Un policía golpeó a su esposa y luego intentó suicidarse

Discusiones desmedidas. Ataques de celos. Ira descontrolada. Todos son componentes comunes en los casos de violencia de género que se repiten a diario en cada punto del país. Y Tucumán no está ajena a esta problemática: sólo el fin de semana hubo tres hombres aprehendidos, acusados de haber agredido a sus parejas.

Fue la intervención de los vecinos la que evitó que una pelea entre un joven y su novia tuviera consecuencias más graves. El sábado a la noche, alrededor de las 22, una persona que vive en Villa 9 de Julio llamó a la Policía para avisar que una pareja mantenía una violenta discusión dentro de un auto que estaba estacionado en la esquina de avenida Juan B. Justo y calle Martín Berho.

Policías de la seccional 5ª, a cargo del comisario Cándido Galván, se acercaron al vehículo y advirtieron que había una mujer golpeada. Ambos fueron llevados a la comisaría para que explicaran qué había pasado, pero los dos optaron por el silencio. En el caso de la víctima, se limitó a contar que es oriunda de Salta y que había viajado para visitar a su novio.

Según reprodujeron fuentes policiales, la joven de 25 años sólo dijo que habían comenzado a discutir, que luego ella le rompió el retrovisor del auto y que eso desató la furia de su novio, quien le propinó varios golpes de puño en la cara. Ante esa situación la fiscala Adriana Giannoni, que subroga la Fiscalía de Instrucción de la II° Nominación, ordenó que el agresor permaneciera aprehendido.

Al lado del corazón

Un segundo hecho de violencia de género se produjo en Monteagudo al 1.800, el domingo a la mañana. En este caso, los protagonistas fueron un empleado policial y su esposa, quien pidió la intervención de la fuerza.

Todo comenzó a las 10.20, aproximadamente, cuando un policía de 27 años que presta servicio en la Guardia Urbana regresó de trabajar y comenzó a discutir con su esposa, de 26. Fuentes de la fuerza comentaron que los motivos de la pelea habrían sido celos del hombre, aunque no trascendieron más detalles.

La situación habría sido violenta y, según precisaron las fuentes, tanto el hombre como la mujer presentaban golpes y rasguños. En medio de la pelea, la esposa del policía tomó el teléfono y llamó al Sistema de Emergencias 911.

Minutos después, un patrullero llegó al lugar y la mujer corrió a abrir la puerta. Las fuentes contaron que, asustado ante la posibilidad de quedar detenido en manos de sus propios colegas, el hombre tomó una determinación extrema: agarró un cuchillo de la cocina y se lo enterró al lado del corazón.

La postal del policía ensangrentado, con el cuchillo clavado en el pecho, sorprendió a su esposa y a los uniformados. De inmediato pidieron una ambulancia y trasladaron al herido al Centro de Salud, donde los médicos le realizaron las curaciones correspondientes y determinaron que el filo de la hoja metálica no había tocado ningún órgano vital. Pocas horas más tarde, le dieron el alta.

Las fuentes señalaron que el policía admitió que se había autoagredido y que tuvo intenciones de quitarse la vida, ante la presencia de los uniformados y su inminente detención. Puesta al tanto de los hechos, la fiscala Giannoni también pidió que lo aprehendieran.

Ambos casos se suman al ocurrido en Graneros, el sábado a la tarde. Allí un joven de 18 años, que se negaba a terminar la relación con su novia de 29, la torturó durante tres horas. Pese a que la mujer estaba embarazada de cinco meses, el agresor le propinó dos cachetadas, una trompada en la espalda y un rodillazo. Después enrolló un cable alrededor de su cuello. “La ahogaba y la soltaba, la ahogaba y la soltaba. Así la tuvo durante unas tres horas”, describieron las fuentes.

Cuando el agresor se reitró del lugar, la víctima corrió hacia la casa de un vecino para pedir auxilio. Más tarde, la Policía aprehendió al joven y los médicos confirmaron que el embarazo de la mujer no corría riesgo, pese a la feroz golpiza recibida.