“La tecnología ha revivido al juego aplicado al aprendizaje”

Imaginemos la vieja ciudad de Ibatín. Hay un grupo de estudiantes primarios que la visitan por primera vez. Ellos están convencidos de que, una vez más, la lección consiste en recorrer las ruinas de la primera capital tucumana y dentro de un par de días presentar una breve monografía. Tal vez un dibujo. Pero esta vez la maestra propone un juego que tiene como protagonista el teléfono móvil. Para los chicos, el repetido paseo comienza a ser más parecido a lo que ellos quisieran.

El juego es una búsqueda del tesoro. Pero las pistas, en lugar de presentarse en un papelito escondido, aparecen en la pantalla del celular y de paso se mezclan con datos de la historia de Ibatín. Utilizando el GPS, el sistema detecta cuando el alumno ha ganado el juego, cuando ha encontrado el tesoro, entonces en el celular reproduce un video para felicitarlo y arroja algún dato final sobre el sitio. Los chicos han pasado una mañana fuera del aula, han jugado y, por sobre todo, han aprendido la lección de historia más divertida de sus vidas. Acaban de experimentar la fuerza del ludoaprendizaje, es decir, el juego aplicado a la enseñanza.

“En realidad, el concepto del ludoaprendizaje no es nada nuevo. De hecho, es tan viejo que se nos ha olvidado cómo aplicarlo a la educación. Pero las nuevas tecnologías de la información nos están permitiendo revivirlo y usarlo de una manera muy poderosa para cambiar la forma en que los chicos aprenden en casi todas las áreas, creando un puente entre lo que hacen dentro del salón de clase con lo que hacen afuera”, festeja Alex Games, líder del proyecto de aprendizaje basado en juegos de Microsoft. El mexicano estuvo en Tucumán la semana pasada, donde ofreció una conferencia sobre este tema durante la Semana de la Ingeniería de la UTN. Durante esa visita, conversó con LA GACETA.

El hipotético paseo por Ibatín del comienzo de esta nota es uno de una infinidad de ejemplos en los que se podrían entrecruzar el juego tradicional (la búsqueda del tesoro) con la tecnología móvil, la realidad aumentada, la localización satelital, etcétera. Sin embargo, Games sostiene que no es necesario contar con altísima tecnología para retomar la poderosa herramienta del juego para aprender.

“Los juegos pueden empezar con papel y lápiz hasta los juegos más avanzados de computadoras o consolas como Xbox. De hecho, las tecnologías móviles hoy nos permiten mezclar los juegos tradicionales con los electrónicos. El principio general es que, utilizando la mecánica de los juegos, podemos tomar actividades de aprendizaje y transformarlas en experiencias especiales y personalizadas, y el beneficio directo es que el chico adquiere responsabilidad y también un apego a la actividad”, señala este experto, quien todavía se ruboriza cuando alguien advierte la paradoja que aparece entre su apellido y su profesión.

Latinoamérica, atrás

El ludoaprendizaje, según la experiencia de Games, cuenta con una penetración muy dispar en el mundo. Los países desarrollados hacen punta en cuando al uso de juegos en sus currículas, pero en los países en vías de desarrollo apenas se están dando los primeros pasos. “En general, se usa mucho en países con una educación históricamente más progresiva, como Escandinavia, Dinamarca, Suecia. En EE.UU. ha crecido mucho principalmente a niveles de universidad, pero ya está empezando a trasladarse a la educación primaria y secundaria. Asia también explota este recurso. Donde todavía no se lo utiliza demasiado es en Latinoamérica y está más bien en fases de investigación. La Universidad de Buenos Aires, por ejemplo, ha investigado la enseñanza de matemáticas con juegos”, detalló.