Malasia: macabro hallazgo en campamentos de inmigrantes ilegales

Malasia: macabro hallazgo en campamentos de inmigrantes ilegales

Encontraron 139 fosas a 500 metros de la frontera, en los que había numerosos restos.

LA FRONTERA. Un refugiado de Bangladesh, en un campo de inmigrantes. reuters LA FRONTERA. Un refugiado de Bangladesh, en un campo de inmigrantes. reuters
26 Mayo 2015
KUALA LUMPUR.- El Gobierno de Malasia anunció que sus fuerzas de seguridad encontraron 28 campamentos clandestinos con 139 fosas comunes en el Norte del país, en las que habría restos de un número desconocido de inmigrantes y refugiados, que intentan desesperadamente escapar de la represión y la pobreza. El inspector general de la Policía, Khalid Abu Bakar, informó que los campamentos descubiertos se encuentran a unos 500 metros de la frontera con Tailandia y estaban abandonados, al menos hace dos semanas, cuando comenzaron la investigación. El ministro del Interior malayo, Ahmad Zahid Hamidi, adelantó que habían encontrado fosas comunes con restos de inmigrantes y refugiados y al menos 17 campamentos clandestinos, relacionados con el tráfico de personas que saca provecho de la crisis humanitaria que se vive actualmente en el Sudeste Asiático.

Tras el anuncio, el primer ministro, Najib Razak, instó a llevar ante la justicia a los responsables de las redes de tráfico, que se aprovechan de la desesperación de miles de birmanos y bangladesíes que quieren escapar de la represión estatal y la pobreza absoluta. La zona de los campamentos y fosas está muy cerca de la frontera con Tailandia, país en el que en los últimos días se han descubierto al menos ocho campamentos clandestinos y decenas de tumbas con restos de inmigrantes bangladesíes y birmanos, muchos de ellos de la etnia musulmana rohingya.

Los rohingyas son una perseguida minoría que trata de escapar de los campos de desplazados en Myanmar, país que no les reconoce la ciudadanía y los califica como “inmigrantes bengalíes”, aunque tampoco son reconocidos en la vecina Bangladesh, en donde además sufren, como el resto de la población, de una situación de extrema pobreza. El hallazgo de campamentos clandestinos a principios de mayo en la provincia tailandesa de Songkhla, en el Sur del país, desencadenó una campaña contra el tráfico de personas que provocó la desbandada de las redes de tráfico. En días posteriores, miles de inmigrantes llegaron a Tailandia, Malasia e Indonesia, a pesar de los intentos de la Marina de estos países por bloquear los barcos en los que viajaban. Los traficantes abandonan los navíos en los que viajan miles de hombres, mujeres y niños en situación precaria.

La revelación de la crisis humanitaria que viven estos refugiados en su intento por escapar llevó a que los gobiernos de Indonesia y Malasia acordaran acoger temporalmente a todos los bangladesíes y rohingyas que lleguen a sus costas, siempre que la comunidad internacional se comprometa a reubicarlos en terceros países o repatriarlos en el plazo de un año. (Télam)

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