“Que Rigourd denuncie la coima en la Justicia”, replicó el fiscal Herrera al empresario

“Que Rigourd denuncie la coima en la Justicia”, replicó el fiscal Herrera al empresario

El funcionario judicial negó haber exigido $ 90.000 a un agente de la firma financiera Cofin SA para no llevarlo preso. “Me parece ridículo que el acusado se presente como víctima”, expresó el magistrado sometido a un sumario administrativo.

LO DEJARON SOLO. Herrera se quejó por la falta de voces a su favor. la gaceta / foto de Inés Quinteros Orio LO DEJARON SOLO. Herrera se quejó por la falta de voces a su favor. la gaceta / foto de Inés Quinteros Orio
25 Mayo 2015
No quiso hacer comentarios sobre la versión de Jorge Alejandro Rigourd, empresario e imputado, de que, durante el allanamiento de las oficinas de Cofin SA, exigió dinero al empleado Jorge Cosentino a cambio de no detenerlo. Guillermo Herrera, fiscal de la X Nominación, se cerró en que no iba a hablar sobre el episodio “Cosentino”: “que Rigourd denuncie la coima en la Justicia. Él dice que le dijeron que pasó tal cosa porque él no estuvo durante el allanamiento. Bueno, que vayan todos y hagan la denuncia penal correspondiente porque se trata de delitos. Si tienen pruebas, seré responsable. Me parece ridículo que el acusado se presente como víctima, cuando todos los operadores de Cofin SA dijeron que tomaron dinero estando en cesación de pagos. Eso está en el expediente”.

Herrera estuvo a cargo de investigar la supuesta estafa reiterada atribuida a Rigourd y a otros imputados hasta el mes pasado, cuando el caso pasó a la fiscala Mariana Rivadaneira por orden del ministro público Edmundo Jiménez.

El fiscal insistió en que Rigourd no estuvo presente en la provincia durante el procedimiento del 7 de noviembre de 2014 y que, por ende, no sabía cómo habían sucedido los hechos. “El allanamiento de su casa, de su empresa y de la sucursal de la calle 24 de Septiembre fue filmado y fotografiado. El abogado de la empresa, Luis Emilio Rodríguez Vaquero, estuvo presente en todo momento: no hicimos nada fuera de la ley”, expresó en una conversación telefónica.

Por su desempeño en esta causa y en “Teves”, “Albarracín”, “Valdez” y “Jorrat”, Herrera afronta un sumario administrativo (la Corte Suprema de Justicia de Tucumán ordenó la apertura de la investigación el jueves pasado, luego de que un informe de los auditores revelase abundantes anomalías en los trámites de los respectivos expedientes). Todas esas causas habían sido objetadas en sede penal por el Colegio de Abogados de la Capital, mediante la declaración del presidente Francisco García Posse.

“Buscábamos llaves”

Rigourd, que estuvo 40 días detenido y pidió la apertura de un concurso preventivo, afirmó en una entrevista con este diario que el fiscal extorsionó a su colaborador. “El día del allanamiento, Herrera esposó a Cosentino y le exigió que entregara una suma de dinero a una supuesta sobrina suya, María Posse Bruhl, que era clienta. Desesperado, Cosentino salió a buscar los fondos y terminó dando $ 90.000 a Herrera para no quedar preso. Todo esto puede ser probado con mensajes y cruces de llamados. Era lisa y llanamente una extorsión, y Cosentino estaba aterrado”, relató el empresario, que admitió que sus dificultades económicas habían perjudicado a mucha gente. Además, Rigourd dijo que hubo violaciones de derechos humanos, y afirmó que las empleadas fueron desnudadas; que Sánchez permaneció 16 horas esposado; que la Policía desvalijó su domicilio; que hubo violencia innecesaria contra las cosas y que rompieron 276 cajas de seguridad sin tener orden para ello. “Con Herrera se acaba el Estado de Derecho”, resumió.

“Es verdad que ordené la requisa de las mujeres que estaban en la oficina de Cofin, pero ese procedimiento estuvo en manos de personal femenino. Ellas se encerraron en una oficina y no sé qué pasó ahí adentro: yo, por elemental pudor, no podía estar ahí. Nosotros buscábamos llaves para poder abrir los cajones”, manifestó Herrera. E insistió en que el procedimiento fue incuestionable: “en ningún momento nos excedimos. Yo no estuve presente en la casa de Rigourd, pero la funcionaria que supervisó el operativo, Ana Lía Majul, es honestísima. Ahora bien, no puedo saber si la Policía hizo algo que no correspondía”. Según el acusado, no había nadie en su domicilio cuando se desencadenó el allanamiento. “Revolvieron todo: ¡parecía un asalto! ¡Nos desvalijaron! Se llevaron lentes, cámaras de fotos, joyas y hasta un automóvil, pese a que no estaban autorizados a retirarlo. Los policías tomaron como testigos a obreros y no permitieron que mis vecinos presenciasen el procedimiento”, describió Rigourd.

Frentes múltiples

Además de estar sometido a un sumario administrativo cuya instrucción quedó a cargo de la fiscala Marta Jerez de Rivadeneira (madre de la fiscala Mariana Rivadeneira), Herrera afronta una investigación penal iniciada a instancias de las denuncias del Colegio; de Carlos Garmendia, abogado de Susana Trimarco; del letrado Julio Valdez (imputado en el caso que lleva su apellido), y de los ciudadanos Gustavo Cueto y Ángel Victoriano Pérez. Además, el imputado Walter Delgado hizo una denuncia en su contra en la Secretaría de Superintendencia de la Corte. Por hechos conectados con la causa “Jorrat”, la Unidad de Información Financiera-Justicia Federal; los abogados Alfredo Falú y Garmendia, y el Colegio también denunciaron a Alejandro Noguera, fiscal ante la Cámara de Apelaciones en lo Penal de Instrucción. Además, hay denuncias relacionadas contra el fiscal Arnoldo Suasnábar y el juez Juan Francisco Pisa.

Como consecuencia de todos estos frentes, en los últimos días arreciaron los rumores sobre la eventual dimisión de Herrera. Pero él negó esa posibilidad este jueves, después de la publicación de un informe adverso de los auditores de la Corte: “hice averiguaciones sobre los años de servicio, pero eso es común entre los magistrados. Conozco a varios que, por las dudas, preparan los papeles para jubilarse. Pero no voy a renunciar porque soy inocente y quiero demostrarlo. Estoy dispuesto a hacer todo lo que sea necesario, incluso a resistir en un juicio político celebrado por una Legislatura con diferente composición”. Herrera dijo que sólo iba a dejar de luchar si su familia se lo pedía. También expresó que se sentía solo: “nadie me defendió. Ni la Asociación (de Magistrados) ni los 400 estafados de la causa ‘Rigourd’”.

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