miguel Ponze de León (conjuez), Pedro Zanoni y, Mario René Gpane. Por el rechazo, lo hicieron Oscar Emilio Sarrulle y Alejo Pedraza.

Domato no se cruzó de brazos ante el revés y planteó el recurso extraordinario para que la Corte de la Nación revisara el falllo. Pero el 12 de mayo el alto tribunal tucumano lo rechazó por mayoría (votos de Zanoni, Goane y Ponze de León). Pedraza y Sarrulle optaron por aceptar el recurso.

El fallo se limitó a la aplicación e interpretación de normas de derecho público local. ¿Qué consecuencias se produjeron? La elección provincial de diputados, senadores y convencionales constituyentes no pudo hacerse el 14 de mayo, junto con la presidencial. En esta se enfrentaron Menem y Eduardo Angeloz. Además, Tucumán quedó sin ley electoral, pero con un régimen de lemas y sublemas.

El escrutinio del 14 de mayo reveló que FR con la postulación presidencial de Antonio Bussi dejó tercera a la UCR. Creció el espanto entre peronistas y radicales, pero más entre los primeros que necesitaban consolidar su mayoría en Diputados y el Senado. Domato acató la sentencia, que no dejó soluciones.

El rompecabezas
Conciliar la representación por departamentos con los intereses contradictorios de los diputados y senadores del peronismo apareció pronto como un desafío importante. La UCR tampoco se hallaba cómoda tras las cifras del 14 de mayo. Se puso en marcha un complejo mecanismo legislativo y político. Neutralizar el peso electoral ascendente de FR era prioridad estratégica.

Durante el gélido invierno del 89 se sucedieron los cabildeos. Entre agosto y septiembre maduraron iniciativas contrapuesta de ley electoral, impulsadas por el PJ. Diputados aprobó un proyecto que propiciaba la votación en los 11 departamentos. El Senado, en tanto, excluía del acto electoral a Capital, Tafí (comprendía Tafí Viejo, Yerba Buena y Tafí del Valle). y Burruyacu. Prevaleció el criterio del Senado en la sesión del 16 de septiembre.

En la Rosada
La salida al laberinto se trabó en la Casa Rosada. Domato reveló que Menem quería que la ley electoral no excluyera a ningún ciudadano y vetó la ley. Por decretos de necesidad y urgencia, el PE citó a elección de diputados, senadores y convencionales, que se concretó el 5 de noviembre. El Frejupo (liderado por el PJ) presentó 22 sublemas o listas y la UCR, 13. El oficialismo retuvo el dominio de las cámaras, pero FR con una lista consiguió 33 de los 60 convencionales. El Frejupo 25, la UCR uno y la Ucedé, uno. Se abrió otro escenario.

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