31 Mayo 2015
EN PALERMO. Dos socorristas ayudan a descender de una embarcación de la marina a una mujer que fue rescatada en el mar Mediterráneo. reuters
ROMA.- La Guardia Costera italiana rescató en las últimas 24 horas a 4.243 inmigrantes en el Canal de Sicilia, que separa el Norte de África de Italia, y entre ellos hallaron los cadáveres de 17 personas. La cifra actualiza datos que daban cuenta de 3.330 personas rescatadas, ya que durante la madrugada continuaron las operaciones de recogida en las que ubicaron nueve barcazas y 13 lanchas neumáticas.
En una de ellas, fueron encontrados 17 cadáveres, entre los cerca 200 inmigrantes que rescataron mientras viajaban a bordo de una precaria embarcación. La Marina explicó que no se ha tratado de un naufragio como en otras ocasiones sino que los cadáveres de los inmigrantes fueron encontrados durante el rescate de la lancha y se desconoce las razones de la muerte. La operación fue realizada tras un llamado de auxilio realizado desde un teléfono satelital que daba información sobre la lancha, que estaba a la deriva. Estos nuevos rescates se dan en medio de una fuerte crisis por la inmigración en Europa, donde es habitual la llegada de embarcaciones ilegales provenientes de las costas de Libia, que muchas veces naufragan en el mar Mediterráneo.
Los inmigrantes provienen en su mayoría de Eritrea, Nigeria, Somalia y tratan de escapar de la pobreza o de los conflictos en países de la región como Siria. Justamente, llegan millares de sirios que escapan de la guerra y buscan en los países de la Unión Europea -muchos de los cuales han financiado la guerra- un refugio para escapar a la crisis.
La Unión Europea (UE) diseñó un cuestionado plan para afrontar la crisis, que otorga los recursos para destruir las barcazas y evitar que lleguen a las costas europeas, lo que espera su aprobación. Pero Italia se está llevando la peor parte de las operaciones de rescate, mientras en la UE ejercen presión sobre otros estados miembro para compartir la responsabilidad de forma más justa, a través de un sistema de reasentamiento de refugiados basado en cuotas.
El plan de la UE de dispersar a 40.000 inmigrantes de Italia y Grecia a otros países se enfrentó a resistencia esta semana. Reino Unido no participaría del proyecto y otros estados del Este pidieron una estrategia voluntaria.
En tanto, 17 países del Sudeste Asiático acordaron en Tailandia reforzar la seguridad en las áreas afectadas por la creciente crisis migratoria en el océano Índico. Redoblarán las operaciones de búsqueda y rescate de miles de personas que siguen atrapadas en barcos a la deriva en aguas de la región. Son 3.000 inmigrantes, la mayoría pertenecientes a la etnia musulmana rohinyá perseguidos en Birmania (Myanmar) y bangladesíes que huyen de la pobreza, han desembarcado en Indonesia y Malasia desde que se reportara hace 30 días una crisis migratoria sin precedentes en la zona. Unas 2.600 personas seguirían atrapadas en alta mar en el golfo de Bengala. (Télam-Reuters)
En una de ellas, fueron encontrados 17 cadáveres, entre los cerca 200 inmigrantes que rescataron mientras viajaban a bordo de una precaria embarcación. La Marina explicó que no se ha tratado de un naufragio como en otras ocasiones sino que los cadáveres de los inmigrantes fueron encontrados durante el rescate de la lancha y se desconoce las razones de la muerte. La operación fue realizada tras un llamado de auxilio realizado desde un teléfono satelital que daba información sobre la lancha, que estaba a la deriva. Estos nuevos rescates se dan en medio de una fuerte crisis por la inmigración en Europa, donde es habitual la llegada de embarcaciones ilegales provenientes de las costas de Libia, que muchas veces naufragan en el mar Mediterráneo.
Los inmigrantes provienen en su mayoría de Eritrea, Nigeria, Somalia y tratan de escapar de la pobreza o de los conflictos en países de la región como Siria. Justamente, llegan millares de sirios que escapan de la guerra y buscan en los países de la Unión Europea -muchos de los cuales han financiado la guerra- un refugio para escapar a la crisis.
La Unión Europea (UE) diseñó un cuestionado plan para afrontar la crisis, que otorga los recursos para destruir las barcazas y evitar que lleguen a las costas europeas, lo que espera su aprobación. Pero Italia se está llevando la peor parte de las operaciones de rescate, mientras en la UE ejercen presión sobre otros estados miembro para compartir la responsabilidad de forma más justa, a través de un sistema de reasentamiento de refugiados basado en cuotas.
El plan de la UE de dispersar a 40.000 inmigrantes de Italia y Grecia a otros países se enfrentó a resistencia esta semana. Reino Unido no participaría del proyecto y otros estados del Este pidieron una estrategia voluntaria.
En tanto, 17 países del Sudeste Asiático acordaron en Tailandia reforzar la seguridad en las áreas afectadas por la creciente crisis migratoria en el océano Índico. Redoblarán las operaciones de búsqueda y rescate de miles de personas que siguen atrapadas en barcos a la deriva en aguas de la región. Son 3.000 inmigrantes, la mayoría pertenecientes a la etnia musulmana rohinyá perseguidos en Birmania (Myanmar) y bangladesíes que huyen de la pobreza, han desembarcado en Indonesia y Malasia desde que se reportara hace 30 días una crisis migratoria sin precedentes en la zona. Unas 2.600 personas seguirían atrapadas en alta mar en el golfo de Bengala. (Télam-Reuters)
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