Hablan los candidatos al presidir el Poder Ejecutivo: fuentes de trabajo antes que planes sociales

Hablan los candidatos al presidir el Poder Ejecutivo: fuentes de trabajo antes que planes sociales

La mayoría de los aspirantes a gobernador que continúan en carrera consideran que el próximo Gobierno debe comenzar a transformar los programas paliativos vigentes en trabajo genuino para los beneficiarios

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31 Mayo 2015
Domingo Amaya 

El pleno empleo es la mejor política social: cada ciudadano cuenta con un trabajo que le permite mantener a su familia y contribuir al crecimiento del país. Lamentablemente esto no ocurre en nuestra provincia, de manera que la primera función del Estado en esta materia es promover la generación de fuentes de trabajo. Los programas sociales son el brazo solidario del Estado, protegiendo al más débil; la diferencia está en la forma de gerenciar su ejecución. Argentina mereció elogios de organismos internacionales por el diseño de algunos programas de inclusión, como las asignaciones universales por embarazada y por hijo. Los programas deben ser monitoreados y evaluados permanentemente a fin de ir corrigiendo desviaciones que se producen en la práctica. Deben ser retroalimentados para promover la inclusión y contribuir a la superación personal y a la construcción de ciudadanía. Tucumán debe diseñar sus propios programas para atender problemas puntuales que tenemos. Teniendo en cuenta que se debe reparar con promoción y desarrollo social el daño provocado por la exclusión en todos los ámbitos de la sociedad. Los planes continuarán mientras se resuelven los problemas estructurales que generaron el desequilibrio social.

Daniel Blanco - Frente de Izquierda

El Partido Obrero (PO) y el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) luchan por trabajo genuino y el pleno empleo. Pretendemos que un trabajador trabaje ocho horas, con obra social y aporte previsional. Una persona no puede vivir con un plan social. Estos sólo se pueden justificar como recurso transitorio, en una situación de extrema emergencia social. Bajo los actuales Gobiernos capitalistas, el plan se transformó en un instrumento permanente de degradación salarial y laboral: se usa al beneficiario para que haga trabajos en reemplazo de trabajadores permanentes y bajo convenio, en los ámbitos privado y estatal. Por otro lado, alrededor de la administración de los planes se formó una estructura que los Gobiernos usan como un instrumento de manipulación y de extorsión para sus fines políticos. Desde el PO y el FIT planteamos la necesidad de realizar un censo para establecer el nivel actual de desocupados y beneficiarios de planes, para luego incorporarlos como trabajadores estables, bajo convenio, de acuerdo a sus domicilios, especializaciones y necesidades; para que desarrollen una actividad plenamente productiva y necesaria. De esta manera, defendemos el único, principal y auténtico derecho de los trabajadores en la actual sociedad: el de tener un trabajo digno.

José Cano - Acuerdo Cívico y Social  

Actualmente, tener o no un plan social puede ser la diferencia entre comer o no hacerlo. Eso, lejos de ser un logro de la actual administración, muestra el fracaso de la política social de la última década. En nuestro Gobierno no vamos a quitarle beneficios a nadie. La perversa práctica del oficialismo busca meter miedo a la gente con amenazas que reflejan el abuso que se hace de lo que es una buena herramienta de contención. En la última elección, en algunas comunas rurales pusieron carteles que decían: “Si gana Cano, chau plan”. Una burda mentira. La Asignación Universal por Hijo debe continuar, pero por ley y con actualizaciones periódicas. Nuestra propuesta pasa por generar condiciones para que el plan sea un tránsito hacia un trabajo digno y hacia condiciones de ciudadanía plena para todos. Incentivar el primer empleo, crear un sistema que en los dos últimos años de la escuela secundaria combine la cursada con pasantías laborales, habilitar a la Caja Popular para dar créditos para máquinas y herramientas destinadas a emprendedores, afectar a los beneficiarios de planes a tareas específicas de formación o en labores comunitarias son algunas de las alternativas que evaluamos para el futuro inmediato.

