Una momia, el ícono perdido que moviliza un pueblo entero

Una momia, el ícono perdido que moviliza un pueblo entero

El cuerpo fue hallado dentro de una estatua que, aparentemente, fue robada de una localidad china, pero que ahora se encuentra en Budapest.

SANTUARIO CHINO. Este es el lugar en el que los vecinos de Yangchun veneraban la estatua que contenía la momia y que ahora reclaman. Gilles Sabrie / The New York Times SANTUARIO CHINO. Este es el lugar en el que los vecinos de Yangchun veneraban la estatua que contenía la momia y que ahora reclaman. Gilles Sabrie / The New York Times
29 Mayo 2015
Mientras almorzaba, Lin Yongtuan revisaba las noticias en su teléfono. De golpe descubrió un artículo con una fotografía que captó su atención. Un grupo de investigadores en Europa habían hecho un descubrimiento notable: el cuerpo momificado de un monje de 1.000 años encapsulado en una estatua.

Mayor fue la sorpresa de Lin cuando advirtió que él había crecido rezándole a una estatua similar a la que contenía los restos del monje en la comunidad de Yangchun. Inmediatamente hizo circular la foto (mostraba la dorada figura de un buda con las piernas cruzadas, los hombros ligeramente inclinados hacia adelante y las comisuras de los labios ligeramente vueltos hacia arriba en una tenue sonrisa).

Todos sus vecinos coincidieron: era la misma estatua que había sido robada del pueblo 20 años antes. Ahora, al parecer, estaba en un museo de Budapest. “En la comunidad estaban se emocionaron mucho”, recordó Lin, de 46 años de edad, quien trabaja en una empresa de servicios financieros en una ciudad cercana. “La sonrisa, los ojos, su postura... Era inconfundible”, agregó.

Desde entonces, los vecinos de Yangchun se pusieron en campaña para recuperarla: recibieron a periodistas de todo el mundo, pidieron ayudar en las redes sociales, se contactaron con funcionarios y hasta reclutaron a un nativo del pueblo que trabaja como cocinero en Budapest para que revise la estatua en el Museo Húngaro de Historia Natural.

La demanda de los pobladores ha sido aceptada de buena gana por el Gobierno chino, que ha incrementado esfuerzos por reclamar reliquias saqueadas que terminaron en el extranjero. El 16 de abril, la Administración de Herencia Cultural del Estado Chino anunció que se había puesto en contacto con el propietario holandés de la momia. Eso sí: será difícil precisar con certeza si la momia, que ha sido sacada de la exposición en el museo, es verdaderamente la estatua perdida del poblado chino.

“A diferencia de grandes museos, donde todo está bien documentado, las propiedades de templos y pequeños museos locales tienen registros muy pobres, si es que los tienen”, dijo Stefan Gruber, catedrático adjunto en la Universidad de Kioto, en Japón. “El mundo es un lugar grande y si un objeto no es incluido en una base de datos internacional ¿cómo se lo encontrará?”, se preguntó.

En la población de Yangchun son optimistas: esperan que su caso sea una excepción a lo que plantea Gruber. De todos modos, reconocen que es difícil asegurar que la estatua que ellos veneraban sea la misma que la que está en Hungría. Igual, están convencidos de que tienen derecho a quedarse con la momia.

Antes del hurto, los residentes le rezaban a la imagen en cada evento de importancia en la comunidad, incluyendo la cosecha. Una vez al año bajaban la estatua del altar y desfilaban con ella por el pueblito visitando cada casa. Y en el quinto día del décimo mes lunar -se cree que es el cumpleaños del monje momificado- la comunidad celebraba con un festival. Todo parece indicar que estas tradiciones se remontan varios siglos atrás.

El dueño

Cuando fue localizado en el sitio de redes LinkedIn el mes pasado, el arquitecto holandés Oscar van Overeem reconoció públicamente y por vez primera que él es el dueño de la momia en discusión. Relató que compró la estatua en 1996 a un coleccionista en Ámsterdam que, a su vez, la había adquirido en Hong Kong.

Los trabajadores que restauraban la estatua se percataron de que podía haber algo en el interior, y van Overeem decidió conseguir una tomografía, lo cual reveló a la momia. Sin embargo, él insiste en que su estatua no es la que reclaman en Yangchun.

“Nosotros queremos que nos devuelvan nuestra estatua para que podamos rezarle y venerarlo”, dijo Lin Wenqing, un vendedor de té. “No para que algún coleccionista pueda mantenerla en un frío sótano o en una vitrina de museo”, concluyó.

Temas Japón
Tamaño texto
Comentarios
Comentarios