El imperio del fútbol

El imperio del fútbol

Pese al escándalo y a los pedidos de renuncia, Blatter fue reelecto por unanimidad

ENFRENTADOS, PERO BIEN EDUCADOS. Michel Platini, presidente de la UEFA, felicita a Joseph Blatter después de haber sido reelecto como titular de la FIFA. reuters ENFRENTADOS, PERO BIEN EDUCADOS. Michel Platini, presidente de la UEFA, felicita a Joseph Blatter después de haber sido reelecto como titular de la FIFA. reuters
30 Mayo 2015
Ni los escándalos de corrupción ni la poderosa UEFA ni siquiera una amenaza de bomba en mitad del Congreso electoral de Zurich: nada puede derribar al suizo Joseph Blatter de la cima de la FIFA. Fue reelegido como presidente para un quinto mandato.

Blatter, que lleva en el cargo desde 1998, seguirá manejando el fútbol mundial hasta 2019 al imponerse al jordano Ali bin al-Hussein, que renunció a presentarse a la segunda vuelta tras perder en la primera por 133-73.

El suizo de 79 años, que se quedó a solo siete votos de los dos tercios de 140 que necesitaba para ganar en la primera vuelta, se hubiera impuesto en la siguiente votación con una mayoría simple de las 209 federaciones.

Si completa su mandato, el suizo cumplirá 21 años al frente de la FIFA, sólo por detrás de su predecesor y mentor, el brasileño Joao Havelange, que estuvo 24 y de los 33 del francés Jules Rimet.

“Unos 1.600 millones de personas participan activamente en el fútbol. Es imposible controlar a todos”, se defendió. El argumento es incontrovertible si no fuera porque los siete detenidos el miércoles en Zurich en una operación anticorrupción no eran exactamente unos desconocidos. Dos de ellos eran vicepresidentes de FIFA, el caribeño Jeffrey Webb y el uruguayo Eugenio Figueredo, mientras que el resto ocupaba cargos de alto nivel en federaciones o confederaciones. Después de 40 años trabajando en FIFA, el suizo no podía negar que conocía a la gente con la que comparte el gobierno de la organización.

La operación de la policía suiza formaba parte de una investigación del Departamento de Justicia de Estados Unidos, en el que 14 personas están acusadas de fraude y lavado de dinero, así como de pago y cobro de sobornos por los derechos de marketing de torneos internacionales.

Las dos regiones golpeadas por el escándalo, la Concacaf (Confederación del Fútbol de Norte, Centroamericana y del Caribe) y la Conmebol (Confederación Sudamericana de Fútbol), que habían llegado con la idea de votar en bloque a Blatter, se dividieron en facciones. Unos siguieron fieles al suizo, otros le dieron la espalda.

Pero los votos que Ali pudo arañar en las Américas no fueron suficientes para contrarrestar el apoyo mayoritario a Blatter en África, Asia y Oceanía. Ni siquiera Europa votó unida por el jordano, como dejó claro el jueves el presidente ruso, Vladimir Putin, que salió en defensa de Blatter.

No en vano, el suizo ha sostenido contra viento y marea la sede de los Mundiales de Rusia 2018 y Qatar 2022, pese a que su polémica elección en 2010 sólo le ha generado problemas. La FIFA exoneró de sospechas de compra de votos a ambos países en una investigación interna, pero la justicia suiza está haciendo sus propias indagaciones.

Blatter se siente atacado por Inglaterra y Estados Unidos, dos países que también participaron en aquella adjudicación de 2010. “Si otros países hubieran salido del sobre, quizá no tendríamos hoy estos problemas”, señaló el directivo, que insinuó que el momento de lanzar la operación policial tuvo motivaciones políticas.

“Está claro que no es muy positivo que todo esto salga a la luz justo antes de las elecciones. No quiero hablar de coincidencia, pero bueno, todo es posible”, dijo Blatter.

Sin embargo, ni la redada policial ni una amenaza falsa de bomba durante la pausa para comer pudieron frenar el Congreso electoral. Blatter superó la prueba de las urnas, pero sus problemas están lejos de haberse solucionado. La imagen y credibilidad de la FIFA sigue por los suelos y no parece fácil que con el suizo a la cabeza, eso cambie en el corto plazo.

Comentarios