Mario Koltan - Unión y Progreso Social 

Los planes sociales son diseñados por la Nación y distribuidos en las provincias que, mediante municipios y comunas, los hace llegar a quienes lo requieren. Debemos aspirar a que estos sean controlados, de tal suerte que lleguen a manos de quienes realmente lo necesitan y que no sean compartidos por los malintencionados punteros políticos. Además, se debe realizar una tarea de contralor para que quienes resulten beneficiados con tales planes realicen el trabajo que como contraprestación es obligación prestar (muchísimos ciudadanos no prestan ningún servicio ni trabajan, y sacan tajada de esa erogación estatal). Estamos en contra de que el uso y abuso de los planes sociales sea manipulado políticamente, como instrumento de extorsión de quienes pretender perpetuarse en el poder a través de votos rehenes, que son presionados bajo amenaza a apoyar al funcionario de turno. Pretendemos una provincia con tucumanos que practiquen la cultura del trabajo y del esfuerzo, para cumplir con el precepto bíblico de conseguir el pan con el sudor de la frente, y que sirva de ejemplo a millones de niños que valorarán el paradigma de la labor de sus progenitores, a quienes imitarán en el futuro.

Ricardo Bussi - Fuerza Republicana

Los planes sociales deben eliminarse. Fuerza Republicana pretende fomentar la cultura del esfuerzo y no la cultura de la demanda. Ningún país prospera repartiendo planes demagógicos ni institucionalizando la pereza con plata ajena. Pero los planes no pueden erradicarse repentinamente. Proponemos progresivamente trasladar los planes sociales a las empresas privadas a medida que estas vayan contratando nueva mano de obra, y así durante un año esta se pague en parte con los citados planes y el resto del salario lo debe aportar el empresario. Luego, el plan social persistiría por un tiempo prudencial, el empresario incorporaría nueva mano de obra con ayuda estatal, el trabajador se beneficiaría porque además del plan cobraría un complemento patronal, y además trabajaría de manera real, con lo cual se dignificaría. Una vez finalizado el plazo establecido, el Estado dejaría de aportar el plan y el empresario se haría cargo del 100% de la remuneración del asalariado, siendo incorporado este a la empresa definitivamente. Tucumán distribuye cientos de miles de planes y nuestro programa de inclusión laboral contempla 50.000 beneficiados anuales. Fuerza Republicana fomenta el trabajo y no la dádiva.

Juan Manzur - Frente para la Victoria  

Entre los roles principales del Estado figura el de garantizar los derechos. Con este objetivo, entre otras, lleva adelante políticas de inclusión. Consideramos importante que se mantengan los planes sociales como el llamado “Argentina Trabaja” -que le da trabajo a cientos de tucumanos, que se agruparon en cooperativas-, así como también la Asignación Universal por Hijo y por Embarazo, el programa de subsidios a las garrafas y las pensiones por discapacidad, entre otros. Igualmente, vamos a trabajar para que estos planes se vayan convirtiendo en fuentes laborales genuinas. Además, vamos a mantener los programas de entrenamiento laboral, para la inserción de los jóvenes a la vida del trabajo. Por otro lado, tenemos previsto reforzar los planes de microcréditos para emprendedores; de esta manera, ellos podrán concretar sus proyectos y, en paralelo, generar una salida laboral para otros ciudadanos. Desde el Estado trabajaremos para que los planes sean actualizados mediante ley, de acuerdo a los índices económicos. Finalmente, nuestro compromiso pasa por generar oportunidades de empleo y porque el Estado llegue a todos los sectores sociales.

Gumersindo Parajón - Alternativa Popular 

Si la gente me vota y soy gobernador no incrementaré los planes sociales, pero sí los seguiré manteniendo, hasta tanto exista trabajo genuino. La gente quiere trabajar, y el Gobierno tiene la obligación de garantizarle un trabajo y enseñarle oficios, para que se puedan desempeñar en cualquier trabajo. Ellos saben bien que los planes no son soluciones, pero son recursos paliativos para los desocupados y marginados. En la provincia hay hambre y hay desocupación; y mi deber como gobernante es darle trabajo genuino o traer empresas que vengan a radicarse, con la condición de dar trabajo a los que no tienen y de instalarse en los lugares donde se da un mayor registro de desocupación. Los planes sociales no pueden ser distribuidos por los punteros. Por el contrario, tienen que llegarle al beneficiario en persona, por medio del Correo, o la Caja Popular de Ahorros, o bancos, para que ningún dirigente político que los haya inscripto se quede con un tanto por ciento de lo que cobran. Además, los planes sociales deben tener una cobertura social, para que el cónyuge y los hijos del beneficiario puedan gozar de asistencia médica. El Estado tiene la obligación de garantizarle los medicamentos necesarios, para que la familia pueda curarse.

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