El escándalo de los sobornos en la FIFA

El escándalo de los sobornos en la FIFA

Desde hace años, se habla de una red de corrupción, de que se trata de un organismo que se asemeja a un paraíso fiscal, cuyos dirigentes más importantes están atornillados al poder y que parecieran ser intocables. Que nadie se atrevía a acudir a la Justicia porque temía quedarse fuera de este gran negocio en que se ha convertido el deporte más popular del mundo y que es manejado por la Federación Internacional de Fútbol Asociado.

Ayer, varios altos dirigentes de esa entidad fueron detenidos en Zurich, acusados de aceptar sobornos por más de 100 millones de dólares desde los años 90 y se enfrentaban un pedido de extradición a Estados Unidos. En la lista de 14 personas, figuran tres argentinos: Alejandro Burzaco (presidente de Torneos y Competencias), Hugo y Mariano Jinkis, que se desempeñan en el área de publicidad deportiva. El informe presentado por la fiscal general de los Estados Unidos afirma que los presidentes de la Conmebol y de las federaciones de Brasil y Argentina recibieron sobornos por 15 millones de dólares. “Corrompieron el fútbol por sus propios intereses y para enriquecerse... Desde 1991, la Concacaf (Confederación de Norte, Centroamericana y del Caribe) y la Conmebol (Confederación Sudamericana de Fútbol) usaron sus posiciones para solicitar sobornos a cambio de derechos de transmisión por televisión y de marketing, y así una y otra vez, año tras año, torneo tras torneo”, dijo la fiscal. La denuncia de la funcionaria aludió sin nombrarlo a Julio Grondona, que presidió la Asociación del Fútbol Argentino durante 35 años y que llegó a ser vicepresidente de la FIFA. Curiosamente, la Justicia estadounidense no ha formulado aún cargos contra el presidente de la FIFA, el suizo Joseph Blatter, que se presenta mañana a la reelección por un quinto mandato.

Llama la atención que este escándalo mundial salga a la luz luego de más de dos décadas; lo cierto es que no hace más que corroborar lo que se viene diciendo acerca de la corruptela reinante en el máximo organismo, cuyo presidente declaró: “Vamos a trabajar para acabar con cualquier mala conducta... tal mala conducta no tiene cabida en el fútbol y nos aseguraremos de que los que participan en ella se queden fuera del juego”.

Estos episodios de cohecho de larga data que se han difundido podrían ser el punto de partida para desmontar sistema de corrupción en la FIFA siempre y cuando la Justicia de EEUU decidiera profundizar en la investigación hasta dar con todos los responsables.

Algo parecido sucede con el fútbol en la Argentina, cada vez más jaqueado por la violencia y por los barrabravas, que cuentan con la protección de una buena parte de la dirigencia deportiva, de la Policía y de políticos, según denunció el ex presidente de Independiente, Javier Cantero. ¿Acaso la AFA desconoce esta realidad?

Hace un par de semanas, luego del bochornoso desenlace del clásico River-Boca, la Conmebol tuvo la oportunidad de tomar sanciones ejemplificadoras, pero no lo hizo, poniendo de relieve que no tenía ningún interés de combatir la violencia y la corrupción.

La corrupción enquistada en el sistema y en el poder es difícil de erradicar. Seguramente, el negocio del fútbol debe ser muy grande también en nuestro país para que nadie, ni si quiera la Justicia, se anime a tomar el toro por las astas.

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