31 Mayo 2015
DELITOS. Matías Tombolini relata historias de grandes estafas. eldiario.com.ar
Historia
LADRONES
MATÍAS TOMBOLINI
(Paidós - Buenos Aires)
Varios años antes que la Bolsa de Nueva York abriera por primera vez sus puertas, Thomas Jefferson afirmó que los bancos eran más peligrosos que los ejércitos: podían dejar en la calle a poblaciones enteras esgrimiendo simples pagarés y deudas que año a año se volvían más abultadas. La historia económica mundial está llena de ejemplos de familias que perdieron todos sus bienes, luego de un triste golpe en la bolsa.
Pero, también, hubieron hombres que supieron trastocar los números y fabricar imperios en el aire, ante la creciente complejidad de las finanzas internacionales. Ladrones. Grandes estafas de la historia económica mundial, el nuevo libro del economista argentino Matías Tombolini, trata sobre las mentes detrás de los mayores escándalos monetarios desde el surgimiento de la banca moderna. El libro desarrolla diez crímenes que sacudieron la economía durante la etapa de mayor expansión del capitalismo: desde la burbuja financiera de South Sea en Siglo XVIII, donde el físico Isaac Newton perdió toda su fortuna, hasta Bernard Madoff, cuya estafa se calcula por arriba de los 50.000 millones de dólares.
A través de la explicación técnica y la narración amena, el profesor universitario muestra cómo las leyes permisivas acompañadas por tramas bancarias espectrales y amistades poderosas fueron más influyentes que la lógica.
Los casos del Banco Ambrosiano y la tasa LIBOR escenifican el miedo de Jefferson frente al creciente poder de las instituciones de crédito. Así como, la caso de Carlos Ponzi, un inmigrante italiano que hizo fortuna en los EE.UU. a través promesas y expectativas de ganancias, personifica una potente herramienta económica: la confianza.
Al finalizar el libro, el lector se queda con una pregunta: si la pérdida de los ahorros de pequeños inversores, el afán de ganancias sin importar el método y la circulación del dinero por fuera de la ley son una condición necesaria de la concentración del capital en unas pocas manos.
© LA GACETA
Salvador Marinaro
LADRONES
MATÍAS TOMBOLINI
(Paidós - Buenos Aires)
Varios años antes que la Bolsa de Nueva York abriera por primera vez sus puertas, Thomas Jefferson afirmó que los bancos eran más peligrosos que los ejércitos: podían dejar en la calle a poblaciones enteras esgrimiendo simples pagarés y deudas que año a año se volvían más abultadas. La historia económica mundial está llena de ejemplos de familias que perdieron todos sus bienes, luego de un triste golpe en la bolsa.
Pero, también, hubieron hombres que supieron trastocar los números y fabricar imperios en el aire, ante la creciente complejidad de las finanzas internacionales. Ladrones. Grandes estafas de la historia económica mundial, el nuevo libro del economista argentino Matías Tombolini, trata sobre las mentes detrás de los mayores escándalos monetarios desde el surgimiento de la banca moderna. El libro desarrolla diez crímenes que sacudieron la economía durante la etapa de mayor expansión del capitalismo: desde la burbuja financiera de South Sea en Siglo XVIII, donde el físico Isaac Newton perdió toda su fortuna, hasta Bernard Madoff, cuya estafa se calcula por arriba de los 50.000 millones de dólares.
A través de la explicación técnica y la narración amena, el profesor universitario muestra cómo las leyes permisivas acompañadas por tramas bancarias espectrales y amistades poderosas fueron más influyentes que la lógica.
Los casos del Banco Ambrosiano y la tasa LIBOR escenifican el miedo de Jefferson frente al creciente poder de las instituciones de crédito. Así como, la caso de Carlos Ponzi, un inmigrante italiano que hizo fortuna en los EE.UU. a través promesas y expectativas de ganancias, personifica una potente herramienta económica: la confianza.
Al finalizar el libro, el lector se queda con una pregunta: si la pérdida de los ahorros de pequeños inversores, el afán de ganancias sin importar el método y la circulación del dinero por fuera de la ley son una condición necesaria de la concentración del capital en unas pocas manos.
© LA GACETA
Salvador Marinaro
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