Las “supermanzanas” proponen menos autos y más espacio público

Las “supermanzanas” proponen menos autos y más espacio público

Salvador Rueda, director de la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona, explica su proyecto para transformar las ciudades.

EL CENTRO TUCUMANO. Es fácil notar cuando una ciudad está colapsada: basta con ver su parque automotor y la capacidad de sus calles, dice Rueda. la gaceta / foto de jorge olmos sgrosso EL CENTRO TUCUMANO. Es fácil notar cuando una ciudad está colapsada: basta con ver su parque automotor y la capacidad de sus calles, dice Rueda. la gaceta / foto de jorge olmos sgrosso
Cuando se lo escucha hablar a Salvador Rueda, cuando toma el lápiz y dibuja sobre un anotador sus ideas, a uno se le instala la tranquilidad de saber que todo es posible. Que una ciudad, por monstruosa que se haya vuelto por la inercia, puede convertirse en un lugar amigable. Que esa tarea no depende de un milagro, ni de la magia, ni de un designio divino. Ni siquiera de inversiones astronómicas. Solamente se necesita trabajo y planificación, pero, antes que nada, decisión política. Que aquellos que toman las riendas de los pueblos estén convencidos de que las cosas pueden y deben mejorar. En España ya han comenzado y Barcelona, una ciudad similar a Tucumán en superficie, se está transformando.

Salvador Rueda está al frente de la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona, una oficina creada en el año 2000 donde confluyen ingenieros, urbanistas, biólogos, sociólogos, psicólogos, comunicadores y todo aquel que ayude a repensar la ciudad. La agencia tiene una particularidad: sus estudios no han quedado en papeles plagados de buenas intenciones. Sus proyectos se ponen en marcha y uno de ellos es el nuevo Plan de Movilidad Urbana de Barcelona 2013-2018, diseñado para reordenar y refuncionalizar la Ciudad Condal. El objetivo es reducir el uso de autos particulares, generar más espacio público, un aire más limpio y menos ruido, entre otras consecuencias positivas.

El alma del proyecto, que será explicado por Rueda esta noche, es la creación de las “supermanzanas”, una nueva célula urbana ideada por la agencia catalana (ver “Las supermanzanas”). El proyecto será explicado en detalle hoy por el propio Rueda, uno de los invitados estrella de la Semana de la Ingeniería que organiza la UTN. Su conferencia será a las 21 en el Aula Magna de la Facultad Regional Tucumán (Rivadavia 1.050).

Ciudad-ecosistema

Rueda se preocupa por hablar de movilidad, no de tránsito. Lo que busca es un concepto más abarcativo de ciudad que, si bien contiene la circulación de automotores, no es su único ni su más importante elemento. “La idea es repensar las ciudades desde la ecología académica. Entender que la ciudad es un ecosistema donde interactúan numerosas variables y que todas deben ser tenidas en cuenta. Si nosotros modificamos una variable, se modifica todo el sistema. Y si en ese cambio producimos una disfunción en algún aspecto, habrá que empezar de nuevo, porque algo no encaja”, explica el experto, cuya amplia visión de la urbanidad se entiende desde su formación: es biólogo, psicólogo, diplomado en Ingeniería Ambiental y en Gestión Energética. “Cuando hablamos de movilidad tenemos en cuenta los diversos modos de transporte -no solo el automotor, el espacio público y el impacto ambiental”, agrega.

El proyecto de la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona, que en España ya se ha puesto en práctica en áreas de esa ciudad mediterránea, en Vitoria-Gasteiz y se evalúa en Madrid, no propone derrumbar la ciudad y erigir una nueva. Simplemente se trata de reacomodar sus piezas para que funcione mejor. Y en esos cambios, el bolsillo de los ciudadanos demuestra ser una formidable válvula para regular comportamientos, aunque no la única.

La “válvula” del bolsillo

La implementación de las supermanzanas es el segundo paso del reordenamiento urbano de Barcelona. El primero ha sido la optimización del transporte público para que aquellas personas que desistan de usar su auto tengan una alternativa real y eficaz para desplazarse. “Si a la gente le pedimos sacrificios, tenemos que ofrecerle algo a cambio. Con la misma cantidad de buses, pero reordenando los recorridos (se busca que sean más lineales), garantizamos que en cualquier lugar de la ciudad una persona espere, como máximo, cinco minutos”, detalla Rueda.

El tercer paso será la modificación del precio del estacionamiento en las zonas donde se busque alejar los vehículos particulares. “La variable bolsillo está siempre presente en los planes de movilidad, porque ha demostrado ser la más efectiva para alentar o desalentar el uso de los vehículos privados. Para eso sirven los peajes, por ejemplo. Y con el precio del estacionamiento pasa algo similar”, detalla. Esos son los tres grandes pilares de la transformación de Barcelona, “el proyecto de reciclaje urbano más grande del mundo”, según su autor: optimización del transporte público, implementación de las supermanzanas y dolor de bolsillo para aquellos que, a pesar de todo, decidan usar su auto.

Durante la charla, Rueda insistirá en dos cuestiones: primero, en que las ciudades necesitan un cambio ahora, no dentro de 10 años; y, segundo, que ese cambio es posible. Sólo hay que poner decisión, planificación, consensuar todos los proyectos con la ciudadanía (punto clave del éxito o el fracaso) y, finalmente, tener el coraje para aplicarlos. ¿Y si Tucumán siguiera el ejemplo de Barcelona?

 

 

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