Se mudan en busca de más seguridad, más verde y menos contaminación

Se mudan en busca de más seguridad, más verde y menos contaminación

Una vida rural o cerca del cerro ofrece cosas que la ciudad ha perdido.

30 Mayo 2015
¿Qué lleva a algunas personas a abandonar la ciudad? Porque el verde tira, porque en el centro todo estresa, porque quieren más espacio. “Principalmente se van de la capital para ganar calidad de vida, tener mayor seguridad, menos contaminación y para estar más cerca de la naturaleza”, detalla Matilde Malizia, becaria del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet).

“Al entrevistar a parejas con hijos chicos que se iban a vivir a countries prevalece en el discurso el tema de la naturaleza y la seguridad, aunque en muchos casos esto no se consigue porque la seguridad en los barrios cerrados es relativa y porque no todos viven en medio del campo rodeados de árboles”, sostiene la especialista.

Una vida rural o en una localidad cerca del cerro ofrece cosas que en la ciudad se han perdido: paz y tiempo para la familia, por ejemplo. Además, según los expertos, el aislamiento o la falta de confort ya no son factores que pesan en contra de la decisión de irse a vivir al campo. Hoy, la tecnología permite tener allí las mismas comodidades que en un centro urbano.

Según los especialistas, está claro: no es que haya personas que huyen de la ciudad, es esta la que los echa. ¿Por qué? Ante la explosión edilicia, quien tenía su casa perdió todo: tranquilidad, privacidad y hasta el sol que llegaba a sus jardines. “Y la vida urbana también expulsa a sus habitantes porque hoy por hoy es carísimo comprar una propiedad en el centro”, detalla el urbanista Rafael Caminos.

“La ciudad funciona cada vez más como centro de trabajo, operaciones y estudios. Menos gente reside en la ciudad, aunque pasa la mayor parte del día en ella. No es bueno: hay más vehículos, más caos, más contaminación, más ruidos”, detalla.

¿Cuáles son las consecuencias a largo plazo de este fenómeno?, le preguntamos a Caminos. “La fuerza laboral está metida en la ciudad. Por día 250.000 personas que no residen en la capital pasan muchas horas allí. O sea que el municipio que debe ofrecer muchos servicios (agua, energía, cloacas, infraestructura vial) a habitantes que no tributan en él. Esta situación en algún momento va a impactar sobre el sistema imposivo. Otras consecuencias son: la gente que se está mudando de la ciudad vende sus propiedades y poco a poco estamos perdiendo todo el patrimonio. La edificación en altura, la especulación, están transformando la ciudad”.

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