Hasta borrar el “por algo será”

Hasta borrar el “por algo será”

Hasta borrar el “por algo será”
Para las nuevas generaciones, la exigencia de #NiUnaMenos suena con una fuerza especial: reclaman desde esta obscena catarata de muertes de mujeres en manos de parejas o ex parejas. Para quienes miramos en retrospectiva, el clamor por #NiUnaMenos es igualmente fuerte; pero la mirada por el espejo retrovisor muestra que hace apenas dos décadas la “violencia doméstica” era considerada por gran parte de las estructuras de poder -políticas, mediática, jurídicas- “una cuestión privada” sobre la cual el Estado tenía escasa injerencia. En los medios, los femicidios eran “crímenes pasionales”, y la lucha casi solitaria de las organizaciones de mujeres por visiblizar la violencia de género era tema de la agenda “femenina”; eran los tiempos del “por algo será”. Pasaron décadas para que el Estado, la Ley, la sociedad, comenzaran a entender que no hay amor en el acto de matar a quien ha decidido dejar de ser posesión; que el femicidio no es una tragedia por amor, sino resultado de la pérdida histórica de poder de un varón que mata a quien se ha animado a decir “no”. Falta, ahora, que el clamor por #NiUnaMenos se haga carne en una vasta parte de la sociedad y de los aparatos del Estado que todavía siguen mascullando- ahora en voz más baja- “por algo será”.

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